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El ejército colombiano hiere a tres niños en Puerto Cachicamo (Guaviare)
dhbajoariari / Viernes 13 de febrero de 2009
 

Siendo las nueve de la mañana del 11 de febrero del año en curso se escucharon unos disparos y un soldado cae herido en el anden del SAI llamado Telerec, que queda en la calle principal. Dos soldados lo arrastran al interior del SAI y reaccionan disparando indiscriminadamente para todos lados, sin tener en cuenta que había personas civiles en las calles, inclusive en esta carrera amenazaron a un civil diciéndole: “Tranquilo, niche, que después de esto usted sigue”.

Del resultado de estos disparos tres menores quedaron heridos:

Jhonier Estiven Arco López. Con RC NIP 96110408762 de San José del Guaviare. 12 años. Nombre de los padres del niño herido: Alba Idaly López López con C.C. 41212916 de San José del Guaviare y José Eulises con CC 8334001 de Ismina (Chocó).

Everney Forero Suárez. TI 1007243924 de San José del Guaviare, 12 años. Nombre de los padres del niño herido: José Gabriel Forero con CC 5841767 de Anzoátegui y Alba Suárez Ospina con CC 40277589 de Vista Hermosa (Meta).

Andrea Jhoana Atehortúa Zapata con RC NIP 29865770 de El Castillo (Meta). 13 años. Nombre de los padres de la niña herida: Gilberto Atehortúa Cardona y María Elizabeth Zapata Rojas.

Quienes se encontraban en la institución educativa Santa Helena dentro de sus aulas en horas de clase. Otros soldados se ubicaban alrededor de la institución. Los alumnos y profesores se desesperaron. Un alumno se para y observa que un soldado está en la esquina disparando hacia ellos y gritan: “Profe, los soldados nos están disparando, nos van a matar”. Los profesores les dicen: “Agáchense” y tratan de prestar los primeros auxilios aplicando un torniquete a la niña Johana, pero ella sigue sangrando y un profesor decidió salir y correr hacia el portón para tratar de abrirlo, pero oye más disparos y decide cruzar por encima de la malla y un padre le pasa una silla y se entera de que hay más niños heridos y estos corren la voz de los niños heridos y comienzan a evacuar la institución. Hay gran confusión en el pueblo ya que la gran mayoría tiene hijos allí en dicha institución y naturalmente todos creen que son sus hijos.

La comunidad se reúne de forma inmediata en el parque para tratar de sacar del pueblo los heridos, ya que aquí carecemos de una atención medica básica: hay centro de salud pero sin nadie profesional que los asista. El Ejército al mando del mayor Elkin Argote de la Brigada Móvil Número 7 Batallón 64 se presenta en el parque para evacuar a los niños heridos, pero la comunidad le pide garantías para trasladar a los niños. Se pide la Cruz Roja, Derechos Humanos o Defensoría del Pueblo pero el Ejército se tarda mucho y los niños son trasladados por la comunidad por vía fluvial hacia La Carpa donde los esperaban los médicos de La Carpa y El Capricho.

El mayor Elkin Argote ofrece disculpas y acepta que sus hombres cometieron un error. Ofrece tomar los correctivos correspondiente al caso. Los padres y comunidad le dicen al mayor que “siempre nos han puesto en peligro y esta vez resultaron heridos nuestros niños. Nosotros le pedimos que por favor se vayan o desalojen la vereda”, pero el mayor se comprometió ante esta comunidad a retirarse y retirar las tropas del casco urbano, cosa que hasta el momento no se ha dado, pues después de todo lo sucedido siguen llegando permanentemente. Todo esto tiene muy alterada a la comunidad, pues los niños no quieren regresar a la escuela, pues están temerosos de lo que les suceda lo mismo que a sus compañeros.

Como a las 12 del día se presento el coronel Wilson Chávez, acompañado de una mujer, y trataron de hacerle unas preguntas al vicepresidente de la junta de acción comunal, pero él les dijo que hablaría algo con toda la comunidad presente y decidió reunirse toda la comunidad en el centro del parque principal.

