Asociación de Hermandades Agroecológicas y Mineras de Guamocó
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¿Qué pasará con los paramilitares del municipio de El Bagre?
Agencia Prensa Rural / Miércoles 25 de mayo de 2016
 

La escalada de violencia que ha tenido el municipio de El Bagre, Antioquia, coincide con el alto al fuego decretado por las FARC EP que ha reducido la confrontación a mínimos históricos entre las fuerzas militares y dicha guerrilla. Sin embargo, los grupos paramilitares como las Autodefensas Gaitanisas de Colombia (AUG), Urabeños o clan Úsuga, como se les quiera designar, han entrado a disputar el control territorial de esta zona que es parte fundamental de la conexión entre Antioquia, La región Caribe y el Magdalena Medio.

En los últimos meses se ha evidenciado la escalada del conflicto social y armado, siendo las comunidades rurales las más afectadas. Hasta el día de hoy, según la Asociación de Hermandades Agroecológicas y Mineras de Guamocó (AHERAMIGUA), organización social defensora de DHHH, alrededor de diez asesinatos se han cometido en lo que va de este año por parte de los actores armados, siendo los paramilitares quienes más han arreciado en El Bagre, sus corregimientos y veredas.

Según lo denunciado por organizaciones sociales y distintos medios de comunicación, en estos momentos se está viviendo de nuevo una arremetida paramilitar llevando consigo las viejas prácticas de antaño, como los señalamientos, el desplazamiento forzado, las torturas, los asesinatos selectivos y los descuartizamientos.

Si bien los paramilitares en esta región nunca se desmovilizaron, sí mutaron a otras estructuras y es que en ese sentido se había vivido una tensa calma en los últimos años, siendo las comunidades las más beneficiadas ante ello. En algunos lugares, la población se empoderó de su territorio siendo garante de los DDHH y la movilización social, que presionó a los actores armados a respetarla. Este es el caso de Puerto López, corregimiento de El bagre, y que ahora es uno de los lugares más afectados por la violencia, conjuntamente con el corregimiento de Puerto Claver.

En diálogo con el equipo de apoyo de DDHH de Aheramgua, éste afirma que la disputa por la economía ilegal y el poder político y social es el principal factor de esta confrontación. Al igual que en el resto del país, los paramilitares quieren ocupar los lugares donde ha hecho presencia histórica la insurgencia y de esta manera desarrollar sus actividades de financiamiento ilegal, con los cultivos de coca y la explotación aurífera.

En el caso de la sub-región del Caribona, ubicada entre Bolívar y Antioquia, se empieza a sustituir la siembra de coca por otros cultivos. En ese mismo sentido, otras comunidades han comenzado una transición paulatina a la producción agrícola y ganadera en contraposición a la minería con retroexcavadora e informal. Los paramilitares han presionado e incidido para que estas directivas, fruto de los acuerdos de La Habana y de las movilizaciones campesinas, no se realicen.

Las organizaciones sociales han puesto en conocimiento del Gobierno Nacional y la ONU dicho plan de desestabilización de la región, razón por la cual se han hecho varias comisiones de verificación que han conllevado a visibilizar la grave situación que se vive en la región.

Cabe resaltar que esta zona se ha caracterizado por su riqueza aurífera por lo que la extracción del oro se ha hecho desde tiempos ancestrales y de la colonia. En la actualidad se realiza tanto minería artesanal como industrial. Según la Confederación Nacional de Mineros de Colombia (Conalminercol), el 80% de la población depende de la explotación del oro, siendo la pequeña y media minería la que le da sustento a alrededor de 25 mil familias.

El abandono estatal de esta zona es notable, ejemplo de ello es que mucha de las carreteras que comunican al El Bagre con el resto del país son trochas, caminos de herradura o vías sin pavimentar, como por ejemplo la vía que llega desde Caucasia, en el sector de “descarralado” que, si bien pertenece a Zaragoza, es la entrada al municipio. Lo irónico es que se cuenta con aeropuerto pero no con buenas vías de acceso. A eso se suma que en la mencionada carretera por el sector de Caceri hay un retén del ejército que impide la movilidad de 7:00 pm a 5:00 am.

Los factores de una baja red de comunicación vial y la falta de centros de acopio para productos agrícolas han hecho que cultivar no sea rentable. Por lo tanto, las comunidades le apuestan más a la explotación mineral y ambiental, sin pensar en las consecuencias ambientales y las connotaciones sociales que implican este tipo de economía extractiva. Aunque con los acuerdos de La Habana se han vislumbrado nuevas posibilidades de impulsar la inversión económica y social de estos territorios.

Para que en esta región se transite por los caminos de paz, se debe tener una clara voluntad de cambio social y políticas económicas y agrarias adecuadas que devenguen en la mejora de la calidad de vida de la comunidad. Es claro que estas áreas se deben convertir en territorios de paz donde el Estado garantice todos los derechos, acentuando el respeto fundamental a la vida.

La duda que queda ante los posibles acuerdos con las guerrillas es qué pasará con los paramilitares en el municipio de El Bagre.