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Se extiende mancha de sangre y horror en Córdoba
¡Acribillados van, acribillados vienen!
Andrés Chica Durango / Jueves 18 de febrero de 2016
 

Como antes se volcaran en los municipios, las calles, los corregimientos y las veredas del departamento de Córdoba el terror y pánico colectivo; aquellos días de “tangueros”, ACCU y AUC parecen no tener fin: panfletos amenazantes repletos de desprecio y menosprecio a la vida humana juran “limpieza social” y “haber llegado para quedarse” como sucedió en Santa Cruz de Lorica y Tierralta en nombre de los “Urabeños” (denominación criminal que usan “reinsertados” paramilitares para parangonar sus hechos sistemáticos de crimen organizado).

En municipios del bajo y alto Sinú cordobés en menos de ocho días han concurrido nueve asesinatos bajo la misma modalidad criminal, con la vista gorda de las autoridades civiles y militares a quienes les basta y les calma su conciencia “dar condolencias por redes sociales” a los familiares de las víctimas y hacer promesas fatuas como “dar con los móviles del hecho”.

El problema de raíz, que debe ser abordado y confrontado, es el paramilitarismo que nunca ha dejado de existir en los pueblos del alto Sinú, zona San Jorge, en la ciudad capital y la zona costera; la razón es: el control del narcotráfico y la dominación narco-política.

Las AGC (Autodefensas Gaitanistas de Colombia) o Clan Úsuga dominan en Córdoba, tienen bajo su nómina a policías y miembros de la cúpula militar, “maniqueados” a los administradores de turno y desde luego aterrorizada a la ciudadanía bajo el término de que “quien no está con ellos, está en su contra”.

Se hace necesario que un grito colectivo de protesta y condena de estos brotes de sicariato organizado -que anteceden aparatos organizados con fines extorsivos-, de control del tráfico y micro-tráfico de estupefacientes y de las amenazas individuales y comunitarias se tome las calles de los municipios y la ciudad capital para exigir a los gobiernos de turno que garanticen la libertad, seguridad, derecho a la vida y la paz de los habitantes de la región.