Cuando el campesinado colono llegamos al valle del río cimitarra en la década de los 80, huyendo de la violencia del centro del país en busca de un territorio libre de contiendas armadas donde pudiéramos empezar de nuevo, lamentablemente allí la crudeza de la guerra también nos alcanzó. Decididos a resistir y a defender nuestro territorio, soportamos la desidia, el abandono, la estigmatización, la muerte, la dignidad y los deseos de paz no nos los arrebataron. Llorando y enterrando víctimas seguimos trabajando la tierra y protegiendo el tesoro invaluable de recursos naturales que ahora custodiábamos como única fuente de vida. Así nacemos como Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra, una organización social campesina con la firme convicción de defender la vida y exigir nuestro derecho a vivir dignamente y en paz en nuestro territorio.

Desde el inicio de los diálogos de La Habana apoyamos la mesa, porque allí vimos la posibilidad de hacer reales los sueños de paz por los que durante dos décadas habíamos luchado, por más de 20 años hemos abierto diferentes espacios de participación: negociaciones con el gobierno producto de paros, marchas y movilizaciones, mesas comunales por la vida digna y diálogo e incidencia permanente ante las entidades estatales en la defensa de los derechos y garantías del campesinado y toda la población de nuestros territorios.

Vimos en las Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz (CTEP) la oportunidad de materializar nuestras exigencias de participación e incidencia en las políticas agrarias, sociales y económicas que nos permitieran resarcir los daños dejados por la guerra. Por ello en nuestra X Asamblea celebrada con la participación de 123 juntas de acción comunal y 32 comités veredales el pasado 23 de septiembre en Yondó - Antioquia, uno de los 167 municipios que conforman las CTEP; postulamos como precandidato a un líder social y campesino de nuestras comunidades, reconocido en la región por su inquebrantable compromiso con la defensa de los derechos campesinos.

Hoy vemos con profunda tristeza y desconcierto la mezquindad con la que el Senado de la República pone todas las trabas y bloqueos para no permitir nuestra participación en la Cámara de Representantes, perpetuando la exclusión y el silencio al que hemos sido sometidos históricamente, negándonos el derecho a edificar la paz con justicia e igualdad social que siempre hemos exigido. Solicitamos al Presidente del Congreso de la República, Efraín Cepeda, a que corrija y esclarezca los errores cometidos en la sesión del Senado el pasado jueves 30 de noviembre y garantice el cumplimiento del Acuerdo Final de Paz, entregando las CTEPs a los territorios más afectados por la exclusión y la guerra.