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Embajadas sí, pero ni hablar de Guantánamo
Los gobiernos de Estados Unidos y Cuba informaron formalmente que el 20 de julio van a abrir sus embajadas en La Habana y Washington, dejando un paso importante en la normalización de sus relaciones bilaterales.
Alwaght / Miércoles 8 de julio de 2015
 

El anuncio se realizó después de que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro intercambiaran cartas para expresar su deposición y voluntad para tal fin.

"Hoy puedo anunciar que Estados Unidos ha acordado formalmente el restablecimiento de relaciones diplomáticas con la república de Cuba y la reapertura de embajadas en nuestros respectivos países", dijo Obama desde Casa Blanca. También informó que el secretario de Estado, John Kerry, viajará a Cuba este verano boreal para abrir formalmente la embajada estadounidense.

Asimismo el presidente de EEUU pidió al Congreso levantar el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra el gobierno y pueblo cubanos hace más de un medio siglo.

Sin embargo, las cosas no se van tan fácilmente como quieren las autoridades estadounidenses. Pese a que el presidente cubano saludó y recibió la apertura de las embajadas como el pueblo cubano, exigió algunos requisitos mínimos para normalizar auténticamente las relaciones bilaterales.

El gobierno del presidente Raúl Castro advirtió que el proceso no podrá continuar mientras se mantenga el bloqueo económico.

En un comunicado, el gobierno del país caribeño exigió la devolución del territorio de Guantánamo, que considera "ilegalmente ocupado" por la base naval de EEUU.

Pero el pedido fue rechazado instantáneamente por el Secretario de Defensa de EEUU. Según el secretario, no hay ningún plan para la devolución de la base de Guantánamo.

Entre otras exigencias indispensables de Cuba figura el cese por parte de EE.UU. de transmisiones radiales y televisivas emitidas por sectores disidentes en Miami en contra de la soberanía cubana y la eliminación de los programas dirigidos a la subversión y desestabilización de Cuba.

Además, La Habana exige compensaciones por los daños humanos y económicos que la política de EE.UU. ha causado a Cuba en más de 50 años.

El anuncio de normalización de las relaciones se dio a conocer el 17 de diciembre por los dos mandatarios. Fue saludado rápidamente por la mayoría de los países del continente americano y los países de otras regiones del mundo.

Sin embargo, la política de EEUU en cuanto a acercarse a Cuba, líder ideológico de los muchos países latinoamericanos, está en contradicción con su política sobre otros países de la región como Venezuela, cuya oposición radical es respaldada y apoyada por la administración de Obama. La oposición de ultra derecha de Venezuela ha tenido varias reuniones con las autoridades norteamericanas, entre ellas, Joe Biden, el vicepresidente estadounidense. Biden declaró hace unos meses en una reunión con Lilian Tintori, la esposa del opositor venezolano encarcelado Leopoldo López, que dentro de unos meses no existiría el gobierno de Nicolás Maduro, en una advertencia inédita al gobierno legítimamente elegido de Venezuela.

Meses después, la administración del presidente Barack Obama, calificó a Caracas como una amenaza a su seguridad nacional y puso sanciones a algunos funcionarios venezolanos, entre ellos el presidente de Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.

Pero en una campaña nacional, los venezolanos agruparon más de 10 millones de firmas contra el decreto presidencial estadounidense lo cual causó que Obama retirara de su postura sobre Venezuela y derogara el decreto.

Parece que Obama, del Partido Demócrata, busca otros fines a raves de normalización de relaciones con Cuba.

El primer objetivo podría referirse a las elecciones presidenciales del 2016, para las cuales los demócratas buscan un as o quizás unos ases para poder quedarse en el poder. El caso cubano puede ser un buen ejemplo para que los demócratas se finjan como buenos negociadores en resolver disputas nacionales y mundiales.

Otra razón para este acercamiento puede ser la recuperación del puesto perdido de EEUU en Latinoamérica desde hace casi una década. Como lo anunció el mismo Barack Obama, fracasaron las políticas de Washington en cuanto a Cuba. EEUU eligió a Cuba, considerado como el cerebro de los países progresistas y ejemplo de los países críticos a Washington en América Latina, para poder acercarse más a la región dominada mayoritariamente por los gobiernos de los partidos izquierdistas.

También la normalización de las relaciones con Cuba posibilitaría apoyar más a la oposición y disidentes cubanos para poder causar una sublevación contra el régimen establecido.