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Las luchas de los obreros del carbón, resistencia para emular
Gustavo Triana Suarez / Lunes 25 de mayo de 2009
 

En ejemplar actitud, los obreros del carbón de los departamentos de Cesar y La Guajira han asumido la resistencia contra la sobreexplotación de las multinacionales Drummond, Billinton BH, Glencore, Xtrata y Angloamerican en procura de hacer valer los derechos de asociación y contratación. Bajo la dirección de los sindicatos Sintraminergética, Sintraime, Sintracarbón y en estrecha coordinación con Funtraenergética y las subdirectivas de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia CUT, de Cesar, La Guajira y Magdalena, se adelanta la tarea de organizar a los trabajadores de las bolsas de empleo, las firmas contratistas, de outsorcing y de servicios que laboran para las multinacionales y cuyo número se acerca a los diez mil compañeros, frente a tan solo siete mil amparados por las diferentes convenciones colectivas.

Aparte del saqueo ignominioso de nuestras riquezas naturales, las multinacionales con la complicidad del gobierno de Álvaro Uribe, explotan la mano de obra de los colombianos en condiciones de trabajo semejantes a las de principios del siglo pasado, cuando la United Fruit, la Troco y los gobiernos oligárquicos tuvieron que retroceder ante la resistencia patriótica de los obreros del banano y el petróleo, que condujo a la conquista del reconocimiento de los derechos de asociación y negociación, hoy amenazados por las políticas neoliberales que se han impuesto en los últimos veinte años por dictamen del imperialismo.

Los esfuerzos de lucha y organización que más adelante reseñamos, deben ser la conducta a emular por el todo el movimiento sindical colombiano, como el único camino que conducirá a recobrar los derechos conculcados. La clase obrera se esta poniendo no sólo al frente de la lucha por sus propias reivindicaciones, sino que encabeza la batalla por conquistar la soberanía nacional y establecer un gobierno democrático que represente los intereses de todas las clases que han sido afectadas por la dominación de los Estados Unidos sobre nuestro país. Así lo corrobora entre otros ejemplos, la lucha de las centrales obreras contra los tratados de libre comercio y contra las pretensiones reeleccionistas del uribismo.

Los trabajadores con contrato temporal de la empresa Carbograneles, que embarca el carbón en el puerto de Santa Marta, fundaron un sindicato y tras una larga huelga ganaron su reconocimiento y firmaron convención colectiva de trabajo. También cerca de 400 trabajadores de los casinos que suministran alimentación en las minas que explota Drummond, mayoritariamente mujeres, paralizaron sus labores durante quince días, fundaron una subdirectiva de Sinaltrainal, lograron sustanciales mejoras en las condiciones de trabajo y actualmente negocian un pliego de peticiones. Los más de 500 compañeros conductores y de mantenimiento que laboran para la empresa contratista Sotrans, que transporta el personal del consorcio El Cerrejón, se organizaron sindicalmente y están en el proceso de presentar pliego de peticiones con la asesoría y respaldo de Sintracarbón.

Los obreros que realizan el mantenimiento de la línea férrea de la empresa Ferrocarriles del Norte de Colombia, Fenoco S.A., concesionaria de la infraestructura de propiedad de la empresa estatal Ferrovías y cuyos dueños son Drummond y Glencore, constituyeron una subdirectiva de Sintraime, presentaron pliego y se fueron a la huelga ante el vencimiento de los términos de negociación, sin que Fenoco atendiera a la comisión negociadora. Los huelguistas resistieron durante 17 días con el apoyo de la población de los municipios de Fundación, Aracataca y Bosconia, hasta cuando, con la aprobación de los ministros de Protección Social y del Interior, se desalojó violentamente a los trabajadores de las instalaciones, se detuvo arbitrariamente a seis de sus dirigentes y se restableció el flujo de los trenes carboneros, pasando por encima de la Constitución Política y las leyes laborales, pues el Tribunal Laboral de Valledupar declaró que la huelga era legal.

Los trabajadores se reintegraron a sus labores, los detenidos recobraron la libertad y el proceso de ilegalidad y reconocimiento del pliego de peticiones hoy está en la instancia de la Corte Suprema de Justicia, pero a todas luces al sindicato y a los trabajadores les asisten todas las razones y la legalidad.

Tan valiosa actividad de nuestros sindicatos filiales se tropieza con el esquirolaje de organizaciones sindicales patronales que se prestan para romper las huelgas y para hacer proselitismo a favor de las multinacionales y el gobierno, como son Sintradrummond y Sintravifer (Fenoco), sindicatos minoritarios que no reúne cada uno, los cien afiliados y que despliegan una campaña calumniosa y divisionista contra las instituciones mayoritarias. Hacemos un llamado fraternal a la Confederación General del Trabajo CGT, central a la cual pertenecen dichas organizaciones, para que las reconvenga y se ponga fin a estas conductas que estamos seguros no cuentan con el aval de la dirección de la CGT y están causando gran perjuicio a la loable lucha de los proletarios de la gran minería.