El 20 de julio del 2014 el ex presidente Álvaro Uribe Vélez fue elegido senador de la República para el periodo 2014 – 2018. Esta es su segunda elección para este cargo, ya que entre 1986 y 1994 lo ejerció. Tiempo histórico, de gran luto para la disidencia de pensamiento e izquierda colombiana, pues en el marco de estos años se desarrolló el temible “baile rojo”contra la Unión Patriótica.

En 1995 fue elegido gobernador de Antioquia, desde allí ejecutó la creación de las Asociaciones Comunitarias de Vigilancia Rural (Convivir), que tiempo después se convirtieron en ACCU, años más tarde AUC, y hoy denominadas “bandas criminales”.

Fue presidente de Colombia entre 2002 – 2006. En su mandato las AUC se “desmovilizaron”, según cifras oficiales, cerca de 31.671 y se “sometieron a la justicia” mediante un proceso de amnistía amparado jurídicamente por la Ley 975 de 2005, más conocida como “Ley de Justicia y Paz”.

Días antes de ganar su segundo ruedo como senador, el señor Uribe estuvo en Montería (Córdoba), reunido con gamonales, terratenientes, “ex-paramilitares” y diversos personajes reconocidos por su aparición en la denominada “para-política” que tuvo su génesis en 2001 mediante el “pacto de Ralito”, ocurrido en el mismo municipio y corregimiento donde Uribe consintió el eventual proceso de desmovilización de las AUC.

En esa reunión, desarrollada en la Central Comercial Ganadera del sinú (Montería), el hoy congresista dijo:

“Todo eso puede crear un ambiente en Colombia que favorezca a las Farc, a la Marcha Patriótica y a los sectores radicales de izquierda que nosotros no queremos y tenemos que hacer todo el esfuerzo para que no suceda”
(refiriéndose al avance del proceso de paz entre las Farc-EP y el gobierno del presidente Santos y la futura implementación de los acuerdos).

Esas palabras al día de hoy cobran relevancia y denotan gran importancia en el marco del centenar de asesinatos, desapariciones, desplazamientos forzados y amenazas sistemáticas contra los miembros del Movimiento Político y Social Marcha Patriótica.

Según cifras oficiales, en el sur de Córdoba hay alrededor de dos mil integrantes de la “bacrim” autodenominada “AGC” (“Autodefensas Gaitanistas de Colombia”), engendro neo-paramilitar amalgamado por los que nunca se desmovilizaron, los que se desmovilizaron, pero volvieron y los que después de la consecución del“Acuerdo de Santa Fe de Ralito” se incorporaron a esta empresa criminal y hoy dominan las zonas despobladas por las Farc-EP tras su concentración en las ZVTN y PTN.

Los paramilitares sí existen, Álvaro Uribe los fundó siendo gobernador de Antioquia, la historia no miente.

¡No más Muertos! ¡Exigimos Justicia!