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“Formalizar un club de amigos europeos de la paz en Colombia”: Jean-Pierre Gontard
La propuesta la hizo el conocido mediador internacional de conflictos suizo durante las VII jornadas de la “Mesa catalana por la paz y los derechos humanos en Colombia”, realizadas en Barcelona del 14 al 16 de Mayo.
César Jerez / Lunes 18 de mayo de 2009
 

Fundador y redactor de la Agencia Prensa Rural. Geólogo de la Academia Estatal Azerbaijana de Petróleos (exURSS). En Bakú obtuvo una maestría en geología industrial de petróleo y gas. Es profesor y traductor de idioma ruso. Realizó estudios de gestión y planificacion del desarrollo urbano y regional en la Escuela Superior de Administración Pública -ESAP de Bogotá. Desde 1998 es miembro de la ACVC. Actualmente coordina el equipo nacional dinamizador de Anzorc. Investiga y escribe para diversos medios de comunicación alternativa.

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“Los periodistas de Barcelona están en la playa” se queja Gontard ante la casi inexistente afluencia de medios en la sala de la “Casa del Mar”. Era el tercer día de debates sobre la guerra y la paz en Colombia. En efecto, en las playas de la Barceloneta los ciudadanos y comunicadores de la capital catalana se recuperaban, a esa hora, literalmente “empelotos”, de la resaca de tanta victoria político-futbolera.

Había mucho que celebrar. Unos días antes el rey Juan Carlos, mal asesorado, había llegado tarde al campo para evitar la rechifla anunciada de vascos y catalanes durante la final de la copa del rey que enfrentaba al Barça y al Atlético de Bilbao, la que durante la dictadura se denominaba copa del “Generalísimo Franco”. Una pancarta contra la corona había sido retirada, y la rechifla por la llegada del malquerido monarca empalmó con la rechifla al himno nacional español, miles de hinchas se habían puesto de espaldas a la cancha.

El ahora destituido director de deportes de televisión española, al puro estilo bananero, quiso invisibilizar el bochorno sacándolo de la transmisión en directo y pasando el himno editado sin rechifla en el intermedio. Era tarde. El agravio y la venganza política se habían consumado. En esos días se había anunciado la ilegalización del partido Iniciativa Internacionalista por tener vascos independentistas en sus filas. El reino español es tal vez el único país del mundo donde todavía se ilegalizan partidos políticos, acá es muy mal visto y no se permite ya asesinar a opositores políticos. Para eso se inventaron los panópticos.

Durante estos días de jornadas en Barcelona sobre la paz en Colombia, paradójicamente se recrudecían los combates entre ejército y guerrillas en varias regiones de nuestro país, con bajas de parte y parte. En Sri Lanka el ejército regular lograba acorralar a la guerrilla de los Tigres Tamiles, anunciaba la victoria militar sobre los insurgentes, pero callaba sobre los miles de civiles asesinados durante los últimos días de confrontación armada.

Jean Pierre Gontard sabe de todo esto, de guerra, de paz, de masacres. Le dice a la audiencia que le gustan las corbatas de seda, qué es así, pero que muy pocos de nosotros, tal vez, le acompañaríamos a donde ha tenido que ir sin corbata como mediador, dice que no se avergüenza de tener que hablar con guerrilleros o con miembros de gobiernos con mala reputación. Luce un pelo mucho más blanco que hace algunos años, cuando lo conocí en su oficina de director adjunto del Instituto Universitario de Estudios para el Desarrollo de Ginebra, a orillas del lago Lemán, para hablarle de mundo rural de Colombia y de los retos y problemas que afronta nuestra organización campesina en un escenario de guerra.

Gontard me comentó en esa oportunidad que había trabajado durante varios años para la Cruz Roja Internacional en África, el Oriente Medio y Asia. Para esa época había realizado numerosas misiones y consultorías para gobiernos, organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales. Ahora es un experto en conflictos internos y sobre todo en la relación entre lo que han dado en llamar "el mal desarrollo" y la violencia política. Sus últimas misiones para el Departamento Federal de Asuntos Exteriores de Suiza las ha desarrollado en África y América Latina, especialmente Colombia. Este palmarés sin embargo no le ha servido para que unos lo definan como un espía de la CIA y otros lo cataloguen como un hombre al servicio de las FARC.

Ahora tiene más años, más experiencia, más problemas y más abogados. Tanto así que en Barcelona no ha querido dar entrevistas ni declaraciones. Durante su intervención habló mucho sobre la necesidad del secreto y la discreción mientras se construye la confianza, esto para señalar que uno de los problemas observados durante los procesos de paz en Colombia es la sorprendente facilidad con que todo se filtra a los medios de comunicación oficiales.

Ante una pregunta del público, se reconoció perseguido por el estado colombiano, en particular por la fiscalía general, que lo ha vinculado al caso de la Farc – política, pero para tranquilizar al auditorio inmediatamente dijo que “al contrario que a Remedios García en España, el gobierno suizo a mi me defiende”.

