Asociación de Hermandades Agroecológicas y Mineras de Guamocó
:: Magdalena Medio, Colombia ::
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La guerra continúa en Bajo Cauca y sur de Bolívar
Después del desplazamiento de las FARC-EP hacia las zonas veredales transitorias de normalización, los espacios donde antes hacían control territorial y presencia han sido poco a poco tomados por el paramilitarismo que de nuevo está detrás de las riquezas y movilidad en la zona.
Agencia Prensa Rural / Miércoles 24 de mayo de 2017
 
Las Fuerzas Militares exhiben los cadáveres y pertenencias de dos presuntos insurgentes del ELN.

Las comunidades de la subregión de Guamocó, ubicadas entre el Bajo Cauca y el sur de Bolívar, aún continúan en zozobra por cuenta de los enfrentamientos entre los distintos actores armados que hacen presencia en dicho territorio.

Esta zona ha estado en constante disputa por sus riquezas minerales y naturales, además de ser un corredor estratégico para el desplazamiento entre el Caribe y el centro del país. Por estos lugares han pasado la bonanza cocalera y aurífera que han dejado severos daños ambientales, violencia y miseria. Como en la mayor parte de la ruralidad del país, el abandono del Estado es evidente, puesto que la mayoría de veces este hace presencia solamente a través de sus Fuerzas Militares.

A esto, se le suma que después del desplazamiento de las FARC-EP hacia las zonas veredales transitorias de normalización, los espacios donde antes hacían control territorial y presencia han sido poco a poco tomados por el paramilitarismo que de nuevo está detrás de las riquezas y movilidad en la zona. A esto se le ha contrapuesto la insurgencia del ELN que ha hecho presencia histórica en este lugar.

Según la Asociación Hermandades Agroecológicas y Mineras de Guamocó (Aheramigua), aunque permanentemente se aportan pruebas de la presencia paramilitar en la zona, el Gobierno persiste en llamarlos delincuencia común, negando de esta manera la sistematicidad de su accionar, el desplazamiento de la población y el control territorial que está ejerciendo, como ejemplo de ello está el paro armado que se desarrolló en abril del 2016.

De la misma manera, Aheramigua manifiesta que el Estado colombiano, frente al aumento de la amenaza paramilitar, no ha hecho mayores cosas. Al contrario se han intensificado los combates con la insurgencia del ELN. En ese sentido, el abogado de la Asociación manifiesta que varios de sus integrantes han sido amenazados, desplazados o asesinados, como fue el caso de William Castillo, quien fue ultimado por paramilitares en El Bagre, sin que el Gobierno logre garantizar medidas para solucionar esta problemática.

Mientras se desarrollan los diálogos en Quito, Ecuador, en búsqueda de un camino para concretar una paz total y definitiva en el país, las acciones militares en Guamocó continúan. Esta vez según los informes del Ejército asesinando a dos miembros del ELN, en la vereda de La Unión, municipio de Santa Rosa, Bolívar. Este hecho recuerdan el asesinato de los dos guerrilleros de las FARC que hacían pedagogía de paz en la misma región.

Las comunidades campesinas de la región apoyan y exigen un cese al fuego bilateral y definitivo entre el Gobierno Nacional y el ELN, además de una solución contundente al problema del paramilitarismo, dando así cumplimiento al punto 3.4 que habla sobre las garantías de seguridad y lucha contra las organizaciones criminales sucesoras de éste y sus redes de apoyo.