Carta de John J. Sweeney, presidente de la AFL-CIO a Uribe
"Grupos armados ilegales a menudo utilizan este tipo de declaraciones, hechas por su gobierno, como una licencia para aterrorizar y asesinar"
/ Miércoles 11 de febrero de 2009
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La Federación Americana del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (del inglés American Federation of Labor and Congress of Industrial Organizations), comúnmente llamada AFL-CIO, es la mayor central obrera de los Estados Unidos y Canadá. Formada en 1955 por la fusión de AFL (1886) y CIO (1935). Está compuesta por 54 federaciones nacionales e internacionales de sindicatos de Estados Unidos y Canadá que juntos representan más de 10 millones de trabajadores. Es miembro de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres.
A continuación reproducimos el texto de la carta dirigida al presidente Uribe, en momentos en que se recrudece la persecución política y el asesinato de líderes sindicales y defensores de derechos humanos en Colombia
11 de febrero 2009
Al honorable Álvaro Uribe Vélez
Presidente de la República de Colombia
Cra. 8 No. 7-26, Palacio de Nariño
Bogotá, COLOMBIA
Estimado señor Presidente:
Como usted recordará, hemos tenido ocasión de llevar a cabo conversaciones directas, francas y constructivas sobre el estado de los derechos sindicales en Colombia, inclusive durante su visita a Washington en mayo 2007. Agradecemos profundamente que usted hubiera recibido a nuestra delegación AFL-CIO en el Palacio de Nariño, en febrero del año pasado, para discutir los mismos asuntos. Usted siempre ha expresado su buena disposición para discutir estas cuestiones en cualquier momento, y es en ese mismo espíritu que ahora me dirijo a usted para referirme a lo siguiente.
Deseo expresarle mi honda preocupación en torno a determinados comentarios, hechos por usted en público, que han captado mi atención, y que se dice ha pronunciado usted sobre los defensores de derechos humanos en Colombia. Puesto que los derechos sindicales hacen parte, sin lugar a dudas, de los derechos humanos, y puesto que los sindicalistas colombianos también son defensores de estos derechos humanos, me siento desalentado y alarmado con la alusión del Gobierno a determinados miembros críticos de la sociedad civil como el "bloque intelectual de las FARC." Dicha declaración resta legitimidad a la importante y valiosa labor de los defensores de derechos humanos, cerrando el espacio con el que se justifica que cuenten para ejercer libremente su derecho a la libertad de expresión, derecho internacionalmente reconocido.
Como usted mismo sabe y puede apreciar, estas declaraciones colocan a individuos y a organizaciones enteras bajo el grave riesgo de ser objeto de retaliación física por parte de integrantes de grupos armados ilegales, quienes a menudo utilizan este tipo de declaraciones, hechas por su gobierno, como una licencia para aterrorizar y asesinar. Le encarezco muy respetuosamente que retire estas afirmaciones a la mayor brevedad posible y en público, así como que emita públicamente una declaración reconociendo la legitimidad y el valor de los defensores de derechos humanos para una sociedad democrática, incluidas las personas afiliadas a los sindicatos.
Como sin duda es de su conocimiento, el Comité de Educación y Trabajo de la Cámara de Representantes de EEUU ha invitado a tres líderes de la sociedad civil colombiana a testificar ante el Congreso esta semana, para comentar el estado de los derechos sindicales en su nación. Dichas personas, a través de su análisis meticuloso y su labor incansable, están estableciendo las bases de una Colombia mejor. Estas personas y su integridad física son de la más alta prioridad para la AFL-CIO, así como para el movimiento obrero y la comunidad de derechos humanos internacionales. Lo instamos a tomar todas las medidas del caso para asegurar que, cuando estas personas regresen a Colombia, puedan continuar con su trabajo sin ser objeto de amenazas, intimidación o cualquier otro riesgo físico.
Por favor siéntase libre de comunicarse con nuestro Departamento Internacional sobre este asunto, y espero que podamos continuar sosteniendo discusiones constructivas con usted en un futuro muy próximo, para beneficio de los trabajadores de nuestros dos países.
Sinceramente,
John J. Sweeney
Presidente
AFL-CIO