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Del pueblo para el pueblo: Una mirada de la comunicación comunitaria en México
Violencia e impunidad, derechos humanos y organización comunitaria en México. Algunas reflexiones a partir de la visita a la Argentina del comunicador popular Indalecio Benítez de la Radio Comunitaria la Calentana Levimez de Luvianos.
Camila Parodi, Carla Perelló, Lisa Buhl / Martes 19 de marzo de 2019
 

Indalecio Benítez es fundador de la radio comunitaria La Calentana Luvimex, de Luvianos, en el Estado de México, lindero con Guerrero y Michoacán. En el marco de su visita a la Argentina el pasado sábado 9 de marzo, Indalecio conversó con trabajadores y trabajadoras de prensa en una actividad propuesta por el SiPreBA, Sindicato de Prensa de Buenos Aires, y la Asamblea de Mexicanxs para charlar sobre su lucha. “Sé que si quiero seguir estando vivo, tengo que censurarme”, resumió su situación que da cuenta de un contexto más amplio que hoy atraviesa el pueblo mexicano.

El locutor y defensor de los derechos humanos y de lxs migrantes impulsó en 2013 en su propio domicilio el armado de la emisora La Calentana Luvimex para difundir noticias del pueblo para el pueblo. En agosto de 2014, un grupo del crimen organizado llamado “los Guerreros Unidos” ingresó a la radio, y con ello a la casa de Indalecio, para castigarlo a él y a su familia por su activismo. Intentaron asesinarlo, y en ese mismo hecho mataron a su hijo Juan Diego quien tenía 12 años. La radio está ubicada a tan sólo 600 metros de una base de la Armada y al año siguiente, la radio fue desmantelada por las autoridades.

Acompañada por el pueblo, desde La Calentana Luvimex denunciaron la clara persecución del gobierno: “es una radio del y para el pueblo”, explica Indalecio, y a pesar de las persecuciones que sufrieron, lograron la legalización y formalización de la propuesta. Aún así la emisora continúa creciendo, y actualmente forma parte de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC). Con su experiencia, Indalecio Benítez está convencido de que hay que fortalecer los lazos comunitarios. Sabe muy bien, también, que hay que cuidar la vida. En este sentido, su proclamada “autocensura” funciona como estrategia para sostener la práctica comunicacional en un contexto de Narcoestado. Y si, la comunicación comunitaria en uno de los territorios más violentos del mundo implica mucho compromiso y responsabilidad.

Mónica Mexicano, integrante de la Asamblea de Mexicanxs en Argentina y co-organizadora de la actividad, explicó, por su parte, que “desde el año 2000 hasta octubre del 2018, la Comisión Nacional de Derechos Humanos contabilizó el asesinato de 140 periodistas, a los que hay que sumar los casos ocurridos en diciembre de 2018 y 4 periodistas asesinados en los primeros meses del 2019. Además, hay decenas de periodistas desaparecidos, desplazadoss y agredidos”.

Para Mexicano, la historia de Indalecio “es muy representativa para ilustrar la situación actual de México, ya que muestra el amalgama de convivencia entre el crimen organizado”. Es decir, no sólo se refiere al narco como aquel que interviene en el tráfico de sustancias ilegales, sino que también en lo que respecta al tráfico ilegal de todo tipo de productos y objetos, sean legales o ilegales, vinculado directamente “con el estado en todos sus niveles, no sólo la policía municipal, sino también el ejército, el Ministerio Público, los jueces, etc.”. Entonces, para la integrante de la Asamblea de Mexicanxs, esta situación “evidencia la complicidad completa donde la supuesta guerra contra el narco se convierte en una disputa por el territorio. En ese contexto, Luvianos, el pueblo donde se encuentra la radio La Calentana Mexiquense, no está exento. Por el contrario, el alcance del grupo de “Los Guerreros Unidos” es muy grande. Abarca muchas zonas y conservan en el territorio que controlan mucho poder. Incluso están involucrados en la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa.

En línea con Mexicano, Benítez cuenta su historia y explica de manera detallada cómo las organizaciones criminales se fusionan con el Estado. No se trata ya de la venta de sustancias ilegales: “Aunque sean productos legales, ellos los convierten en ilegales”, sostiene. “Donde hay un producto o algo en auge que está dejando derrame económico, ahí va el crimen organizado para tener su beneficio económico”. Por ejemplo, cobran un “impuesto” sobre determinadas actividades o gestionan licitaciones para la explotación de bienes naturales que luego les permitan cobrar un porcentaje de las ganancias por ello.

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