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La fiesta del primero de mayo en Medellín
Agencia Prensa Rural / Lunes 2 de mayo de 2016
 

Una verdadera fiesta se vivió en Medellín el pasado domingo primero de mayo. Sindicalistas de los sectores público y privado, trabajadores de pequeñas y medianas empresas, taxistas, vendedores, estudiantes de colegios y universidades, organizaciones juveniles y hasta barristas se tomaron las principales calles del centro de la ciudad. La concentración inicial se programó para las 9:00 de la mañana en el Parque de los deseos, pero desde tempranas horas de la madrugada mujeres como doña Gilma se levantaron para “dejar todo alistado en su casa y poder salir a marchar, sola, porque sus hijos y nietos prefieren quedarse viendo televisión”; pero con la firme convicción de que ella y sus compañeros podrían hacer sentir su voz de protesta por una pensión justa después de toda una vida de trabajo.

La música de los tambores, las coloridas pancartas, los cantos y las arengas acompañaron la manifestación que llegó cerca del medio día a la Plazoleta de las Luces en inmediaciones del centro administrativo La Alpujarra. Pese a que algunos comerciantes se mostraron inconformes frente a los rayones en las paredes que dejaban a su paso algunos de los sectores juveniles que decidieron expresarse en las paredes, se hizo sentir el apoyo del comercio -que decidió abrir sus puertas a pesar de que era domingo y festivo y se presentaba poca afluencia de visitantes en el centro- con papeles arrojados desde las ventanas y con pitos y aplausos frente a las exigencias de mejoras laborales, en contra de la tercerización del trabajo, por salarios dignos y respaldando los diálogos de paz.

Entre los aproximadamente diez mil asistentes a la marcha se destacó la creatividad a la hora de hora de hacerse escuchar, con disfraces, antifaces y performance se representó el papel dominante que ejerce el patrón sobre sus obreros y cómo esto se relaciona con la injerencia del gobierno de Estados Unidos no sólo en Colombia sino también en países con gobiernos democráticamente elegidos con los casos de Venezuela y Brasil en los que se gestan posibles golpes de Estado. Cómicamente se representó también el apoyo de los colombianos hacia el pueblo cubano y la necesidad urgente de acabar con un bloqueo económico y político por parte de “los yanquis” hacia los isleños que han hecho posible la esperanza de paz para Colombia.

El cierre de la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores, recordando a los mártires de Chicago de 1886 y a los miles de obreros que han perdido sus vidas exigiendo una vida digna, se realizó en la tarima principal frente a la Biblioteca de EPM, muy al estilo paisa con trovas populares que recordaron la gesta revolucionaria del Che Guevara, de Hugo Chávez y de Fidel Castro que continúa con su ejemplo marcando el camino de un mundo con mejores oportunidades para todos. Así mismo se leyeron las proclamas del día de los obreros luchadores y al compás de La Internacional se terminó con un ¡vivan los obreros del mundo: vivan, vivan, vivan!

Doña Gilma toma el bus que la llevará de regreso a su casa, le servirá a su familia el almuerzo que dejó empezado desde la mañana. No le importa el dolor de sus pies por las largas horas que estuvo caminando, porque sabe que aunque la salud está colapsada en todo el país, la educación cada vez es más restringida, el desempleo alcanza cifras alarmantes y la posibilidad de una pensión es cada vez más escasa. Crece día a día la esperanza de que un acuerdo final de paz pueda ofrecer mejores oportunidades para los jóvenes, ancianos, hombres, mujeres y niños que se manifestaron el primero de mayo en las principales ciudades del país.