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Falsos positivos masivos en Ituango, Antioquia
Asociación de Campesinos de Ituango / Sábado 22 de agosto de 2015
 

Mientras el pueblo ituanguino avanza construyendo senderos de paz a través de la Mesa Cívica Comunal en concordancia con la propuesta de la Gobernación de Antioquia de “Preparémonos para la Paz” y le propone al Gobierno Nacional que el municipio sea decretado como zona especial de paz, desde la Brigada Móvil No. 18 se levantan todo tipo de incriminaciones liosas contra honorables y respetadas personas reconocidas por su laboriosidad y honestidad en el municipio.

Dudosas y preocupantes imputaciones levantadas presuntamente por la Brigada Móvil 18 sobre un supuesto trabajo de inteligencia, el que al parecer se efectúa de manera presurosa y sobre falsos testimonios o informaciones prepagadas. El redundante argumento para justificar tan inciertas y suspicaces detenciones sigue siendo el mismo: “informaciones de un desertor (?)”; “uno, dos o tres años de seguimientos”; “miles de audios” adquiridos de hipotéticas interceptaciones y que los organismos de control deben investigar muy bien el por qué, según serias conjeturas, están chuzados todas las comunicaciones telefónicas en Ituango, lo que constituye una flagrante violación a las normas del DIH, DDHH y derechos constitucionales fundamentales.

Es decir, el formato prefabricado de la inteligencia militar de la BM 18 para efectuar las detenciones deja mucho qué desear y demuestran una clara intención persecutoria indiscriminada contra toda la población ituanguina bien sea del campo o del área urbana.

Organismos internacionales defensores de DDHH y del DIH han constatado el cumplimiento del cese unilateral al fuego de la fuerza insurgente que opera en el municipio pero al mismo tiempo la manera como crece la opresión de las unidades de la BM 18 contra la población civil, o sea, mientras que el Presidente de la República ordena el desescalonamiento del conflicto, la BM 18 lo escalona, no contra el actor armado insurgente, sino contra la población civil.

No parece ser mera coincidencia que mientras crece la exigencia de todo el pueblo ituanguino a la BM 18 para que haga entrega al municipio de las instalaciones universitarias que tiene invadidas desde hace doce años, ésta en un acto de revanchismo se ensañe contra la población civil.

El día 19 de agosto de 2015, desde las 3 a.m. unidades de la BM 18 y del CTI, a través de la fiscalía especializada 039 de Bogotá, procedieron, de manera violenta y en actos de exceso y abuso de autoridad, a allanar, destruir y atropellar a las personas sindicadas. En efecto destrozaron puertas, objetos, obras de arte, apuntalaron en las cabezas de señoras y niños armas de fuego, acompañadas de ultrajes físicos y de palabras de tan grueso calibre como el de las armas que portaban.

Detuvieron a las siguientes personas: Orlando Lopera Giraldo, Javier Dario Caro Sierra, Diego Rojas, Enrique Lopera Piedrahita, Luis Emilio Zapata, Wilson Piedrahita, Edison Taborda Sierra, Antonio Guzmán, José Daniel Jaramillo Ríos.

El procedimiento militar fue tan precipitado y desenfrenado que, supuestamente por equivocación, otros argumentan que para amedrentar, allanaron la casa del periodista y comunicador de Teleantioquia Wilson Cartagena, a quien le destrozaron las puertas del apartamento y objetos, incluida obra de arte avaluada en más de 30 millones de pesos.

El caso del profesor Edison Taborda Sierra, quien presta sus servicios en la Institución Educativa de la vereda El Cedral, es sumamente grave, ya que desde las vísperas fue citado a las dependencias de la Secretaría de Educación de la Gobernación de Antioquia, por el señor Julio Blandón, el que remitió al profesor Taborda Sierra a otra oficina y en cuestión de 5 minutos llegaron agentes del CTI para detenerlo. La actitud del señor Julio Blandón ha sido sospechosamente agresiva contra personas en Ituango a quienes ha acusado de “ser auxiliadores de la guerrilla”.

Resulta también sospechoso que a varios habitantes de Ituango, incluidos el señor Antonio Guzmán, uno de los detenidos, se les convocó por vía telefónica a que se dirigieran a Santa Rosa y Yarumal dizque a reclamar beneficios económicos en oficinas de víctimas. Igualmente llamaron a la señora esposa del profesor Taborda Sierra. El que hacía las llamadas no se identificaba. Preguntamos ¿Otra artimaña delictiva de las unidades de inteligencia de la BM 18? ¿Por qué les picaban arrastre para capturarlos en otro u otros municipios diferentes a Ituango?

Los detenidos fueron trasladados en camionetas al antiguo aeropuerto de Ituango e inmediatamente trasladados a Medellín vía aérea.

