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El pueblo alemán necesita solidaridad
Miguel Suárez / Miércoles 1ro de abril de 2009
 
La represión policial es pan de cada día en Alemania.

El sábado 21 de marzo (2009), se realizó en Berlín (Alemania) el Congreso Internacional "Solidaridad - Represión - Resistencia". Invitado por la organización Nueva Colombia, estuve en Berlín y tuve la oportunidad de hacer algunas notas con destacadas personalidades de la izquierda alemana. Conversé con algunas personas comprometidas con la solidaridad, alemanes y exiliados.

Caminé por las calles de la antigua República Democrática Alemana (RDA), con sus cuadriculados edificios, que albergaron un pueblo donde sus necesidades básicas estaban satisfechas.

Me causó mucha tristeza caminar por las calles de la antigua RDA y ver como los alemanes occidentales se esfuerzan por borrar toda huella del socialismo. Del muro de Berlín, pareciera que no quieren dejar ni el hueco.

Si un turista llega a Berlín y piensa visitar, por lo menos, el sitio donde estaba ubicado el muro, tendrá problemas porque ya ni figura en el mapa, aunque aún se conserva gran parte de éste.

Algunos emblemáticos edificios, como el Palacio de la República, fue demolido y en estos momentos sólo queda el hueco y dicen que en su reemplazo piensan construir un edificio de los tiempos de los káiseres.

Decía un parlamentario alemán que en Alemania aumenta la critica al capitalismo y no la combatividad y eso se explica por temor de muchos a verse envueltos en líos con los aparatos de seguridad y las reformadas leyes de los tiempos de la guerra fría.

Se pude decir que, sobre la base de estas leyes, se siente el espíritu de Hitler rondando por este país, donde dicen se propagan silenciosamente grupos nazis, que se visten ahora hasta con camisetas con la imagen del Che para camuflarse.

Las personas con la que conversé expresaban de una u otra forma su preocupación por los espionajes de los servicios de seguridad alemanes, las interceptaciones telefónicas y otras medidas.

Pude participar de una marcha en solidaridad con los presos políticos de Alemania, Europa y el mundo, en una marcha donde participaron unas 300 personas, en su mayoría jóvenes. La presencia de policía en la zona fue impresionante y como una forma de mostrar su dimensión diría yo que habían tantos policías como manifestantes.

Mas de 30 vehículos policiales siguieron pacientemente a los manifestantes que eran filmados abiertamente, aunque no entorpecieron la marcha.

El día de los presos políticos se celebra en Alemania desde el año 1921 el 18 de marzo. La organización Socorro Rojo Internacional (Rote Hilfe International) publica anualmente un suplemento especial dedicado a los presos políticos del mundo, adjunto al diario Mundo Joven (Junge Welt).

La marcha culminó en la puerta de la Casa de la Democracia, donde se realizó el Congreso Internacional por los Presos Políticos, titulado este año (2009) “Represión - Solidaridad - Resistencia”, que tuvo énfasis en las leyes alemanas antiterroristas denominadas 129A y 129B, el encarcelamiento y proceso de miembros del grupo alemán Militante (militante gruppe), el de cinco turcos encarcelados en la prisión Stammhein en Stuttgart, la situación de los presos políticos de Milán (italianos), sobre la problemática del pueblo vasco y la crítica situación por el conflicto político, social y armado en Colombia, y finalizó con una discusión general.

Me causó sorpresa el conocer que la actual primera ministra alemana o canciller Angela Merkel había sido dirigente de la FDJ, la Juventud Comunista en la RDA y hoy esté al servicio de la oligarquía alemana.

La tergiversación de los términos “izquierda” y “socialista” ha llevado a que en la Alemania de hoy, lo que podríamos llamar simplemente como “izquierda” se halla visto obligada a denominarse como “izquierda radical” para diferenciase del resto de partidos políticos derechistas que se hacen llamar como “izquierda”. Por ejemplo, el gobierno de la canciller dizque es socialista.

El mal uso del término ha llegado a tal extremo que pareciese que la derecha hubiese desaparecido de Alemania.

Claro que hay que señalar que esta utilización no se da solamente en Alemania. En Suecia, uno de los partidos actualmente en el gobierno, siendo de derecha se proclamó como “el nuevo partido de los trabajadores” y en Colombia hombres de derecha como el “alcalde izquierdista” de Bogotá, Lucho Garzón, hacen lo mismo.

