Asociación Campesina del Catatumbo
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Gobierno de Norte de Santander le incumple a la región del Catatumbo
Asociación Campesina del Catatumbo - Ascamcat / Viernes 10 de marzo de 2017
 

La Mesa de Interlocución y Acuerdo del Catatumbo (MIA-C) es un espacio que se generó en el marco del refugio humanitario de Caño Tomás del municipio de Convención en el año 2009, para que campesinos, gobierno nacional y departamental discutieran sobre las problemáticas existentes en la región y juntos poder buscar soluciones a los problemas sociales, ambiental y culturales que enfrenta la región. Desde ese entonces, hemos dialogado con la gobernación del departamento, en cabeza del señor William Villamizar Laguado quien era gobernador de ese periodo y acordamos una serie de proyectos en pro de la comunidad. Sin embargo, la mesa fue suspendida unilateralmente por el gobierno sin dar cumplimiento cabal a sus compromisos.

A partir del año 2013 y a raíz del paro campesino, la MIA-C fue reactivada con el objetivo de dar solución a las demandas del campesinado. En este sentido los campesinos pactamos con el gobierno nacional y departamental unos “Acuerdos de Confianza” en infraestructura vial, salud, proyectos productivos, acueductos y alcantarillados.

Es así que en la MIA-C realizada en los días 06 y 07 de noviembre de 2014 se firmaron aquellos “Acuerdos de Confianza”. En ellos se conviene la entrega de un combo de maquinarias a la ASCAMCAT para el mejoramiento de 350 km de vías terciarias en los municipios del Catatumbo. Este compromiso fue ratificado por el actual gobernador mediante acta firmada el 2 de marzo de 2016. En ella el gobierno departamental se comprometió a mantener la maquinaria en préstamo a la ASCMACAT hasta el 31 de diciembre de 2016, fecha en la cual se había proyectado terminar el mejoramiento vial de los 350 kilómetros pactados.

Sin embargo, los campesinos nos encontramos con la sorpresa que el 28 de agosto de 2016, sin ninguna información previa, se paralizaron las máquinas y se decidió unilateralmente detener la operación del combo de maquinarias, alegando que el presupuesto asignado no alcanzó para terminar el kilometraje pactado. Sin embargo, como consta el acta de la MIA-C del 06 y 07 de noviembre de 2014, la gobernación departamental se comprometió a que se cubrirían los costos de la atención a los 350 km pactados.

Esta situación motivó la realización de una nueva reunión con la gobernación el 15 de septiembre de 2016 con la presencia del gobernador y las Naciones Unidas como garantes. Es en este escenario en el cual el gobernador de Norte de Santander se comprometió a reactivar las máquinas en los primeros días del mes de octubre, hecho que nunca sucedió. Fue solo hasta el 30 de noviembre de 2016 cuando se adjudicó el contrato “N° 01343 de 2016 con el objetivo de hacer mantenimiento preventivo y atención de putos críticos de las vías que de Filo Gringo Conducen a las veredas de Buenos Aires y San Martín del Municipio del Tarra, Norte de Santander”. Contrato que por un momento celebramos los catatumberos, hasta conocer que dicho contrato era de mínima cuantía, el cual no alcanza para mejorar ni 1 kilómetro de vía.

Por último en este escenario de acuerdos incumplidos y otros cumplidos a medias, decidimos asistir el 1 de febrero de 2017 a una reunión gestionada por la ONU, con el objetivo de dialogar con la gobernación y buscar una solución en conjunto a este problema, ya que a pesar de los acuerdos, las actas firmadas y las promesas del gobernador, solo se han intervenido hasta el momento 120 de 350 kilómetros pactados.

Hoy, a pesar de que no se ha cumplido ni el 50% de lo pactado y que el gobierno departamental pareciera olvidar lo que ha firmado con los campesinos del Catatumbo, se hace alarde en medios de comunicación sobre las máquinas que supuestamente están retenidas por ASCAMCAT. Es el gobierno departamental el que han retenido el sueño de contar con unas vías en mínimas condiciones para nosotros poder transportarnos dignamente, transportar a los enfermos, llevar a nuestros hijos a la escuela y llevar nuestros productos para comercializarlos.

Hoy cuando la palabra no vale y pareciera que lo firmado tampoco, hacemos un llamado al gobierno nacional y departamental al cumplimiento de lo acordado; a los garantes de la MIA-C a no permitir que se burlen impunemente las legítimas expectativas de las comunidades y, en general, a la opinión pública a que no permitamos que se sepulten los frutos de la movilización social de un territorio abandonado por el Estado.

El campesino necesita hechos reales, la paz no se construye con palabras, se construye con hechos. Así como el cumplimiento de los acuerdos de paz entre las FARC-EP y el Estado colombiano es imperativo ético, resulta inaceptable que la institucionalidad de ese mismo Estado haya negociado el cese de una movilización campesina con promesas que al final terminen siendo letra muerta.