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Opinión
¡No más líderes sociales asesinados!
Al pueblo colombiano y al pueblo huilense les pido que trabajemos mancomunadamente por una reconciliación real, que no permitamos que los enemigos de la paz trunquen el sueño de las mayorías de ver una sociedad equitativa, solidaria y con justicia social.
Diego Armando Tello Quiroga / Jueves 26 de enero de 2017
 
Foto via photopin (license)

Las FARC-EP acaban de terminar su pleno de Estado Mayor Central, dando cumplimiento al mandato de su X Conferencia Guerrillera, celebrada hace un par de meses también en las sabanas del Yarí. Dentro de lo más importante se resalta la firme decisión de la construcción de paz, de su decidido tránsito a la legalidad y conformación del nuevo partido político. Sumado a lo anterior discutieron sobre la necesidad de la llegada de un Gobierno de transición que trabaje por la implementación de los acuerdos, recuperación de la productividad y el avance del proceso constituyente.

Anunciaron que ya están listos los 60 guerrilleros que se moverán por todo el país y los 10 de cada Zona Veredal Transitoria de Normalización, quienes, entre otras tareas, estarán en ejercicios de pedagogía. De esto último es lo que quiero centrar la atención y plantear la gran preocupación que se vive en el movimiento social y en la misma guerrillerada de las FARC y el ELN. Tiene que ver con la creciente paramilitar que está viviendo el país, ejércitos privados que quieren ocupar militar y políticamente los territorios que hoy ocupan las FARC. Lo grave de todo esto son los asesinatos selectivos que se vienen presentando en su mayoría contra los miembros de Marcha Patriótica.

En el último año fueron asesinados más de 130 líderes de este movimiento político, casos que parecieran se efectuaran bajo complicidad de las Fuerzas Militares y judiciales, ya que hasta el momento ni un solo caso ha sido resuelto y lo que es peor, su jefe, el ministro de Defensa, viene planteando que no hay paramilitares y que no existen hechos sistemáticos en estos crímenes.

Preocupa esta situación y que este sea el futuro que les espere a los guerrilleros que valientemente tomaron la decisión de reincorporarse a la vida legal. No puede ocurrir que los odios y la ambición por el poder estén por encima de lo que debe ser un verdadero Gobierno al servicio de las mayorías. Así a muchos les moleste que se hable del genocidio de la Unión Patriótica y de la responsabilidad que tuvo el Estado en ello, es el mayor y cercano presente que tenemos de la barbarie paramilitar y que no podemos permitir que se vuelva a presentar.

Al pueblo colombiano y al pueblo huilense les pido que trabajemos mancomunadamente por una reconciliación real, que no permitamos que los enemigos de la paz trunquen el sueño de las mayorías de ver una sociedad equitativa, solidaria y con justicia social. Dejémosle a nuestros hijos la oportunidad de crecer en una patria distinta donde la guerra sea protagonista solo del pasado.