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Entre generaciones le decimos SÍ a la paz
Stephanie Ángel / Domingo 28 de agosto de 2016
 

El 25 de agosto, un día después del “Todo está acordado” traía consigo esperanza, nostalgia, necesidad de perdón y de entereza para construir la paz que tanto necesitamos en nuestros barrios.

Este mismo día se realizó el tercer taller de pedagogía para la paz de la organización Conciencia Crítica, en el barrio “Los Laureles” en la localidad de San Cristóbal, Bogotá. Al llegar al Nido el Búho, el sol nos acompañaba para no sentir tanto el frío de la montaña, y poco a poco empezaron a llegar los niños, padres, madres y adultos mayores.

Fueron estos últimos quienes empezaron a compartirnos sus historias de relación con el conflicto. La mayoría de ellos venía de otras regiones, Boyacá, Casanare, Cundinamarca, Putumayo, Santander, Tolima y Valle del Cauca. Así nos dimos cuenta que no somos tan lejanos, que tenemos historias compartidas. Las dos causas permanentes de haber venido a la ciudad se relacionaban con el desplazamiento forzado y con otro tipo de desplazamiento, también forzado si entendemos que cuando no hay condiciones de vida digna también nos vemos obligados a coger lo que tengamos y llegar a la ciudad a intentar vivir.

Mientras tanto, los niños aprendían de las historias y lo duro que ha sido la vida desde jóvenes para sus padres y abuelos. Nos ayudaban a recoger esas memorias, a encontrar lo similar, y los dolores que teníamos presentes, entre recuerdos nostálgicos y una generación un poco más joven entonó una canción que todo el salón seguimos a coro “A quien engañas abuelo, yo sé que tú estás llorando/ Ende que taita y que mama, arriba tan descansando/ Nunca me dijiste cómo, tampoco me has dicho cuándo/ Pero en el cerro hay dos cruces que te lo están recordando”. Así recordamos la historia de nuestro país, marcada por sangre. Pero los niños estuvieron para recordarnos que a pesar de todo lo difícil que ha sido vivir en este pedacito del mundo, siempre el amor se ha hecho presente, así no tengamos siempre las formas para expresarlo.

Analizamos algunos de los acuerdos y todo el proceso de paz, entendimos cómo desde todas las aristas se ha sentido dolor, cómo todos somos humanos y el perdón, aunque lento pero llega, como decisión de vida, como esperanza para que nuestros hijos no vayan a la guerra, para que nuestros nietos no tengan que vivir esas mismas experiencias y, lo más importante, podamos construir también esos sueños de paz de todos, llenos de amor, condiciones de vida digna, tolerancia y respeto, tal como las diferentes generaciones presentes en el nido así lo expresaron, porque ahora como comunidad le decimos sí a la paz y seremos semilla de reconciliación y compromiso para cumplir nuestros sueños.