Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra
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A defender la zona de “Línea Amarilla” al sur de la serranía de San Lucas - Colombia
 

La Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra - Red Agroecológica Nacional (ACVC-RAN) es una organización social de base campesina y minera presente en las zonas rurales de los municipios de Segovia, Remedios y Yondó en Antioquia, San Pablo y Cantagallo en el Sur de Bolívar. Tiene 21 años de existencia formal, que han sido un continuo trasegar por la defensa de los derechos humanos, la convivencia, la paz, la vida digna y la defensa de nuestro territorio y nuestros recursos naturales. Este proceso nos ha costado líderes y lideresas asesinadas, comunidades y familias desplazadas, persecuciones y encarcelamientos. A pesar de las dificultades ha logrado mantener los principios y trabajar por la construcción del imaginario de región que las comunidades han plasmado en el Plan de Desarrollo Sostenible (PDS - 2012-2022) de la Zona de Reserva Campesina del Valle del Río Cimitarra (ZRC-VRC).

Y es precisamente en el Plan de Desarrollo Sostenible donde las comunidades campesinas y mineras priorizaron y trazaron la ruta para que la ACVC-RAN iniciara un proceso de búsqueda para blindar jurídica y administrativamente el territorio conocido como la zona de “Línea Amarilla”, ubicada al sur de la serranía de San Lucas y que hace parte del polígono de la resolución 1628 de 2015 del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible (MMADS). Zona considerada para las comunidades como una reserva natural, refugio de muchas especies en vía de extinción, donde se encuentran invaluables elementos de la biodiversidad nacional y fuente de agua pura para muchas comunidades rurales y cabeceras municipales del Magdalena Medio. Estamos hablando de un territorio de selva virgen robusto de unas 70.000 hectáreas aproximadamente, ubicado en la parte alta de los municipios de San Pablo y Cantagallo del departamento de Bolívar, en donde las comunidades desde la época de la colonización en los años 60’s decidieron no intervenirlo, no habitarlo, no explotarlo sea en su recurso maderero, como en el subsuelo. Convirtiéndose en el principal acuerdo comunitario de preservación y conservación de la región; ratificado en asambleas populares décadas tras décadas y que ha permitido que en la actualidad exista aún selva no intervenida con conexiones viables a las zonas de selva del centro y norte de la serranía de San Lucas.

De hecho y comparando la Línea Amarilla con la normativa jurídica y las figuras territoriales de protección ambiental vigentes, perfectamente se puede considerar como un PARQUE NATURAL NACIONAL DE FACTO, creado, manejado y administrado por las 22 comunidades que la circundan y las más de 80 comunidades que reconocen el acuerdo y que hacen parte de la prevista ampliación de la Zona de Reserva Campesina del río Cimitarra.

En ese sentido, como ACVC-RAN nos sumamos en octubre del 2014 a la iniciativa liderada por Parques Nacionales Naturales (PNN) y su alianza por la biodiversidad, para identificar y crear nuevas áreas de protección ambiental en la serranía de San Lucas y por supuesto, incluir a la Línea Amarilla. Reconocemos la disponibilidad al trabajo que ha tenido PNN y su alianza, para socializar y debatir la iniciativa con las comunidades y caracterizar el territorio desde lo biológico, socio-económico y político, incluso abarcando zonas conexas a la Línea Amarilla como ha sido el caso del complejo cienagoso del río Cimitarra; trabajo que en su conjunto nos ha dado aún más insumos y argumentos para ratificar nuestros criterios técnicos por la defensa del agua, el ambiente y la biodiversidad.

Pero hoy vemos con preocupación que la zona de Línea Amarilla está en un alto riesgo de desaparecer, al ser amenazada por presiones e intereses internos y externos, que buscan desconocer el acuerdo comunitario de conservación y convertir lo que aún queda de selva, en un territorio de explotación minera y forestal, reproduciendo el modelo extractivista que tanto daño le ha hecho al país y que por el contrario a lo que pregonan, ha enriquecido a unos cuantos y empobrecido a las mayorías, a costa de la destrucción del agua y el ambiente.

