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Opinión
Venezuela: "La mejor victoria es vencer sin combatir"
Fernando Dorado / Jueves 2 de mayo de 2019
 

Lo intentado por los EE.UU. el 30 de abril en Caracas no era un golpe de Estado... fue un operativo criminal para provocar muertos, muchos muertos y, además, una trampa mediática para avanzar con su estrategia intervencionista.

El objetivo evidente era causar cientos de muertos, y entre otros, sacrificar a los mismos Guaidó y López, que habrían sido engañados para poder justificar la “intervención humanitaria”, que seguramente tenían preparada y lista para ser maniobrada desde Florida, Panamá, Colombia y Brasil. Ello explica la presencia del general Van Maccarty en Bogotá.

Lo que se aprecia es que el gobierno de Maduro tenía infiltrado el operativo y lo dejaron avanzar en forma calculada. Y, por tanto, al estar prevenidos no se dejaron provocar; lo manejaron a la perfección: como un “problema de orden público” o una “escaramuza golpista”, como la definió con precisión anoche Maduro.

Así, los únicos “muertos” son de tipo político, dentro y fuera de Venezuela. Son todos los golpistas conscientes e “inconscientes”, que se han dejado utilizar o engañar. Unos, por desespero genuino porque sufren la grave situación que se vive en ese país en forma directa, y otros, por desespero interesado, ya que tienen grandes intereses en la desestabilización de Venezuela y la región.

Es posible que, efectivamente, algunos generales bolivarianos de alto nivel, actuando como contra-inteligencia, les hayan hecho creer a los operadores estadounidenses que iban a contar con total apoyo de los militares venezolanos. Ello explica las lastimeras palabras de Bolton y de Pompeo, y también, la calma y consistencia como actuó el gobierno para conseguir que todos los comprometidos con el complot mostraran la cabeza.

Maduro y los militares venezolanos han puesto en práctica con mucha destreza uno de los postulados más importantes de Sun Tzu: “La mejor victoria es vencer sin combatir”.

Lo anterior hace que los neocons gringos en lo inmediato:

- Renuncien a seguir financiando la política “legal” en Venezuela, por lo que la “guerra híbrida” va a mostrar su rostro bélico y criminal.

- Dedicar ese dinero y el de la “ayuda humanitaria” a financiar terrorismos de todos los tipos (material, cibernético, y mediático; abierto y camuflado; directo e indirecto; etc.) usando toda clase de mercenarios y expertos en guerras irregulares.

- Acentuar el cerco y bloqueo económico y financiero no solo a Venezuela sino también a Cuba como ya lo anunció Trump.

- Incrementar la guerra irregular en Colombia, sabotear el avance del proceso de paz con las Farc, usar la torpeza del Eln y disidencias y estimular la acción de nuevos grupos armados ilegales en esa frontera y resto del país, como ya lo hacen.

- Acelerar la migración de venezolanos para generar xenofobia entre la población de los países receptores de Sudamérica y comprometer a sus gobiernos con aventuras armadas intervencionistas.

Las fuerzas democráticas de la región tendrán que ajustar su política para derrotar al imperio estadounidense, sin confundir la oposición a la intervención imperial con un apoyo ciego y acrítico al gobierno de Maduro. Es la solidaridad con el pueblo venezolano la que está en juego.

El gobierno venezolano tendrá que fortalecer los lazos verdaderamente democráticos con el pueblo y los trabajadores para poder resistir y defender lo que queda de autonomía y soberanía, y las fuerzas verdaderamente democráticas de Venezuela que cuestionan a Maduro, tendrán que desechar las ilusiones inmediatistas y diseñar una estrategia de mediano plazo para construir un nuevo proyecto político que supere lo que construyó el pueblo con Chávez (que venía de atrás).

No es fácil, una cosa es decirlo y otra hacerlo, pero lo sucedido ayer (30.04.2019) y demás hechos acumulados en los años recientes nos dejan enormes experiencias y lecciones para todos los pueblos de la Región y del mundo. El imperio estadounidense ha sido derrotado una vez más, pero seguirá insistiendo. Es su naturaleza.