Asociación de Hermandades Agroecológicas y Mineras de Guamocó
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El asedio paramilitar continúa en El Bagre (Antioquia)
Aheramigua expresa en un comunicado que la estación de Policía no es una solución.
Agencia Prensa Rural, Bibiana Ramírez / Miércoles 12 de julio de 2017
 
Refugio humanitario en Puerto López, en 2016. Foto: Bibiana Ramírez – APR.

Hace justo un año que Puerto López, corregimiento del Bagre, Bajo Cauca antioqueño, se había declarado en refugio humanitario. La presencia paramilitar estaba hostigando a la comunidad, habían llegado amenazas a los líderes, incluso la gente no podía salir en las noches. Pero dos años antes la comunidad hizo unos acuerdos de paz donde firmaron compromisos los paramilitares, el ELN y las FARC.

Después del refugio humanitario se llegó a unos compromisos con el Gobierno nacional, departamental y local. Entre ellos estaba la articulación entre Fiscalía y organizaciones sociales, fortalecer el equipo de policía judicial en El Bagre, crear una subestación de Policía en Puerto López y que la presencia del Ejército sería permanente. La comunidad depositó la confianza en las instituciones. Nada de eso se cumplió.

Por el contrario el asedio continúa y Puerto López sigue corriendo el mismo riesgo o tal vez mayor. El 1 de julio de este año ingresaron nuevamente un grupo de 50 hombres armados, con brazaletes de las AUC y según la comunidad andaban preguntando por los líderes y dirigentes de la Asociación de Hermandades Agroecológicas y Mineras de Guamocó (Aheramigua).

Jairo Rodríguez, de Aheramigua, que ha sido amenazado en varias ocasiones, fue uno de los que tuvo esconderse para salvar su vida. “Apenas me avisaron que habían entrado los paramilitares, enseguida me fui a pie para la parte de arriba del cerro. De ahí miraba el pueblo y dije: si hay tiros es porque están matando a alguien, y me iré más lejos. Esperé mucho rato, no pasaba nada, después llegaron helicópteros, hicieron los sobrevuelos. Por la tarde llamé, me dijeron que todo estaba tranquilo, que no habían escuchado tiros ni nada. Después de me dijeron que había entrado el Ejército, esperé un rato, llegaron otros helicópteros y regresé al pueblo”, relata.

La denuncia de esta incursión se hizo de inmediato y tanto medios de comunicación como organizaciones sociales hicieron que se visibilizara más y alertaron al Gobierno. “Los hechos ocurren a las 9:30 am y a las 10 ya tenemos el comunicado, a las dos de la tarde el Ejército se toma el casco urbano del corregimiento y los paramilitares huyen a la selva, desde ahí entonces permanecen los militares allí”, cuenta Camilo Villamil, abogado de Aheramigua.

Los días siguientes al hecho la Asociación se reúne con la Fiscalía, Policía, Ejército, ministerios de Interior y de Defensa para conjuntamente definir una estrategia de protección a las comunidades. Acuerdan realizar un puesto de mando unificado en El Bagre para atender este tema y también para resolver compromisos que el Gobierno había hecho hace un año.

Jairo Rodríguez dice que hay tranquilidad en el corregimiento y no se han presentado más amenazas. Eso sí, está totalmente militarizado. La misma Aheramigua expresa en un comunicado que lo de la estación de Policía “no es una solución para la paz. Puerto Claver, otro corregimiento de El Bagre, sufre el mismo flagelo paramilitar, tiene estación de Policía y allá no sirve. Los 20 o 30 policías (que en general son menos) que están allí, no pueden salir por la presencia constante y el asecho paramilitar, que a veces son más de cien hombres fuertemente armados dentro y fuera del pueblo y hace imposible cualquier acción”.