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"La paz del Estado no es nuestra paz" La doble moral del Gobierno pone en riesgo a movimientos sociales
Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular / Martes 15 de marzo de 2016
 

"Vos tenés la bala, yo la palabra. La bala muere al detonarse. La palabra vive al replicarse" Berta Cáceres

La Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular está comprometida con la solución política negociada al conflicto social, político y armado, por tal razón se emprendió un proceso de encuentro y diálogo nacional a través de la realización de las Cumbres de Paz con el objetivo de construir una agenda política común, avanzar en la resolución de conflictos territoriales y desarrollar una pedagogía popular para la paz. Sin embargo se ve con preocupación e indignación que en medio de los esfuerzos que realizan las organizaciones y movimientos sociales para la construcción de la paz con justicia social y ambiental, sigan siendo criminalizados. En la última semana han sido asesinados los líderes sociales:

Marisela Tombe, líder campesina del Tambo, Cauca (asesinada el 1° de marzo)
Alexander Oime, Gobernador indígena de Río Blanco, Cauca (asesinado el 1° de marzo)
Klaus Zapata, líder de la Juventud Comunista en Soacha, Cundinamarca (asesinado el 6 de marzo)
William Castillo, líder campesino de El Bagre, Antioquia (asesinado el 7 de marzo)

Igualmente en las últimas semanas las comunidades rurales vienen denunciando la presencia de grupos paramilitares, la circulación de panfletos amenazantes, seguimientos intimidatorios a líderes sociales campesinos del Catatumbo, entre otros hechos.

Ante esta alarmante situación, cabe preguntarse ¿Cuál es la paz del Gobierno? ¿Dónde están las garantías políticas para la participación? ¿Dónde está la justicia en el país? El Gobierno colombiano no puede continuar con su doble discurso: por un lado manifiesta su voluntad de paz pero por el otro, criminaliza la protesta social, guarda un silencio cómplice ante las actuaciones paramilitares, impulsa leyes de despojo e incumple con su deber constitucional de salvaguardar la vida y la integridad de los ciudadanos.

Por esta razón, sin que cueste la vida y la libertad, se exige el cese de la persecución contra las organizaciones, movimientos sociales y políticos democráticos, se exige verdad y justicia ante los crímenes perpetrados contra el movimiento social, en especial, la Cumbre Agraria, con quien el Gobierno Nacional ha pactado desde 2014 una agenda de trabajo en materia de derechos humanos y garantías.

Aunque los movimientos sociales confían en la solución política negociada al conflicto armado, y en consecuencia apoyan los diálogos entre el Gobierno y las Insurgencias, decimos que la paz del gobierno no es nuestra paz. Por esa razón no vamos a quedarnos callados ante esta grave situación que viven las comunidades, nuestros hermanos y hermanas, y anunciamos desde ya que nos movilizaremos, saldremos a las calles, a las veredas, a las plazas públicas para denunciar al Estado criminal y sembrar esperanza con nuestras propuestas, porque queremos cosechar un nuevo país.

Nuestra voz de solidaridad con los familiares y amigos de los líderes asesinados.

¡Sembramos esperanza, cosechamos país!