Agencia Prensa Rural

Entrevista con el comandante Joaquín Gómez del Bloque Sur de las Farc
"Este proceso será infructuoso si el pueblo como tal permanece distante"
REC Sur / Sábado 30 de enero de 2016
 

Entrevista con Joaquín Gómez, en el marco de actividades de pedagogía para la paz llevada a cabo por el Bloque Sur de las Farc- Ep en las montañas del departamento de Putumayo.

La Red de Comunicadores Populares del Sur obtuvo en exclusiva una entrevista con el comandante de las FARC-EP Joaquín Gómez.

Comandante Joaquín Gómez ¿Cuál es el balance actual del proceso de paz que se desarrolla en este momento entre las FARC EP y el Gobierno Nacional? ¿Cómo avanza en este momento el proceso de paz?

J.G: Con las dificultades lógicas del mismo proceso debido que después de cincuenta y pico de años casi sesenta años de conflicto armado es lógico que las conversaciones sean bastantes dificultosas porque hay una conciencia de cada una de las partes de sus propios intereses que es los que está en juego, pero en términos generales ha avanzado. Te digo avanzado porque hay ya unos elementos, unos acuerdos que así lo constatan, son acuerdos parciales porque en su totalidad no han podido concretarse pero son de una gran significación, entre ellos está lo relacionado con el campo y otras; participación política, está la solución al problema de las drogas ilícitas, el acuerdo que hubo sobre las víctimas, sobre búsqueda, ubicación, identificación y entrega de las víctimas a sus respectivos familiares para que le den una sepultura digna, el plan piloto del Orejón sobre descontaminación del suelo de elementos explosivos, esto queda allá en el municipio de Briceño, en el departamento de Antioquia. Uno de los acuerdos digamos más sustanciales es el del sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición que era uno de entre otras cosas uno de los más sensibles, no el más, sino uno de los más sensibles y estamos ahora en el forcejeo sobre otro punto que no es menos sensibles que es el fin del conflicto que esto tienen que ver con las condiciones para la dejación de armas pero también para que las FARC pase a otro tipo de vida partiendo ya de elementos sociales, económicos y culturales acorde con los intereses del mismo movimiento.

¿Cómo sería esa transición, como sería ahora la nueva vida de las Farc tras un eventual postacuerdo?

J.G: Pues en esto como todas las cosas que anteceden a la realidad hay mucha imaginación, ¿no?, yo me imagino personalmente que con todos sus riesgos es una época bastante delicada, pero también acompañada de mucho optimismo y mucha esperanza, delicada por los obstáculos que aún se interponen, como es el paramilitarismo, como política de Estado y esperanza porque es un nuevo camino una nueva etapa podríamos decir, donde por fin se materialicen los verdaderos objetivos por los cuales nosotros hemos luchado tanto tiempo y lo hicimos como única opción que nos dejaban porque se cerraron todas las opciones y las únicas que nos dejaron fue la armada, por eso nos decidimos porque no había otra opción, conscientes de que como revolucionarios teníamos que jugar nuestro papel

Comandante, el sur ha sido epicentro fundamental en ese conflicto político armado que ha vivido el país, ¿cómo sería la experiencia en el sur, por ejemplo, en esas nuevas territorialidades de paz, cómo sería ese ejercicio de construcción de paz en esta región?

J.G: Bueno a mí la fantasía no me alcanza para decir cómo va a hacer eso.

¿Qué va a pasar por ejemplo frente a la militarización de los territorios? ¿va a continuar? ¿qué se ha llegado a acordar? ¿se va reducir el pie de fuerza en las regiones?

J.Q: unos de los puntos que contempla es la desmilitarización de la vida, la desmilitarización de la sociedad y es apenas lógico que si se soluciona el conflicto social y armado entonces las fuerzas armadas tendrán que disminuir numerariamente y quedar digamos una cantidad que esté acorde con la nueva situación del país, de un país que ya no está en conflicto, aunque arguyen algunos, que no es posible en los momentos actuales que disminuyan numéricamente las fuerzas armadas debido a que hay otros elementos de conflicto, como son los elenos, como lo son las Bacrim, yo pienso que ,uno, Bacrim eso es función de policía y lo otro pues son revolucionarios, pero eso no puede ser obstáculo para que reduzcan el pie de fuerza militar.

