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“Plan Nacional de Desarrollo excluye a los jóvenes excombatientes y a la Paz”
Carta abierta al Congreso de Colombia y países garantes del Acuerdo de La Habana
Federico Montes, Francisco Gamboa / Viernes 29 de marzo de 2019
 

Nosotros y nosotras, jóvenes integrantes de las FARC-EP hasta la firma del acuerdo, y en la actualidad jóvenes de paz dirigimos a ustedes nuestra preocupación esperando sea atendida como corresponde en democracia: hemos sido plenamente excluidos del PND en curso en el Congreso. Eso significa que no hacemos parte del desarrollo del país en opinión del Gobierno.

Nosotros y nosotras hemos honrado nuestra palabra tomada colectivamente como FARC EP; hicimos la dejación de armas y nuestra disposición a la reconciliación y reincorporación ha sido ratificada diariamente en nuestras tareas. Hemos renunciado a la violencia como herramienta de acción política, apelamos ahora a la palabra y la sana polémica para proponer, disentir y construir país. El proceso de reincorporación abierto por el acuerdo implica, entre otras cosas, que colectivamente nos sumamos al desarrollo de nuestro país. Dejar fuera a las y los jóvenes del desarrollo es condenar al país a negarse el futuro. En nuestro caso somos jóvenes que luego de la dejación de armas retomamos la autoridad y condición jurídica para exigir los derechos que como ciudadanos y ciudadanas tenemos, y en ello, hacer parte de algo tan importante como el PND a cuatro años es fundamental. Ya el preámbulo del acuerdo general afirmaba que el acuerdo de paz implicaba un compromiso con el desarrollo con bienestar para las mayorías. Exigimos al Estado honrar su palabra.

Vemos con preocupación que los espacios generados para aportar a la construcción del plan eran virtuales y requerían acceso a internet y equipos para hacerlo. Acá en los territorios donde están ubicados los puntos de agrupamiento y ETCR se vive como en la mayoría del país una ausencia de acceso a ese tipo de herramientas. Al no contar con internet o equipos, ni nosotros, nosotras, ni las comunidades de estos territorios contaron con la posibilidad de participar. No vimos el más mínimo esfuerzo del gobierno por resolver esa situación, al parecer nuestra opinión no les interesa. Seguramente sí les interesan estos territorios según se ve a diario por los equipos de empresas mineras y petroleras que llegan acá a explorar y descubren que también vive gente acá.

Tampoco se incluyó como mandato el acuerdo el capítulo especial de paz según el Plan Marco de Implementación. El Gobierno ha afirmado eso responde a que los acuerdos han sido “distribuidos” por todo el articulado del PND. De ser así esperaríamos ver en dicho articulado el énfasis o la mención a la reincorporación en cada programa, ver los PDET, PNIS en cada pacto territorial. No es así, la realidad de miles de personas en proceso de reincorporación no existe ni siquiera en las estadísticas del plan, mucho menos existimos como personas de carne y hueso, como ciudadanos y ciudadanas comprometidas con la paz del país.

Eso se suma a la actitud del Gobierno con la JEP y su ley estatutaria, la poca implementación de lo acordado. Hemos visto voluntad y esfuerzo del Gobierno en modificar los acuerdos, en desatenderlos, pero no la vemos para implementar lo acordado; el acuerdo de la Habana sienta bases para construir una profunda democracia en Colombia. Vemos al Gobierno más atento de la democracia en Venezuela que de implementar las medidas para fortalecerla en su país.

De ser cierto que el PND incluye el tema de paz en su articulado, esperaríamos vernos incluidos e incluidas en las medidas que se proponen para la juventud. Pero no sentimos sea así: ¿Qué significa a la luz de la reincorporación de jóvenes la juventud naranja? Allí no se dice nada al respecto, ni siquiera se dice qué es la juventud naranja. En la estrategia SACUDETE por ejemplo, no se tiene en cuenta al Concejo Nacional de Reincorporación, lo cual nos da a entender no aplica para nosotros y nosotras. Lo que habla de empleo joven se prioriza a la población joven para su vinculación laboral en entidades públicas, ¿cómo podemos nosotras y nosotros, jóvenes excombatientes, participar de ello? Cómo con las brechas educativas que vivimos. No hay siquiera un parágrafo que haga el matiz de que existimos.

Como han dicho los voceros y voceras en la Delegación de Paz y ahora en el Partido FARC, el acuerdo no está hecho para las FARC solamente. Es un acuerdo para toda la sociedad colombiana, y tiene especial atención para las víctimas, las mujeres, las comunidades y territorios más afectadas por la violencia política. Sí las y los excombatientes no son tenidos en cuenta en el PND por la exclusión del acuerdo, el resto del PND no mejora la situación en particular para las y los jóvenes de los territorios más afectados por la violencia, la pobreza y la exclusión: en estos territorios no hay internet para que ellos participen en las plataformas virtuales que recogían opiniones hacia el PND; tampoco existen en la mayoría de territorios plataformas juveniles municipales o departamentales pese a que la ley indica deben existir; acá a la juventud le toca moverse entre el desempleo, o el empleo mal pago y sin garantías, la informalidad, la ausencia de educación, la ausencia de espacios culturales, deportivos y la ausencia de espacios de participación política.

El conflicto armado condenó a la juventud a moverse entre el servicio militar obligatorio, la ausencia de opciones educativas y de empleo estable y la violencia paramilitar. La Paz debe implicar transformar eso, y que los jóvenes no hagan parte real del PND da a entender al gobierno no le interesa cambiar ese hecho. Llamamos al Congreso a hacerlo, a asumir que las y los jóvenes del país son esenciales en el desarrollo, y, por tanto, en el plan que diseña el desarrollo del país.

No se puede hablar de desarrollo en pleno 2019 sin tener en cuenta la enorme esperanza de transformación institucional, política, económica y cultural que trae el Acuerdo de la Habana. Excluir el acuerdo, excluir a las y los exintegrantes de las FARC que hemos cumplido nuestros compromisos en los acuerdos es contradictorio con el desarrollo. Es por eso que exigimos al Congreso cumplir con el artículo 6.1.1 que acuerda el capítulo del Plan Cuatrianual de Implementación de los Acuerdos en el PND con sus respectivas asignaciones presupuestales, metas y demás medidas necesarias. Por nuestra parte seguiremos comprometidos con la paz de Colombia como es deber de todo ciudadano y ciudadana del país. Al fin de al cabo somos ciudadanos con derechos y deberes.

Al revisar el PND vemos que tampoco están las y los jóvenes allí representados. Por eso también llamamos a las y los jóvenes del país a que nos unamos y trabajemos por ser realmente incluidos en el PND: es necesaria una ley de empleo para jóvenes; la eliminación definitiva del Servicio Militar Obligatorio para que podamos estudiar y trabajar; garantizar educación de calidad en todo el territorio; acceso a energía, internet, agua potable en todo el territorio nacional; participación política real para la juventud en todo el territorio. Eso, para nosotros y nosotras, es tener en cuenta a la juventud colombiana al pensar en el Desarrollo. No pedimos más que ser tenidos en cuenta.