De los grupos nazis, se cuenta que lenta pero sin pausa avanzan colonizando barrios. Primero llegan algunos de sus miembros, regularmente jóvenes, alquilan apartamentos, montan negocios, tiendas y bares para luego tomar el control total de éste. Una pregunta que inquieta es: ¿Quién los financia?

Cuentan que en las calles no era extraño ver grupos de jóvenes, camuflados con vestimenta de revolucionarios, lo que hace que los emigrantes se tomen alguna confianza para pasar a su lado siendo sorpresivamente agredidos.

Hay sectores de Berlín donde los emigrantes se niegan a cruzar, ya que están totalmente controlados totalmente por los fascistas.

La canciller alemana Angela Merkel y el presidente colombiano Álvaro Uribe, en Berlín, 31 de enero de 2009.

Mucho me pregunté por qué la señora Merkel visitó a Uribe y luego él visitó a la Merkel, si Colombia no es un socio económico importante para Alemania. Uno de mis entrevistados me remarcó que esto se daba porque era una orden de los Estados Unidos, pero casualmente encontré un detalle que me causó curiosidad.

Resulta que el 7 de enero de 2005, murió en una comisaría de Policía de Dessau, Oury Jalloh, refugiado de Sierra Leona, de 36 años de edad. Esposado Oury Jalloh murió incinerado. Nadie escuchó sus gritos de auxilio y la versión oficial fue de que él se prendió fuego solo dentro de la celda.

Algunos medios hicieron la reconstrucción de los hechos ya que no entendieron cómo puedo haber sucedido este accidente. Según la reconstrucción, era imposible que él se suicidara de esta forma.

Los policías, contrario a ser castigados, fueron trasladados a otras ciudades.

Pues un caso similar sucedió en Bogotá, en febrero de este año (2009), donde la Policía de la oligarquía prendió fuego a dos niños dentro de una celda y la disculpa fue la misma.

También hay que recordar que un seudoperiodista colombiano elaboró un policiaco artículo contra las organizaciones de exiliados, donde dijo que para elaborar su panfleto y obtener suficiente información se entrevistó con los servicios secretos alemanes.

En Colombia, al igual que en Alemania, los servicios de seguridad filman abiertamente a los manifestantes.

Aquí cualquiera puede preguntarse si esa relación no va mas allá de visitas y órdenes imperiales.

Hablando de relaciones, hay que ver el tamaño de la embajada rusa en Berlín, que es incluso mucho mas grande que la de los Estados Unidos, mostrando esto la importancia de la relaciones entre la Federación Rusa y Alemania.

Se dice que Rusia es hoy por hoy el principal socio y aliado comercial de Alemania y que las inversiones alemanas en Rusia son crecientes.

Se habla mucho de que a raíz de la crisis económica, el pueblo alemán cada vez es mas crítico con el actual modelo económico, pero que esto no se traduce en un aumento de la combatividad del pueblo. Se cuentan historias como la que Vladimir Ilich Lenin, dijo algo como que los alemanes para hacer la revolución primero pagarían el pasaje del tren, pero otros dicen que esa pasividad tendría fin si ellos no pudiesen comprar la cerveza, de la cual se dice es más barata que el agua.

Pero debo decir que hay muchos alemanes que se sobreponen a la opresión, que luchan y utilizan novedosos métodos de lucha. Sucedió que ante la desinformación de algunos medios, alguien logro distribuir unos 150 mil ejemplares falsificados del diario Die Zeit (El Tiempo), el de mayor circulación en Alemania, donde éste se disculpaba por su desinformación.

Hablando de democracia y represión, hay que tener muy en cuenta que uno de los sitios, si no él más representativo de una democracia burguesa es el parlamento, donde se fabrican las leyes. Teniendo esto en cuenta, debo destacar la gran similitud al interior de sus edificios, entre el parlamento alemán y la famosa cárcel de Alcatraz.

Tres o cuatro días no son muchos para hacerse una imagen objetiva de la situación del pueblo alemán, pero ante el temor por muchos expresado, salí de Alemania, convencido de que, como muchos otros, el pueblo alemán necesita solidaridad.