No es un secreto que existen negocios forestales que tienen sus ojos puestos en la Línea Amarilla, sea de empresas, instituciones y particulares; así como solicitudes y concesiones mineras de oro que se traslapan en las hectáreas de selva virgen y el despliegue de particulares para buscar y abrir nuevas minas de oro al interior de la Línea Amarilla, enmascarándose con el argumento del desarrollo, la necesidad, la pobreza o de un supuesto respaldo organizativo. Creemos que no debe primar el interés de unos pocos ante el de miles de pobladores de la serranía San Lucas y del Magdalena Medio, así como los sin voz, de estas pugnas entre humanos: el oso, el jaguar, la danta, el agua, la naturaleza.

No se trata de una mirada netamente conservacionista o idealista de la serranía, se trata de tener un realismo político ante la decisión del acuerdo comunitario vigente de conservación, que es un mandato popular, que es necesario defenderlo, mantenerlo, reivindicarlo y formalizarlo; que encaja perfectamente en la implementación del acuerdo de Paz con las FARC-EP y en la agenda de negociación con el ELN.

Como se ha planteado, es un acuerdo comunitario que está amenazado y por ende el territorio que protege, en donde además preocupan aspectos adicionales como:

El levantamiento de la vigencia de la resolución 1628 del 13 de julio de 2015, esta moratoria sirvió para que de manera temporal se blindara a la Línea Amarilla de las concesiones minero energéticas.

Después de transcurrido los dos años de la resolución 1628, se siguen presentando dilaciones para que finalmente y aprovechando la oportunidad que brinda el proceso declaratorio, de una vez por todas, sea protegida la Línea Amarilla, blindándose con ello su subsuelo y sus selvas, con lo que se impediría el accionar de los intereses minero energéticos y forestales en esta zona.

Las especies endémicas descubiertas y el recurso hídrico en la zona se encuentra con un alto grado de vulnerabilidad, situación que podrá empeorar con el transcurso del tiempo, si el Gobierno no toma medidas y formaliza jurídicamente el acuerdo comunitario.

De parte del Gobierno no es claro un panorama que conduzca a la creación de un mosaico de figuras en el polígono de estudio de la resolución 1628, que permita formalizar la existencia de la Línea Amarilla. Por el contrario, actualmente el Gobierno da a entender una postura de flexibilización en el marco de una zonificación en la serranía de San Lucas, donde la Línea Amarilla no quedará blindada, siendo incluso un escenario de figura menos restrictiva de lo que es actualmente, en el marco del acuerdo comunitario vigente de conservación

La propuesta de la ACVC-RAN para la zona de Línea Amarilla en el marco del polígono de la resolución 1628 para la serranía de San Lucas es crear una figura que no permita el uso su subsuelo y selva conservada, entendido como un núcleo base de conservación de 70.000 mil hectáreas aproximadamente, en donde a su alrededor y como zona amortiguadora, se complemente e interconecte con un mosaico de figuras que permita usos sostenibles, actividades agropecuarias y mineras propias de las comunidades que habitan la serranía de San Lucas.

La ACVC-RAN considera urgente abrir espacios de diálogo directo y permanente con las directivas de PNN, MMADS y demás instituciones; en donde se pueda participar, construir, aportar, debatir en todos los escenarios posibles y de la ruta declaratoria; donde podamos junto con nuestros aliados, exponer nuestros criterios técnicos, sociales, políticos y ambientales del porqué de nuestra propuesta, con el ánimo de tomar las decisiones al respecto lo más pronto posible.

Sabemos que formalizar un mosaico de figuras de protección ambiental en la serranía de San Lucas no resolverá automáticamente los problemas estructurales e internos de la región, pero consideramos será una gran herramienta dada a las comunidades organizadas, para continuar dando la pelea en la defensa del territorio y sus recursos naturales y contribuir en la construcción de una paz estable y duradera.

Invitamos a todos y todas, estudiantes, académicos, artistas, ambientalistas, organizaciones sociales, movimientos, instituciones, investigadores, ONG´s, a aunar esfuerzos junto con las comunidades mineras y campesinas en pro de la defensa del territorio conocido como la zona de Línea Amarilla al sur de la Serranía de San Lucas.

“La conservación de la vida y el territorio inicia por conservar nuestro medio ambiente”