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Desminado humanitario requiere voluntad política del Gobierno Nacional
Entrevista a Carlos Antonio Lozada, miembro del Secreariado de las Farc-EP
 

Luego de los varios intentos fallidos que ha vivido Colombia para lograr la paz nos encontramos ante un proceso que abre las puertas para comenzar a transformar las dinámicas sociales que han venido determinando el rumbo político del país. En este sentido, el actual proceso podría ser enunciado como el más cercano a llegar a buen término con la insurgencia armada de las Farc-EP. En dicho marco los múltiples actores sociales y políticos en los territorios han tomado protagonismo por las diversas perspectivas de construcción de paz. El pasado 9 de noviembre varios integrantes del Equipo Colombiano de Investigación en Conflicto y Paz, Ecicp, nos desplazamos a la vereda el Diamante, en San Vicente del Caguán – Caquetá, con el objeto de entrevistar a varios comandantes y contribuir en el reconocimiento de todos los puntos de vista de los actores, entre estos, los de la insurgencia.

En sus relatos encontramos además de historias y vivencias personales, la lectura que hace esta organización en torno a temas de gran importancia en la coyuntura actual. Se tuvo la oportunidad de conversar acerca del proceso del desminado con el comandante Carlos Antonio Lozada, miembro del Secretariado; con el comandante Iván Merchán, comandante del Frente Yarí y miembro del Estado Mayor de Bloque, sobre la coyuntura del acuerdo; mientras que con la comandante Isabella Sanroque, del Bloque Oriental, el diálogo se orientó sobre la memoria histórica del conflicto.

Invitamos a leer estas opiniones con la idea de construir un criterio propio sobre las mismas y de esta manera continuar sumando esfuerzos para intercambiar ideas y preguntas sobre los temas que a continuación se tocan; así como para generar herramientas para el análisis de la dinámica política que hoy más que nunca necesitan una presencia activa de la sociedad en general.

Entrevista No. 1
Comandante Carlos Antonio Lozada
Tema central: Desminado humanitario

Durante la discusión sobre el punto 4 “Solución al problema de Drogas Ilícitas” del Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, se estableció que en el marco de la protección a las comunidades y la garantía del derecho a la vida y el bienestar de la población rural, el Gobierno Nacional se compromete a poner en marcha un programa de desminado y limpieza de las áreas afectadas por Minas Antipersonal (MAP) y Municiones Sin Explotar (MUSE), propósito en el que las Farc-EP también participará como parte de un compromiso mutuo para el fin del conflicto.

A partir de dicho consenso se acordó en marzo de 2015 la ejecución de un plan piloto de desminado humanitario en la vereda El Orejón, del municipio Briceño en Antioquia y posteriormente en la vereda Santa Helena, del municipio Mesetas en Meta. Los pilotajes tenían por objeto el desarrollo de acciones humanitarias de construcción de confianza entre las partes; así como la prueba de trabajo mancomunado entre la Fuerza Publica y la guerrilla de las Farc-EP en cada uno de los procedimientos operacionales rigurosos que merece la descontaminación de artefactos explosivos.

El proceso de construcción de paz requiere que la sociedad participe en cada una de las acciones que tengan que ver con la construcción territorial, entre éstas el desminado que requiere de la contribución activa de la comunidad a partir de lo que se denomina “Enlace Comunitario”, con el fin de posibilitar un análisis certero de riesgo y potencialidades de acuerdo a las necesidades particulares de cada territorio, una señalización acertada de las zonas contaminadas y el efectivo diseño y ejecución de planes de inversión que permitan atender a las víctimas de la confrontación a través de dichos artefactos.

El Comandante Carlos Antonio Lozada es quien ha estado al frente de todo el desarrollo de la sub comisión técnica del punto 3 “Fin del Conflicto”, acerca del Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo y, junto con Edison Romaña y Matías Aldecoa, vienen trabajando el tema de desminado con el Gobierno Nacional; he ahí la necesidad de escuchar sus opiniones en relación a las potencialidades y obstáculos que presenta la descontaminación y liberación de territorios.

Ecicp: Comandante, en el marco del proceso de paz se acordó hacer dos pilotajes para el desminado, uno en Briceño y otro en Mesetas ¿Qué ha pasado con estos pilotajes? En el entendido que la sustitución de cultivos en Briceño no se ha realizado y sobre Mesetas no se ha vuelto a informar.

CAL: Al respecto primero debemos precisar que los dos proyectos piloto de descontaminación del territorio de restos explosivos son algo diferente al de sustitución voluntaria de cultivos; aunque ambos se enmarcan dentro de los denominados “gestos de desescalamiento”. En el caso de los proyectos de descontaminación del territorio de explosivos, lo que podemos asegurar es que han sido exitosos, aunque no exentos de problemas; como que las obras sociales estipuladas en los mismos no se han realizado, o se han hecho con mucho retraso. Sin embargo, queremos destacar que los proyectos piloto jugaron un papel significativo en la construcción de confianza entre las partes y de ellos podemos desprender una serie de enseñanzas para la etapa de la implementación de los acuerdos, cuando la descontaminación del territorio cobrará una gran importancia.

Ecicp: En el comunicado número 2, posterior al plebiscito, se dice que se mantienen las medidas humanitarias de construcción de confianza ¿eso quiere decir que se tienen montados más pilotajes?, si no es así, ¿cuáles son las razones?

CAL: La idea es poder llevar a feliz término las medidas y los acuerdos humanitarios ya concertados, toda vez que varios de ellos, como por ejemplo la salida de los menores, no se han podido cumplir cabalmente porque a cada paso nos tropezamos con los obstáculos propios de la burocracia y la falta de compromiso político por parte del Gobierno, quien para el público tiene un discurso respecto a este tipo de medidas pero al momento de concretarlas, eso no se traduce en buena voluntad para su implementación.

