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Poema del luchador muerto al luchador que busca la paz
Fredy Julián Cortés Urquijo / Sábado 27 de mayo de 2017
 

Fredy Julián Cortés Urquijo es Ingeniero Mecánico de la Universidad Nacional, profesor auxiliar en la facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Bogotá y estudiante de maestría en Ingeniería de la UN. Pofesional con una destacada formación ética, técnica y humana donde se resaltan sus trabajos e investigaciones para la agroindustria a través de proyectos financiados por Colciencias en convenio con Corpoica (Corporación Colombiana de Investigacion Agropopecuaria), la Universidad Nacional y la Universidad Industrial de Santander, durante los últimos años prestó sus servicios como profesor auxiliar de posgrado en los cursos Taller Agrícola 1 y 3 del Departamento de Ingeniería Civil y Agrícola de la Universidad Nacional. Se vinculó a la UN como docente auxiliar de la Facultad de Ingeniería para dar los cursos Taller Agrícola II en el mismo departamento. Para el segundo semestre de 2009, tramitó la vinculación como profesor auxiliar para dictar el curso Elementos de máquinas agrícolas, así mismo se destaca profesionalmente en asesorías a diversas empresas del sector privado.

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A los 53 años de las FARC-EP, en memoria de mi amigo, ex estudiante de derecho de la Universidad Autónoma y guerrillero de la FARC-EP, Leonel Nariño; asesinado cruelmente por un soldado en la región del Sumapaz aún después de bajar su arma en señal de rendición (testimonio recogido de un campesino que presenció el homicidio).

Recogerás las huellas de mis pasos cansados,

de mi sangre derramada por el fusil sin causa,

recogerás las lágrimas de mi compañera vencida,

y humillada con las entrañas rotas.

Recogerás las yerbas y el rastrojo removido,

de los montes y de la selva húmeda,

recogerás el frailejón tumbado,

de hojas cálidas que abrigaron mi vigilia.

Recogerás mis papeles, mis libros y poemas

que deje regados por las trochas y caminos,

recogerás las palabras y besos de despedida,

que deje incrustados en el rostro de mi madre y de mis amores perdidos.

Recogerás las canciones, las guitarras y las arpas,

los acordeones y vallenatos de notas rebeldes,

recogerás mis ropas viejas y el morral raído

pintados de verdes variados y chispitas de colores.

Con todo eso armarás una cosa rara, una cosa nueva,

mis pasos serán reconstruidos para contar mis hazañas,

con el rojo de mi sangre pintarás las paredes de una escuela,

con la pasión de la mujer que amé contaras la historia de nuestros héroes.

Con aquellas yerbas adornaremos los nuevos caminos,

y con aquel frailejón del frío páramo pintaremos un paisaje nuevo,

con los mismos sueños e ilusiones perdidos,

de aquellos campesinos de 1964.

De mis papeles no te olvides, mis versos no los pierdas,

mis libros no los abandones,

quiero eso si que busques el beso,

que apunté a mi madre algún día,

Y le recuerdes que no fue en vano mi veloz despedida

Con las canciones haz una fiesta,

con las notas y las letras rebeldes forma una orquesta,

de mis ropas no te olvides y mi morral no lo guardes,

ambos podrían hacer falta ante el fracaso del adiós a la guerra.

Ya con todo eso organizado,

podemos dejar la muerte atrás,

de los viejos fusiles se construirá una escultura,

de las viejas andanzas por paramos y selvas,

nuevas líneas abrirán las puertas de la historia

De aquellos amores que la selva vio nacer,

Nuevos niños cantaran baladas por la paz.

Pero eso sí,

eso si no te olvides,

que el afán y las urgencias de la paz no te haga olvidar:

que aún en la guerra fuimos alegres,

que aún bajo el sonido de las bombas celebrábamos nuestros sueños,

que siempre estaba presta una sonrisa a la llegada,

y un abrazo a la despedida,

que trabajábamos como hermanos en los campamentos,

haciendo chontos, trochas y trincheras,

que nunca se dijo esto es mío o esto es tuyo,

que nuestro objetivo era uno solo,

y que la utopía será siempre algo posible.