Agencia Prensa Rural

Mirador
Caen pa arriba
Carlos A. Lozano Guillén / Miércoles 11 de febrero de 2009
 
Candidato clonado, política transgénica

Durante los casi siete años del gobierno de Uribe Vélez, varios de sus altos funcionarios han fracasado en la gestión, no sólo por la incapacidad sino también por lo inviable del proyecto uribista. Algunos están en la cárcel por corruptos, parapolíticos y mafiosos. Otros cayeron «pa arriba», como suele decirse, porque salieron de sus cargos para asumir otros más importantes o continúan pontificando «desde afuera».

El sábado pasado renunció al cargo de ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, más conocido como «Uribito» debido al esfuerzo que hace para parecerse a su patrón. Fue un funcionario gris, altanero, incapaz, que fracasó de manera estruendosa, porque a la vista está el desastre del campo colombiano. Como nunca, la producción agropecuaria está en crisis, amén de que ninguna política, distinta a la prédica demagógica en la cual es experto el joven ministrico, dio frutos positivos.

El campo está abandonado y el gran proyecto de «Uribito» fue el intento de entregar una fértil finca en el departamento del Meta con destino a los desmovilizados, a los latifundistas amigos del Presidente y del funcionario. Lo de Carimagua fue un escándalo nacional, que logró detenerse gracias a loa oportuna denuncia en los medios de comunicación. Pero «Uribito» renunció para continuar sin ataduras legales la campaña presidencial, porque se cree el heredero del trono. Está convencido de que es una especie de clon de Uribe Vélez.

Está también Fernando Londoño Hoyos, primer ministro del Interior de este gobierno, quien se retiró «con todos los honores» a pesar de que fue condenado por jueces y el Consejo de Estado a devolver las millonarias acciones de Invercolsa de las cuales se apropió y se beneficia mediante argucias fraudulentas. Hasta el momento se niega a devolverlas, pero, eso sí, da lecciones de moral y de buen comportamiento en los micrófonos de Radio Súper, donde lo graduaron de periodista, y en las columnas editoriales de El Tiempo.

Ocurrió también con Daniel García, director de Invías, quien alteró documentos públicos para llenar los requisitos que le permitieran ocupar el cargo. La Procuraduría lo sancionó, pero García se niega a renunciar y apenas solicitó una licencia «para defenderse». Otro funcionario incapaz, responsable del lamentable estado de las vías nacionales.

Y como colofón de estos pocos ejemplos, que son muchos, el presidente Uribe ratificó en el cargo de Alto Comisionado de Paz a Luis Carlos Restrepo, después de que fue desautorizado por impedirle a la prensa el cubrimiento de las liberaciones de los rehenes la semana pasada en Villavicencio. Restrepo es un fracaso, porque más bien parece un comisionado de guerra, como se lo dijo Hugo Chávez en alguna ocasión.

Son cuatro botones de muestra de la incapacidad de los funcionarios uribistas. Para no hablar de los locuaces acusados del cohecho.