La ponencia de Gontard se llamó “Deshielo o descongelamiento – el acompañamiento europeo a la paz en Colombia”, el mediador dice que “en mayo de 2009 se percibe un deshielo con indicios positivos: liberaciones unilaterales por parte de las FARC, declaraciones concretas de las FARC a peticiones de colombianos y colombianas por la paz y algunas declaraciones de las autoridades de Bogotá”.

Gontard recordó su participación en el seminario internacional realizado en la Universidad Carlos III de Madrid en el mes de Marzo de 2009. En su ponencia “Círculo de sabios de la isla de Providencia” recogía algunos de estos indicios y mencionaba el trabajo de Yezid Arteta, exguerrillero de las FARC como investigador de la Escola de Ciltura de Pau de la Universidad Autónoma de Barcelona. Ahora dice: “Nos parece muy positivo que el presidente Uribe haya pensado en proponerlo ser “instructor de paz” y posible puente para futuros contactos. Será el inicio de un nuevo inicio?” – se pregunta."Uno puede pensar que ambos, gobierno e insurgencia consideran reactivar más canales de comunicación”, manifiesta.

Para el mediador el conflicto interno de Colombia “tiene una importancia no solamente humanitaria, pero también política y simbólica para el resto de la comunidad internacional. Ningún país lo puede ignorar. Los europeos como los latinoamericanos, los norteamericanos y ahora los asiáticos tienen que aplicar según los casos los principios de corresponsabilidad y cooperación”.

El académico continúa insistiendo en la importancia de la facilitación y mediación internacional:"si consideramos los últimos diez años, ocho estados europeos y siete estados americanos han participado en procesos de paz entre Bogotá y las guerrilla. Los europeos respondieron a solicitudes colombianas o propusieron sus buenos oficios y Bogotá los aceptó. La lista es impresionante: Alemania, España, Francia, Italia, Noruega, Suecia, Suiza y El Vaticano. Contactos discretos o secretos se desarrollaron en estos ochos estados. En América: Brasil, Canadá, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Méjico y Venezuela. Los Estados Unidos sostuvieron un encuentro semioficial en Costa Rica en Diciembre de 1998, el jefe de la oficina de asuntos andinos del departamento de Estado, Phil Chicola, se encontró con Raúl Reyes en san José. Además un diplomático estadounidense estaba presente en enero de 1999 en san Vicente del Caguán el día de la inauguración del proceso de paz”.


¿En qué estamos, en el camino hacia la paz en Colombia?

“Mi opinión es que estamos en primavera. Por el momento se trata de un deshielo, pero no podemos descartar que se convierta en un descongelamiento duradero. Los países vecinos, los latinoamericanos, los norteamericanos lo tienen bien claro: no pueden ignorar lo que pasa en Colombia. En Europa convienen no perder el interés por la paz de Colombia. Me parece que hay un núcleo de países europeos que ya tienen relaciones y experiencia que podrían ser útiles: España, Francia, Noruega y Suiza. Los gobiernos y las cancillerías de estos cuatro países amigos de Colombia quizás no tienen muchos deseos de formalizar otra vez un grupo de acompañantes. Pero si necesitan observar y analizar por lo menos lo que va a pasar en Bogotá, lo que va a pasar en las Montañas de Colombia y lo que va a pasar en Washington”.

La propuesta

“Para que no se nos escape la posible ventana de oportunidad propongo que se formalice un club de amigos europeos de Colombia compuesto de instituciones que suelen aconsejar a los gobiernos:


- La Escola de Cultura de Pau de Barcelona
- El international Peace Research Institute de Oslo
- El Centro para el Diálogo Humanitario de Ginebra
- La comunidad Sant` Egidio de Roma

Las cuatro instituciones trabajan igual en temas académicos que en temas políticos. Todas tienen relaciones de confianza con muchos gobiernos. Todas son muy responsables. En cada una de esas instituciones trabaja gente seria y discreta. El club podría reunirse en verano para compartir sus notas y análisis durante unos días. Las cancillerías de España, Francia, Noruega y Suiza, podrían evaluar el interés de mantener esta capacidad permanente de reflexión a sus políticas colombianas. Este club podría contarnos si le parece que viene el inicio de un “descongelamiento” o si es solo el deshielo anual de primavera.”

Gontard termina su intervención en Barcelona hablando de Suráfrica, con una anécdota sobre el inició del fin del conflicto allí. Suiza y Senegal propiciaron una reunión entre los grandes beneficiarios del apartheid, los empresarios surafricanos y representantes del Congreso Nacional Africano, partido que recogía el clamor de las víctimas de ese régimen excluyente, en esa reunión se acuerda la liberación de Nelson Mandela y se sientan las bases para la salida política y la paz.

Todo se inició en un primer diálogo. Hay de qué hablar. Hay que hablar.

* Los entrecomillados hacen parte de la intervención de Jean-Pierre Gontard en Barcelona