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Erradicación ha sido un fracaso
Entrevistas a líderes sociales sobre la Coordinadora Nacional de Cultivadores de Coca, Marihuana y Amapola
Harrison Castañeda Santamaría / Viernes 20 de enero de 2017
 
Asistentes a reunión de la Coccam. Foto Harrison Castañeda.

La semana pasada en Bogotá se dieron encuentro delegados campesinos que trataron el tema de la sustitución y erradicación de los cultivos de coca, marihuana y amapola. En esta reunión también se discutió sobre la política agraria que se debe tomar frente a estos cultivos, y sobre el incumplimiento por parte del Gobierno en lo pactado después de diversas movilizaciones.

Hablamos con César Jerez, vocero de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (Anzorc).

—¿Por qué se reunieron los cultivadores de coca, marihuana y amapola?

—Los días 10 y 11 de enero de 2017 nos reunimos, en la ciudad de Bogotá, cien delegados de los comités cocaleros veredales, municipales y departamentales, para tomar decisiones organizativas de cara a la construcción de la paz y la implementación de los acuerdos en materia de sustitución de cultivos.

Esta reunión estuvo acompaña de líderes de Marcha Patriótica, Anzorc y Fensuagro, y se tomaron decisiones importantes. Entre ellas nace la Coordinadora Nacional de Cultivadores de Coca, Marihuana y Amapola (Coccam) que tendrá su asamblea constitutiva el 27 y 28 de enero en Popayán, donde se espera contar con la presencia de seis mil delegados de los comités campesinos de cultivadores de coca, marihuana y amapola de todo el país.

Desde este espacio se hace un llamado urgente al Gobierno y a las FARC para que se reúnan de manera urgente con los delegados de la Coccam de cara a las decisiones frente a la implementación, según lo que versa el acuerdo de La Habana.

Con el nacimiento de esta Coordinadora se busca ser un actor protagónico y determinante en todo el proceso de construcción de paz y obviamente en el tema de cultivos. Esta reunión se hace en un ambiente adverso, donde el Gobierno acaba de anunciar la erradicación de cien mil hectáreas, de manera violenta, en el 2017, viene incumpliendo los compromisos de las mesas nacionales y está haciendo una interpretación de manera unilateral del acuerdo de sustitución.

Lo más grave es que hay un ambiente de asesinatos a líderes campesinos. Nos acaban de informar del asesinato en Carepa (Antioquia) del vicepresidente de la Asociación Campesina para el Desarrollo del Alto Sinú, José Yilmer Cartagena, asimismo nos enteramos ayer del asesinato de Olmedo Pito, un comunero integrante del Movimiento los Sin Tierra Nietos de Quintín Lame, en el Cauca, quien también hacia parte de este espacio. Además de lo anterior fueron asesinados dos miembros de la Asociación Nacional de Afrocolombianos Desplazados. Todo esto ocurrió en la presente semana.

A pesar de estas acciones, aquí se tomó la decisión de avanzar en el proceso y pensamos que el nacimiento de la Coccam va ser un hecho político, fundamental en el futuro reciente de la implementación y construcción de la paz.

—¿Frente a las declaraciones de algunos funcionarios del Gobierno afirmando que no hay paramilitarismo y que los asesinatos de los líderes sociales son hechos aislados, usted qué opina?

—Son versiones totalmente desafortunadas del Gobierno. Ya son muchos los asesinatos, sobre todo dirigidos a los líderes campesinos, afros e indígenas, y todo indica que se trata de un plan sistemático, que por lo menos hay complicidad de funcionarios públicos en esos asesinatos, y ojalá que sea complicidad, que no sea un plan sistemático que cuenta con la acción de funcionarios públicos. Esperamos que la impunidad no prospere y se tomen medidas concretas y definitivas. Hay un acuerdo en materia de paramilitarismo, se debe neutralizar este fenómeno. Es una acción que reclama una implementación inmediata.

Es viable la sustitución gradual y concertada

Hablamos también con un dirigente de la Asociación Campesina del Valle del Rio Cimitarra (ACVC), Francisco González.

—¿Cómo está acompañando la ACVC el proceso de formación de la Coccam?

—Para nosotros este trabajo que se viene haciendo es muy importante, porque en nuestro plan de desarrollo de Zona de Reserva Campesina (ZRC) está plasmado un eje específico para los cultivos de hoja de coca. Entonces estamos dispuestos a apoyar en las diferentes formas organizativas que se puedan para avanzar en el tema de la construcción de los comités cocaleros en el territorio. Ese programa de sustitución gradual y concertado se debe construir con la gente. De la misma manera implementar el eje del plan de desarrollo de la ZRC, como una de las propuestas históricas de nuestra organización y de nuestros campesinos en el territorio. Esa es nuestra apuesta.

Antes de la creación de la Coccam hablábamos de una manera aislada por un lado los de valle del río Cimitarra, por el otro los del Catatumbo, Chocó, etc. Con el nacimiento de esta Coordinadora, se podrá convocar a las diferentes organizaciones y expresiones organizativas alrededor de la problemática de la coca, amapola y marihuana a nivel nacional, lo que es un avance muy importante.

—¿Entonces un punto de lucha de la ACVC será el apoyo a los comités cocaleros?

—Nosotros nos proyectamos en apoyos organizativos, políticos, económicos, viéndolo desde el punto de vista de la economía propia que es la buscamos establecer. Entonces, en este aspecto, en los años anteriores, demostramos que sí es viable la sustitución gradual y concertada de los cultivos de coca con proyectos de búfalos, o de ganadería que tenemos en el territorio. Hoy podemos dar fe como organización de que los campesinos a quienes se les han entregado búfalos y ganado blanco, proyectos productivos reales en el territorio, no han tenido la necesidad de sembrar una mata de coca porque se les resuelve la situación económica.

Por tales motivos nuestro respaldo es seguir gestionando como ACVC a nivel nacional e internacional para fortalecer todos estos procesos que hoy surgen al calor de la defensa del territorio y nuestra autodeterminación. Esa es nuestra proyección y desde allí buscamos articular con la Coccam como ese proceso que posicione una política diferente para el tratamiento a los cultivos de coca, amapola y marihuana, porque hay que plantear una política diferente puesto que los 20 años de Plan Colombia han sido un fracaso. Nosotros como campesinos así lo pensamos y como organización también lo creemos, puesto que hoy siguen las mismas necesidades.

Entonces debemos buscar proyectos diferentes, no solamente de ganadería, sino que hay gestionar para el territorio buenas vías, electrificación, el respeto de los derechos humanos, que es de gran importancia, puesto que alrededor de la coca y del Plan Colombia se hizo una arremetida contra el eslabón más débil y allí se violaron los derechos de muchas comunidades campesinas. Por tanto nosotros vamos a estar en el territorio, con mucha más fuerza de cara a la implementación de los acuerdos. Esta es nuestra proyección.

Mesa directiva de la reunión de la Coccam. Foto Harrison Castañeda.