A propósito del ELN ustedes han venido acompañándolos de alguna y otra manera dentro del proceso que el ELN ha intentado iniciar con el gobierno nacional, ¿qué sabe usted frente a eso, hay avances?

J.G: bueno, hemos escuchado que sí ha habido algunos avances, no tan trascendentales pero sí ha habido, lo que recibimos con mucho beneplácito ya que el deseo nuestro, como el de todo colombiano de juicio sensato, es que ellos también participen porque así entonces este proceso tendría una mayor incidencia sobre la sociedad colombiana hacia dentro y hacia fuera.

¿Cómo se están proyectando ustedes ahora que de pronto se firme un acuerdo?

J.G: nosotros proyectamos que debe forjarse un movimiento amplio muy amplio donde quepa todo aquel que esté deseoso de cambios positivos, donde es necesario dejar a un lado las mezquindades, la lucha egocéntrica que siempre se establece entre algunos personajes como si eso hiciera parte ya de la cultura política colombiana, que la izquierda deje sus desavenencias y ponga en primer plano lo fundamental que es la unidad, porque hoy día la divisa fundamental es unidad, unidad y más unidad porque gracias a esas separaciones, a esos archipiélagos ideológicos que se ha formado en Colombia, muchas veces por influencia de las misma ultraderecha y de Estados Unidos que se han diseñado eso como estrategia para tener a la izquierda dividida porque son conscientes de que si la izquierda se une pues el privilegio de poder que ellos han gozado se pone en peligro entonces yo pienso que tienen que ser un movimiento muy amplio donde gente de los partidos sin que ninguno de ellos pierda su identidad política y se hará sobre unos mínimos donde haya coincidencia.

¿Usted ha pensado en el plano electoral participar en elecciones?

J.G: no, por el momento es muy arriesgado decirte si o no, porque es apenas lógico si este proceso se consolida pues habrá que participar en elecciones porque es una de las distintas formas de disputar el poder, aunque previamente tendría que haber un cambio fundamental en el Consejo Nacional Electoral y otros tipos de medidas fundamentales porque a veces no elige quien bota sino quien escruta.

Se ha cordado una justicia integral, ¿de qué trata esta justicia integral? ¿va a haber cárcel?

J.G: sí la justicia integral, te hablo de la justicia transicional, antes el Estado y antes la clase dirigente, insistieron mucho en la justicia transicional, para el caso nuestro, nosotros con mucha fuerza, mucha vehemencia, nos opusimos, porque históricamente la justica transicional se ha impuesto donde ha habido un conflicto y hay un vencedor, entonces el vencedor le ha impuesto al vencido las condiciones traducidos en este hecho concreto en la justicia transicional, nosotros hicimos la propuesta y al Gobierno le pareció buena, nombrar algunos juristas muy brillantes de ambas partes para que diseñaran un sistema de acuerdo con la realidad colombiana, con las aspiraciones nuestras y partiendo de que es un conflicto que lleva mucho tiempo y ha dejado cicatrices muy grandes, buscando la forma de cerrar esas cicatrices y permitir que esto incida mucho para que sea una paz estable y duradera como la que deseamos, si esto sobre todo el tema de justicia, no se procede con equilibrio, prudencia, tacto seguramente que el conflicto se irá a repetir, aparecerá de distintas formas y la violencia seguirá su cauce como ha sido hasta ahora.

Este sistema es un sistema que no es ideado exclusivamente para nosotros sino para todos aquellos que de una y otra forma, directa o indirectamente, han participado en el conflicto y lo único que se exige es que haya verdad, si alguien dice la verdad, la máxima pena son ocho años.

¿Hay restricción de la libertar?

J.G: no, como tal no hay restricción de la libertad y es una justicia prospectiva porque tendrá que jugar su papel en el futuro y también restaurativa porque los representantes del Estado hacían mucho énfasis en que la justicia tenía que ser punitiva, a la cárcel, y esta es restaurativa.

Comandante, ¿qué va a pasar con las armas de las Farc?

