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El mapa electoral de Bogotá, ¿cambiará en el 2018?
Actualmente la clase media tiene un peso predominante en la votación, mientras que los sectores populares del sur registran alta abstención y mayor influencia de los partidos tradicionales. Así vota la capital
Camilo Rueda Navarro / Jueves 22 de febrero de 2018
 

La votación de Bogotá en las elecciones a Congreso y Presidencia tiene un papel preponderante. En primer lugar, por ser la capital de la República, su centro político, económico y cultural. Y segundo, por el tamaño de su censo electoral (de aproximadamente cinco millones), que hace que tenga un peso crucial en las circunscripciones nacionales, así como una mayor representación en la Cámara.

Si bien no existe actualmente una votación homogénea en Bogotá, algunos estudios y análisis han arrojado tendencias y matices que permiten identificar cómo vota la población capitalina. Dichos rasgos se pondrán en juego en los próximos comicios, que estarán marcados por ser los primeros tras el acuerdo de paz.

Pese a que no se ha implementado aún la reforma política y electoral prevista en la negociación de La Habana, la irrupción del nuevo partido FARC será por sí misma un factor novedoso en la participación electoral, en particular en Bogotá, donde presentó una de sus cinco listas para la Cámara y donde la izquierda ha tenido un apoyo significativo.

¿Cómo vota la capital?

El mapa electoral de Bogotá se entrecruza con la configuración socioeconómica de la ciudad, que a grandes rasgos ubica en el norte a la clase alta, en el sur a los sectores populares, y en el centro y occidente a las capas medias.

Según una reciente investigación de la firma Cifras & Conceptos divulgada por la revista Semana, la capital evidencia algunos marcados rasgos en las últimas diez elecciones (entre 2010 y 2016). Siguiendo este estudio, en pocas palabras se puede decir que las localidades del sur votan liberal, el centro por la izquierda y el norte por la derecha. Por su parte, los barrios del occidente dividen su apoyo entre Cambio Radical, Centro Democrático y los movimientos alternativos. Un 53 por ciento de la población apta para votar en los últimos comicios se abstuvo de hacerlo.

“La mayor participación aparece en puestos de clase media, cercanos a conjuntos cerrados”, dice la citada investigación, lo que hace que localidades como Engativá, Fontibón, Kennedy y Puente Aranda constituyan escenarios clave en la disputa electoral.

El caso de Kennedy es uno de los más significativos, pues posee un potencial de unos 600 mil electores. Esta localidad, tradicionalmente liberal, hoy “reparte sus votos entre Cambio Radical, el Polo Democrático y el movimiento Progresistas”, explica Semana. Allí ganó el sí en el plebiscito, aunque también fue fundamental en la votación del Centro Democrático para la Cámara en el 2014.

Por su parte, puede decirse que el centro es bastión de la izquierda. En La Candelaria ganó el Polo Democrático en las últimas elecciones a Cámara y juntas administradoras locales. Otros movimientos de esta corriente han obtenido allí una votación significativa. Adicionalmente, el sí en el plebiscito registró sus mayores ventajas en localidades como Teusaquillo (68%), la ya citada Candelaria (66), Chapinero (63) y Santa Fe (61). No en vano, este sector de la ciudad fue uno de los epicentros de las movilizaciones de octubre del 2016 que instaron a seguir adelante en la búsqueda de un acuerdo de paz.

Sin embargo, el peso electoral de este sector de la ciudad no es tan grande. Teusaquillo, donde según Cifras & Conceptos vota más del 77 por ciento de los inscritos, apenas tiene un censo electoral de unas 162 mil personas. En La Candelaria y Santa Fe hay unas 140 mil personas en capacidad de votar, y la mayoría lo hacen por los movimientos de izquierda, por lo que la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común podría tener allí un apoyo significativo.

El caso de Chapinero es más complejo. Si bien es una localidad que alberga algunos de los barrios más ricos de la ciudad, también cohabita en ella una clase media y una población joven partidaria de causas como el medio ambiente y la diversidad sexual. Esto explica que sus antiguos partidarios liberales “poco a poco han ido moviendo sus preferencias hacia el Partido Verde”. Sin embargo, el Centro Democrático y Cambio Radical tienen una votación significativa en este sector. Esta tendencia se mantiene en el norte (localidad de Usaquén), donde los partidos más votados son estos mismos tres: Verde, Centro Democrático y Cambio Radical.

La derecha

El Centro Democrático concentra su votación en el norte, en puestos como Unicentro, Cedritos y Bulevar Niza. “Esa población considera que la seguridad es la prioridad, quiere conservar lo que ha logrado y está integrada en parte importante por comerciantes formales e informales”, explica Semana. Por esto, también es fuerte en otras zonas comerciales, como San Victorino, agrega la revista.

Cambio Radical, por su parte, tiene su fortaleza en zonas residenciales, sobre todo en la clase media del norte y del occidente de la ciudad, como en Usaquén, Suba y Engativá, localidades en las que puede sumar unos 150 mil votos, cifra que supera ampliamente el umbral para obtener curul en Cámara.

En cuanto al sur, donde se ubican los principales sectores populares, presenta los puestos de mayor votación liberal. Para las últimas votaciones locales, el “trapo rojo” ganó en las localidades de Antonio Nariño, Rafael Uribe Uribe, Tunjuelito y Usme. El otro partido tradicional, el Conservador, “está a punto de desaparecer en la capital, donde solo sigue teniendo influencia en los barrios más apartados y deprimidos de Ciudad Bolívar, en puestos en los que votan personas mayores”, dice Cifras & Conceptos.

Estas localidades se caracterizan por tener puestos con poca participación y, aparentemente, mayor dependencia de maquinarias políticas, es decir, de tener un voto manipulado o comprado. De hecho, la votación efectiva más baja se da en zonas como Ciudad Bolívar (40% aproximado), Bosa (40), y Usme (41). Coincidencialmente, estas tres localidades fueron las únicas en las que ganó el no en el plebiscito en Bogotá. En ellas habita cerca de un millón de personas aptas para votar, por lo que su politización positiva y concientizada podría cambiar el rumbo electoral tanto de la ciudad como del país.

Mientras tanto, el mayor peso electoral se seguirá dando en la clase media, en puestos cercanos a conjuntos cerrados donde actualmente se registra la mayor participación.