Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

Campesinos mexicanos rechazan proyecto cafetalero de Nestlé
El Movimiento Social por la Tierra manifiesta su inconformidad por el anuncio de la instalación de una planta industrial.
Movimiento Social por la Tierra / Martes 5 de febrero de 2019
 
Ruperto Régulo Cuacua, cafetero en Huatusco, quien fue homenajeado por Nestlé y hoy se opone a la empresa. Foto: Juan Carlos Bautista

El 18 de diciembre de 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador, acompañado del gobernador de Veracruz y empresarios de Nestlé, anunció la instalación de una nueva planta productora de café en Veracruz. El proyecto es propiedad de la empresa multinacional alimenticia Nestlé. Por medio de la cual se pretende procesar veinte mil toneladas de café al año. Aunado a esto la empresa presiona por que se siembren hasta ochenta mil hectáreas de café robusta en Veracruz. Esto generaría grandes problemas ambientales dado que es un monocultivo.

Nestlé llegó a México en 1930 y desde 1935 tiene producción en el país. Actualmente la empresa suiza cuenta con 17 plantas en siete estados de la República y genera alrededor de 16 mil empleos directos. Y además la transnacional en el mundo Nestlé es una de las empresas con mayor tradición en el segmento de consumo. A escala global la compañía especializada en elaborar alimentos y bebidas tiene presencia en 86 países a través de 486 fábricas, con las cuales genera un total de 229 mil empleos directos e indirectos; además tiene en todo el mundo 32 centros de investigación. La multinacional suiza es la compañía de alimentos y bebidas más grande del mundo. De acuerdo con información de su sitio oficial en la Internet opera dos mil marcas y tiene presencia en 191 países en todo el mundo.

La multinacional es una de las empresas más grandes de alimentos, así mismo monopoliza el negocio del agua, generando sequía en diferentes lugares donde ha instalado sus plantas extractoras del vital líquido, así mismo ha tenido denuncias por parte de Greenpeace, por ser una de las tres empresas más contaminantes. En cuanto a la industria alimenticia, así como a la producción agrícola, se ha caracterizado por impulsar los monocultivos y el uso de cultivos transgénicos en todos sus productos.

En México, Nestlé busca cobijarse en el nuevo Gobierno, dejando al descubierto sus alianzas con personajes claves de la política actual. Agromod, la empresa de Alfonso Romo -que tiene los viveros más grandes de América Latina por reproducción de tejidos-, asesor del gobierno de AMLO, le está vendiendo seis millones de plantas a Nestlé cada año, en los últimos tres años. En 2011 hizo un convenio con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), que dependía de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de aquel tiempo, en donde Romo tenia influencias. Con ese convenio se encargó de producir nuevas semillas cafetaleras.

En 2011, Grupo Nestlé México, Agromod y el INIFAP anunciaron el inicio de una asociación ligada al proyecto Plan Nescafé con la que se buscaría incrementar la producción de plantas de alta calidad de café, y ayudar a que los productores cuenten con mayores ingresos.

En un comunicado de prensa publicado el 27 de septiembre de ese año y publicitado en su página web se lee: “La alianza entre Nestlé, AGROMOD e INIFAP cuenta con una inversión aproximada de quince millones de dólares, y mediante la cual se entregarán más de treinta millones de plantas que ayudarán a mejorar la producción e ingresos de cerca de veinte mil caficultores en México en un tiempo estimado de diez años, además de establecer en México el primer centro Nestlé de propagación masiva de plantas de café en un país productor, a través de acciones como brindar asistencia técnica, transferencia de tecnología y la implementación del Código Común para la Comunidad Cafetalera”, compartió Juan Carlos Marroquín Cuesta, presidente ejecutivo de Grupo Nestlé México.

Estos datos muestran claramente como las políticas enfocadas al sector cafetalero, lejos de ser benéficas para los pequeños productores, son dirigidas a las empresas transnacionales.

El hecho de sembrar ochenta mil hectáreas de café robusta, especie utilizada para producir el café soluble de Nestlé, implica una deforestación definitiva de esa área, lo cual va en detrimento de la biodiversidad de la región. Además, la utilización de grandes áreas de tierra en monocultivos, genera le necesidad de utilizar agroquímicos que, aparte de dañar seriamente la salud, afecta directamente a la fertilidad de la tierra, desgastándola severa e irreversiblemente, creando desiertos de café. Por otro lado, no se deben dejar de lado las consecuencias sociales, ya que una siembra en esta escala en algún momento puede provocar el cambio del uso del suelo, ocasionando conflictos por el territorio, en el mejor de los casos convertiría al productor de café en un esclavo de la transnacional, sembrando el café que esta demanda y aceptando el precio que fije por el producto. Con respecto a esto se debe tomar en cuenta que en el 2018 se les estuvo pagando a de 5 a 6.50 pesos el kilo de café, aun así, para poder venderle a la empresa, el productor debe cumplir con el Código de Conducta 4C, que dicta que todo productor debe deforestar sus cultivos, ya que el café robusta, es de rápido crecimiento pero necesita sol, al contrario del café arábiga que es el que comúnmente se siembra por los productores mexicanos y que debe cultivarse a la sombra. El cultivo extensivo del robusta provocara un desplazamiento del café arábica, volviendo a los productores dependientes de la demanda de Nestlé.

Debe dejarse en claro que la calidad del café arábica (Coffea arábica) tiene una calidad superior al robusta (Coffea canéphora), el cual es poco digestivo, tiene un gusto final amargo, con mucho cuerpo y poco perfumado. Este café es demandado por Nestlé, ya que es de rápida producción. Siendo de mala calidad, el precio pagado al productor es muy bajo, localizados casi al 40% de su cotización en los mercados mundiales y por medio de empresas con otros nombres. La producción es en su totalidad para la elaboración de café soluble.

En cambio, el arábica posee una concentración de cafeína de un 1,7% como máximo. Como resultado, el café arábica siendo, por lo tanto, más aromática, suave al paladar y también es más digestiva.

A pesar de que la empresa ha buscado desde años atrás el logro de estos objetivos, hoy es manifiesta la preocupación por los productores cafetaleros del país, siendo que el gobierno ha prometido por un lado otorgar subsidio a una empresa transnacional y por el otro un hermetismo ante las demandas de los pequeños y medianos productores, olvidando que son los más pobres los que marcharon junto a él para lograr la victoria en las urnas electorales.

Por lo tanto, como Movimiento Social por la Tierra, nos manifestamos enérgicamente en contra de la instalación de la planta de Nestlé y con ello a:

• El apoyo que se le otorga a la empresa transnacional Nestlé, por medios de subsidios de SADER y recursos del programa Sembrando Vida, del cual es beneficiario el mismo Alfonso Romo.

• Nos manifestamos en contra del desplazamiento del cultivo del café arábica, el cual es el sustento de las familias de los pequeños productores de café, creando dependencia de estos en doce estados de la república a Nestlé y sus filiales.

• Repudiamos que se deforesten más de 80 mil hectáreas para la siembra y el monocultivo del café robusta, provocando un gran daño medioambiental a la región y al país entero.

• Exigimos que sean escuchados los pequeños y medianos productores y que no se les haga un lado con tal de beneficiar a una empresa transnacional.

• Exigimos la creación de un plan para el desarrollo del sector cafetalero con la inclusión de todos los pequeños y medianos productores.