J.G: primeramente te explicó la dejación de armas es para ambas partes aunque de distintas formas, cuando se habla de ambas partes que quiere decir, que las armas del Estado no tienen por qué participar en política, me explico no tiene porque las armas del Estado usarse para matar sindicalistas, líderes sociales, líderes populares, líderes de izquierda porque eso es participar en política y nosotros ya dejamos distante su uso, que no se pueden usar.

¿Dónde van a quedar esas armas?

J.G: no hemos determinado, hemos pensado que pueden entregársele a un tercer país.

Comandante usted habló algo ahora que es cierto este conflicto ha generado mucho dolores, ha generado muchas cicatrices, ¿cómo construir caminos de reconciliación en la sociedad colombiana cuando ha estado polarizada durante tantos años?

J.G: yo pienso que todo eso es posible siempre que haya voluntad política de ambas partes, sobre todo de parte del Estado que es quien goza de todos los medios hablados, escritos, porque se necesita hacer una pedagogía, una pedagogía que incline a la gente a la reconciliación teniendo en cuenta también ciertas premisas para que no haya repetición, porque así como la gente de ahora nuestra generación nació en pleno conflicto, entonces hay que hacer un gran trabajo a todo los niveles para que la futura generación tome una actitud reconciliadora, para que se aplique justicia pero sin odio y sin venganza, porque un papel fundamental en el odio que tanto hay después de tanto tiempo de lucha, lo han jugado los medios porque han incitado, han alimentado el odio y fuera de ellos algunos actos tanto de otra parte, por lo otro estos conflictos no se dan en línea recta desafortunadamente y a veces se comenten fallas, desaciertos costosos, dolorosos pero que no ha habido en ellos intencionalidad por lo menos en el caso nuestro como cuando se afecta la población, nunca en nuestra mente ha estado en proyecto afectar la población civil, al contrario estamos en armas es para defender los interese de los desposeídos, pero el conflicto es tan complejo que a veces uno lastima a los que desea defender, a los que defiende

Dentro de los acuerdos que usted han logrado llegar, ¿cuál sería el más significativo para la vida de los campesinos?

J.G: pienso que el más significativo para la vida de los campesinos es una reforma agraria integral.

¿Eso qué significaría para ellos? Para la gente que está en el campo

J.G: pues para ellos significa, porque ha trabajado siempre sin perspectiva de nada, sino como quien dice administrando la miseria, entonces que viva en una tierra fértil, el Estado lo apoye con tecnología, con créditos, montos, con buenas semillas, buenos cultivos, sitios de mercadeo para evitar especulación y otra serie de prerrogativas, porque se trata también de cierta manera de zanjar esa diferencia abismal que hay entre la ciudad y el campo, aunque eso no por simple deseo se zanja, porque es un problema del mismo sistema capitalista. Pero al menos mitigando un poco esas diferencias, creando condiciones dignas en el campo.

¿Qué sería lo que en estos momentos quisiera las Farc-EP que el pueblo colombiano escuchara de su parte?

J.G: pues el mensaje sería decirle al pueblo que estamos comprometidos con este proceso, pero que este proceso será infructuoso si el pueblo como tal permanece distante, alejado, haciendo las veces de un accidental espectador, así el pueblo tienen que apropiarse de este proceso y pasar a ser protagonistas de primera línea, de lo contrario esto no fructificará porque uno sabe y es consciente de que todo esto tiene que ser producto de una conquista y esa conquista tiene que ser con el pueblo adelante y nosotros ahora de la mano con el pueblo, sin el pueblo no es posible que fructifique nada sobre todo este problema histórico que hemos tenido y que tenemos la intención de que sea superado, para que se reconcilie el país y poder convivir como lo que somos, hijos de un mismo suelo, de una misma patria, pero para ello se necesita sobre todo que los que ostentan el poder se flexibilicen en sus posturas y por fin dejen de tener su corazón en el bolsillo, porque esta gente con tal de engordar sus riquezas son capaces de todo, entonces un elemento fundamental en la reconciliación es que deje un poco de ser metalizados, que sean más humanos para que puedan comprender la situación del otro.

Desde las Montañas de Colombia, Ginna Tatiana Pirgauta, para la Red de Comunicadores Populares del Sur, Recpsur.