Relato de un susto

Por Wilson Cartagena Colorado
Corresponsal Freelance
wctlt@hotmail.com

Hoy aproximadamente a las 3.00 am mientras dormía plácidamente en mi casa ubicada en la carrera Córdoba de Ituango Antioquia, escuché unas voces de personas en la calle que me despertaron, seguidamente golpes de puertas y gritos, y luego un estruendo que me preocupó; entre la bulla escuché que gritaban “abran, abran, somos el CTI de la Fiscalía”. Tras la algarabía decidí levantarme para averiguar que estaba sucediendo; unos segundos después sentí que golpearon mi puerta, algo diferente a toque común que utilizamos los ciudadanos de bien, eran golpes acompañados de gritos que repetían “abran, abran que somos el CTI de la Fiscalía”; como es lógico y tras las recomendaciones dadas por la Unidad de Protección, en mi calidad de periodista no abrí; fue entonces cuando a través de un golpe seco irrumpieron violentamente en mi vivienda; de inmediato aparecieron unos individuos con chalecos anti balas y gorras del CTI que gritaron “quieto, tírese al suelo, hijueputa, por qué no abría la puerta” a lo que respondí “no le abro la puerta a extraños, es la recomendación de la unidad de Protección, soy periodista y no un delincuente” . Esta explicación no fue suficiente, dado que me obligaron a tenderme en el piso, mientras me apuntaban a la cara con una pistola, ante la mirada impotente de mi compañera sentimental Karla Giraldo que les gritaba llorando “por qué se lo llevan, si él es un periodista, verifiquen bien”. Mi hijo Alejandro Cartagena, quien duerme en el cuarto de al lado se levantó asustado y llorando les preguntaba “qué le van a hacer a mi papa, déjenlo quieto que él es un hombre honesto y trabajador”. Con mi rostro enterrado en el piso y las manos en los hombros, escuché que los hombres susurraban, pensé entonces que era mi hora final; uno de los “agentes del orden” regresó y me solicitó de manera grosera que me incorporara y me sentara en el mueble junto a mi compañera y mi hijo, fue enfático en que no me podía levantar, el agente regresó al piso inferior, eso lo deduje por la bulla que se estaba presentando en este sitio; en ese momento aproveché para llamar al jefe de corresponsales de Teleantioquia Noticias Daniel Palacio, mi jefe inmediato, quien me recomendó conservar la calma mientras se esclarecían los hechos. Unos minutos más tarde regresaron “los agentes del orden” y de inmediato solicité a mi compañera sentimental Karla Giraldo que grabara con la cámara de su celular estos hechos; uno de los agentes le solicitó a Karla que apagara la cámara, dado que se estaba llevando a cabo una diligencia de allanamiento en varios pisos del edificio, esta solicitud la acompañó con las palabras “por las buenas”, en ese momento le dije que ella era prensa libre (freelance) y que podía grabar, sin embargo el agente aseguró que no se podía y tras la presión y los hechos violentos durante este proceso le pedí a Karla que apagara la cámara. El agente me aseguró que los daños serían pagados, que la puerta se arreglaba luego de una denuncia, eso sí, le correspondía al arrendador; frente a una obra de arte original (pintura al óleo con marco antiguo) que dañaron durante el operativo y la cual tiene un gran valor artístico, el agente aseguró que también seria pagada, luego me prometió que me daría toda la información necesaria para realizar un reportaje frente a estos hechos, finalmente me solicitó que firmara un documento, en el cual constaba que no se había realizado registro a mi vivienda, dado que no la requisaron. Procedí a firmar el documento, sin embargo nunca se me brindó la información para el reportaje.

Frente a esta situación quedan varios interrogantes así: ¿Por qué se realizan este tipo de operativos en todo un edificio?, ¿es normal que adivinen el sitio de residencia de varios ciudadanos al parecer implicados irrumpiendo en sus viviendas?, ¿se puede hacer un allanamiento o registro simultáneamente a la misma persona en varias direcciones de residencia?, ¿Dónde queda el derecho a la privacidad?, ¿Dónde queda el derecho a la intimidad?, ¿Por qué utilizar palabras groseras como “hijueputa” al momento de ingresar a las viviendas?, ¿será que los periodistas no pueden grabar mientras se realiza este tipo de operativos como lo manifestó el agente?, ¿Por qué hacer operativos a las 3:00 am a comerciantes que trabajan de 7:00 am a 10.00 pm, cuando se puede llegar hasta el negocio y hacer la captura sin agresiones ni actos violentos?

Ituango ha sido estigmatizado en muchas ocasiones, ha sido re victimizado, la impunidad ha reinado en este territorio, las armas están en el sitio donde debieran estar los estudiantes y los libros, el miedo es un factor común, los autores intelectuales de las masacres perpetradas por los paramilitares en complicidad con la fuerza pública aún deambulan en el mundo de la política, el pueblo sigue poniendo las víctimas y el terrorismo de estado se evidencia en los niños afectados sicológicamente, las puertas destrozadas, los falsos positivos, y hasta los periodistas amenazados y coaccionados. ¿Hasta cuándo seguirá esta situación? ¡Que susto!