Las comunidades campesinas organizadas en Ascamcat ratificamos nuestra disposición de continuar defendiendo el territorio de los intereses de las multinacionales que quieren quedarse con las riquezas de la región acabando con la diversidad natural de la zona. En ese sentido, la sentencia T-052/2017 brinda una oportunidad para continuar trabajando por nuestros derechos territoriales y construir conjuntamente una nueva territorialidad para la paz.

A pesar de que el Ministerio de Agricultura estaba obligado a convocar la Mesa Consultiva durante el mes siguiente a la notificación de la sentencia (marzo), pasaron más de cuatro meses antes de que el gobierno citara la mesa. De hecho, ésta solo fue programada hasta que el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cúcuta ordenó la realización de una audiencia pública el día 9 de agosto. Por ende, solo hasta el 8 de agosto se instaló la Mesa Consultiva ordenada por la Corte Constitucional en la sentencia T-052/2017. Como resultado de esta primera sesión, firmamos el Acuerdo Metodológico para el buen funcionamiento de la misma. Sin embargo, persiste una preocupación por el retraso ya originado debido a la negligencia e incumplimiento del Gobierno, así como por los impactos que pueda generar el inicio tardío del cumplimiento de las órdenes judiciales.

Denunciamos que además de los retrasos ya mencionados, a nuestro juicio no hay garantías para el buen desarrollo de la mesa pues el Ministerio se niega a garantizar financieramente tanto el funcionamiento de la misma, como los procesos de consulta interna dentro de las comunidades para validar los acuerdos a los que se llegue en la mesa. En estas condiciones, no sólo es imposible que la mesa funcione, sino que se pone en entredicho la capacidad gubernamental para cumplir con la implementación de las medidas necesarias para resolver de fondo la problemática territorial en la región. Por último, resaltamos que este escenario nos debe llevar a constituir alternativas territoriales sobre la base de los principios que hemos acordado como fundamentales en el proceso de relacionamiento: Reconocimiento y respeto mutuo de derechos, diálogo paso a paso (Samaina Ayu) y buena fe de ambas partes.

Por la defensa del territorio, la cultura y la vida.