Ecicp: Entendemos que el desminado es un compromiso ético y político con la paz y la sociedad colombiana, ¿Cuál será la participación directa de las FARC en el desminado? ¿Se articularán con los operadores? ¿Creerán su propia organización?

CAL: Nosotros hemos expresado de manera oficial al Gobierno nuestra voluntad de contribuir con la descontaminación de territorio de restos explosivos de guerra, para lo cual estamos considerando la constitución de una corporación que, en acuerdo con otras organizaciones dedicadas a esa labor humanitaria, pueda comprometerse en las distintas fases que tiene esta tarea.

Ecicp: ¿Cómo ven ustedes el papel de las comunidades en todo este proceso de descontaminación de los territorios y su posterior desarrollo?

CAL: La experiencia de los proyectos piloto nos ha demostrado que para el éxito de este tipo de misiones es fundamental la vinculación de las comunidades en las etapas de estudio no técnico y educación en el riesgo, pero más allá de eso consideramos que lo verdaderamente importante es que esos proyectos lleguen de la mano con desarrollo socio-económico para los territorios; algo que implica la construcción de infraestructura social, carreteras, puentes, escuelas, puestos de salud, etc. Y que también sea la oportunidad para que el Estado haga presencia con la implementación de los acuerdos a través de la Reforma Rural Integral, mediante la entrega de tierras y su titulación, créditos, planes de sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito, entre otros beneficios que deben recibir las comunidades que históricamente han habitado estos territorios donde se ha desarrollado el conflicto. Parar lograr todo esto lo determinante será la organización y la movilización de las comunidades; como lo ha demostrado la experiencia.

Ecicp: ¿Qué les parece la certeza que después de haber liberado los territorios no se desarrollen de acuerdo a los intereses productivos comunitarios? Por ejemplo la llegada de megaproyectos.

CAL: Aquí también debemos echar mano de la experiencia reciente que nos demuestra que cuando las comunidades asumen la responsabilidad de organizarse y movilizarse por la defensa del territorio, de las riquezas naturales, del medio ambiente y de la economía campesina, se pueden lograr victorias importantes frente a la voracidad de las grandes compañías ligadas a los megaproyectos. Santurbán, La Colosa, El Quimbo, La Macarena, son algunos de esos ejemplos recientes. No hay fuerza mayor, en capacidad de detener esa voracidad, que la del pueblo organizado.

Ecicp: ¿Cómo ven ustedes que ya se esté empezando hacer desminado sin la participación directa de las FARC?

CAL: Todo esfuerzo que se haga en ese sentido es bienvenido. Ahora bien, la firma de los acuerdos y el compromiso de las FARC con esa tarea en específico aporta un elemento nuevo que es fundamental: el conocimiento y la experticia de los combatientes guerrilleros, hace mucho menos riesgosa esa tarea al tiempo que aumenta la eficacia y le eficiencia del trabajo de descontaminación; lo que al final debe significar un ahorro enorme de tiempo, de recursos y lo más importante, quizás, de vidas humanas.

Ecicp: ¿Qué opinión les merece que existan prevenciones en algunos territorios para hacer el desminado por la posible entrada de estructuras paramilitares?

CAL: El conflicto colombiano es algo sumamente complejo, que se expresa de múltiples formas, el paramilitarismo es una de ellas; por eso los acuerdos debemos valorarlos en su integralidad no como compartimentos separados. En el punto 3 Fin del Conflicto, se contempla una estrategia multidimensional para combatir este fenómeno; y allí el Gobierno va tener que poner a prueba su voluntad política mediante la implementación de lo acordado. En todo caso, le corresponde nuevamente al pueblo ser el garante del cumplimiento mediante una eficaz labor de fiscalización, denuncia y movilización, en caso que este u otro compromiso pactado no sea cumplido. Está también todo lo acordado en materia de verificación con la presencia de la comunidad internacional, que es algo igualmente importante.

Ecicp: ¿Cómo se logrará establecer un capítulo verídico sobre la utilización de este tipo de artefactos explosivos en el Informe de la Comisión de la Verdad? pues hay zonas en las que la Fuerza Pública es quien desmina y hay otras donde las comunidades han dado la certeza que han estado recogiendo todos estos artefactos de manera extraoficial.

CAL: Efectivamente esto ha venido ocurriendo. Desde el inicio del proceso el Gobierno se empeñó a fondo en construir la matriz de un único responsable del conflicto; sin embargo, hoy día ese tipo de pretensión ya no tiene cabida, sobre todo a raíz del informe de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, que pese a los distintos enfoques que contiene, todos son concluyentes en la existencia de una responsabilidad múltiple. El Estado, por su condición misma, es el máximo responsable. Esa verdad es incontrovertible y seguramente en la medida que la Comisión de la Verdad y el Tribunal Especial, acordado en la Jurisdicción Especial para la Paz, entren a cumplir su trabajo, la verdad de todo lo ocurrido irá floreciendo.

Ecicp: ¿Qué se necesita para que haya un proceso de desminado exitoso e integral?

CAL: Que el acuerdo comience la etapa de implementación. En segundo lugar, que haya un compromiso y una voluntad política por parte del Gobierno para facilitar la acreditación de distintas organizaciones dispuestas a participar en esta labor humanitaria, lo que al final debe permitir que sea el interés humanitario el que esté en el centro de los esfuerzos, de todos quienes asumimos el compromiso ético y político de reconstruir el país.