Cuando estábamos allí, la mujer se identificó como Carolina, la asesora jurídica del Ejército que estaba aquí para enterarse y escuchar a la comunidad sobre lo sucedido en las horas de la mañana. El vicepresidente le dice: “Nosotros hablamos o declaramos lo sucedido si se presenta la Fiscalía, la Cruz Roja o Derechos Humanos”, pero ninguna entidad de estas se hizo presente. Ella alegaba que con ella se podían hacer las declaraciones o narraciones de lo ocurrido. Algunas personas decían que “si usted es la asesora jurídica del Ejército, ¿quiénes son los asesores de nuestro pueblo? Para eso pedimos al defensor del Pueblo o una delegación de los Derechos Humanos”. Ella decía: “Yo soy neutral” y que no iba a obligar a nadie a declarar, pero sí amenazó con que en San José del Guaviare se verían para testificar a más de uno del pueblo, y que eso les iba a salir más caro. Sin embargo, los padres y la comunidad le seguían diciendo: “Nosotros con ustedes no hablamos ni declaramos nada. Hablamos cuando venga la Fiscalía o un representante de Derechos Humanos” y ella decía que tuvieran la plena seguridad de que la Fiscalía no iba a llegar aquí porque no había pasado nada, ni había muertos para levantamiento. Y entraron en discusión la comunidad y ella.

La comunidad que no declaraba y ella que sí lo tenían que hacer y uno por uno se fueron retirando.

Esta mujer se dirige al SAI a recoger pruebas y allí dice que “¿qué reclama la gente? Si lo que tiene es un soldado muerto”, y que ya estábamos a mano porque había afectados de lado y lado. Y otra señora le decía: “Usted está furiosa por el soldado muerto, pues nosotros también lo estamos pues tenemos tres niños heridos que nada tienen que ver con el conflicto y los niños no estaban armados y estaban en un lugar que se supone es neutral”.

Todos estos hechos nos han causado consecuencias muy graves que se ven reflejadas inmediatamente en nuestra comunidad, como la de deserción estudiantil. Ya que habíamos tenido un logro muy importante en la educación porque habíamos aumentado la matrícula y teníamos el proyecto del internado; pero debido a los sucesos ninguno de los niños quiere vivir en el pueblo. Las consecuencias son muy graves para esta comunidad, en materia educativa.

Allí en la escuela ya no se tiene seguridad, pues el Ejército sigue acampado a 300 m de la institución y prácticamente dentro del pueblo, y están habitando una casa de una familia, casa del señor Isaac Montenegro, quien, por motivos ajenos a su voluntad, no se encuentra en la región. Igualmente utilizan la represa del acueducto como si fuera una piscina, así pues tampoco podemos utilizar el agua que llega a nuestras casas para el consumo diario.

Ya se le ha dicho en varias oportunidades que retire la tropa y hasta el momento no lo ha hecho.

En tal sentido, esta Comisión hace un llamado de urgencia al alto mando militar, para que de manera urgente se inicien investigaciones que lleven a establecer la responsabilidad de las unidades militares que llevaron a cabo estos actos ilícitos, y que conforme a la Ley se castiguen de manera ejemplar y contundente a fin de evitar que actos indecorosos como estos se sigan cometiendo por parte de miembros de la Fuerza Pública, contraviniendo el mandato constitucional de respetar la vida, la honra y los bienes de los ciudadanos.

Exigimos:

Al estado colombiano y a sus organismos de control interceder de manera oportuna ante el mando castrense a fin de garantizar de forma inmediata que las tropas que hoy vulneran los derechos de estas comunidades corrijan su actuar y cumplan con su mandato constitucional, a fin de evitar que, con las operaciones militares, se vulneren los derechos fundamentales de los campesinos que habitan las veredas que aquí mencionamos.

A las organizaciones nacionales e internacionales defensoras de derechos humanos la invitación a exigirle al gobierno de Álvaro Uribe que se pase del discurso del respeto por los derechos humanos a los hechos concretos de garantías para las comunidades que habitan estas apartadas zonas del país.

C. C. Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
C. C. Defensoria Nacional del Pueblo
C. C. Procuraduría General de la Nación
C. C. Comisión Interamericana de Derechos Humanos
C. C. Organizaciones no Gubernamentales de Derechos Humanos

Agradeciendo su atención prestada.

Junta de Acción Comunal de Cachicamo (Guaviare)
Comunidad de Cachicamo
Docentes Escuela Santa Helena Cachicamo