Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra
:: Magdalena Medio, Colombia ::
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Declaración política
Mujeres del valle del río Cimitarra se organizan por sus derechos
 

Los días 25 y 26 de agosto nos dimos cita más de 200 mujeres de la Zona de Reserva Campesina del Valle del Río Cimitarra y diversas instituciones gubernamentales a nivel municipal, regional, nacional e internacional en el municipio de Cantagallo, con el fin de compartir nuestras experiencias y nuestro conocimiento del territorio. En el marco de este ejercicio de construcción colectiva y con el ánimo seguir tejiendo la vida en nuestra Zona de Reserva Campesina, nos sentamos a conversar sobre participación política, economía, educación, el acceso y la tenencia de la tierra, salud, medio ambiente, memoria-derechos humanos y erradicación de todas las formas de violencia contra la mujer e implementación de los acuerdos desde nuestra perspectiva de mujeres campesinas.

A lo largo de nuestras conversaciones, pudimos identificar que la situación general de la mujer dentro de la Zona de Reserva Campesina reproduce la situación de las mujeres en el mundo entero, sumando a esto, los impactos del conflicto social y armado colombiano.

El machismo como práctica cotidiana nos violenta física, psicológica, emocional y económicamente. Estas formas de violencia son negadas e invisibilizadas desde los espacios más cercanos a nosotras, como las Juntas de Acción Comunal y permanecen así en todas las instancias de participación política y gobernabilidad. Además, no tenemos acceso a la educación en vista del abandono institucional en las zonas rurales y a temprana edad nos fuerzan a salir de casa, restringiendo nuestro proyecto de vida delimitándonos a conformar una familia y dedicarnos a las tareas del hogar. Dentro de este hogar nos han enseñado que debemos ser sumisas y hacer lo que nuestro compañero decida, sin capacidad de opinar o pensar por nosotras mismas, sin siquiera poder trabajar o tener derecho a administrar nuestros ingresos.

Nos han dicho que no sabemos cultivar porque no depredamos la naturaleza, nos niegan el fruto de nuestro trabajo cuando cultivamos y tampoco tenemos derecho a poseer la tierra que trabajamos; si tenemos la fortuna de tener un título para nuestra tierra, los bancos nos niegan los créditos y las ayudas técnicas porque están a nuestro nombre, es decir, a nombre de una mujer. No tenemos derecho a decidir sobre nuestros cuerpos porque no nos quieren enseñar nuestros derechos sexuales y reproductivos, ni tenemos acceso a un puesto de salud que esté en las condiciones de atender nuestras necesidades.

Vemos entonces que somos negadas como sujetas políticas en doble vía. La primera por ser campesinas, pues sufrimos el rigor de la persecución, la estigmatización y el olvido al que ha sido sometido el campesino como sujeto político a lo largo de la historia. Pero también experimentamos la negación de nuestros derechos sociales, económicos, políticos y culturales por ser mujeres.

Sin embargo, y en medio de todas estas dificultades, las mujeres de la Zona de Reserva Campesina hemos venido empoderándonos, reconociéndonos como agentes transformadores de nuestra realidad y la de otras mujeres. Sabemos que en la transformación cotidiana se gesta el gran cambio que queremos. Entendemos que estamos en un momento histórico que nos brinda oportunidades para avanzar en el desarrollo económico, político y social de la mujer y nos negamos, como siempre lo hemos hecho, a renunciar a la vida y a la defensa de nuestro territorio, reconociéndonos como principales gestoras de equidad y paz.

Asumiendo el peso histórico que han tenido las mujeres rurales, en especial dentro de la Zona de Reserva Campesina, vemos la necesidad de constituir un escenario amplio de participación, planeación y construcción territorial en el que se vean reflejadas las propuestas debatidas en el marco del primer encuentro de mujeres de la Zona de Reserva Campesina del Valle del Río Cimitarra. Nuestro objetivo será trabajar de la mano de todas las mujeres para lograr la verdadera participación política, con representación efectiva dentro de los espacios de decisión; buscaremos que la tierra nos sea dada, porque la trabajamos y la merecemos; construiremos nuevos espacios de formación que permitan la cualificación de las mujeres rurales y desencadenen su independencia económica; velaremos por que las luchas y resistencias de las mujeres que han hecho posible este encuentro no caigan en el olvido y que la semilla de su lucha germine entre todas nosotras en nuestra marcha hacia la construcción de una región y un país más inclusivo y por la paz duradera; trabajaremos para que nuestros bosques, ríos y animales sean preservados, inculcando desde nuestra cotidianidad la importancia de defender nuestro territorio desde nuestra identidad de mujer campesina; educaremos desde el amor, la equidad y el respeto por el medio ambiente y la vida, deconstruyendo los roles de género impuestos;
La Coordinadora de mujeres de la ZRC-VRC asumirá la magna tarea de implementar, desde todos los espacios y escenarios, todos los puntos definidos en el Acuerdo Final de Paz entre el gobierno y las FARC-EP, entendiendo que se abren espacios de planeación y participación territorial en los que las mujeres somos protagonistas y garantes del cumplimiento de los mismos. Sabemos que ésta no es una tarea fácil, por esto nos comprometemos a trabajar en perspectiva de región, comprendiendo que es ahora cuando nuestra visión de territorio será plasmada; debemos trabajar juntas para que esto sea posible.

Hoy sabemos que la construcción de la paz es imposible sin las mujeres.

¡Viva la Coordinadora de mujeres de la Zona de Reserva Campesina del Valle del Río Cimitarra!