Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

Sudán: La revolución ante un punto de inflexión
Romain Prunier / Miércoles 8 de mayo de 2019
 

Como resultado de una reunión el sábado 27 de abril entre la Coalición por la Libertad y el Cambio y el Consejo Militar, se ha llegado a un acuerdo para la formación de un “Consejo soberano conjunto” encargado de dirigir el país en el próximo período. Algunos minutos después el Consejo Militar anunciaba la dimisión de tres de sus miembros, los tenientes generales implicados en la represión que ha causado la muerte de decenas de manifestantes estas últimas semanas. La Asociación de Profesionales Sudaneses había exigido que fueran apartados del poder y llevados ante la justicia.

Se han tomado otras medidas como la congelación de las cuentas bancarias de miembros del gobierno de al-Bashir y de miembros importantes del National Congress Party.

Un Consejo de compromiso

Este Consejo conjunto, que reemplazaría al Consejo militar, constituiría la autoridad suprema del país y estaría encargado de formar un nuevo gobierno de transición civil para gestionar los asuntos corrientes y abrir la vía a las primeras elecciones postBashir.

Están en curso negociaciones para determinar qué porcentaje del Consejo corresponderá a las y los civiles y cual a los militares. También queda por negociar el número de miembros del Consejo, las competencias que corresponden a cada cual y finalmente la decisión crucial de quién encarnará la presidencia del Consejo.

Por supuesto, se trata de un compromiso entre el ejército que querría seguir controlando el poder y la oposición que exige que pase a manos de las y los civiles. Sigue pendiente la cuestión de si se tratará de un futuro gobierno mayoritariamente civil o bien de un Consejo Militar de apariencia civil.

Temores de la oposición

Tras el anuncio del acuerdo con el Consejo Militar, las y los responsables de la protesta llamaron a la gente a continuar movilizada para mantener la presión. Hay numerosas voces que plantean la exigencia de que todo el poder sea transferido a civiles, al temer la oposición un control de los militares sobre el ejecutivo.

Las estrechas relaciones que el Consejo Militar mantiene con Egipto, Arabia Saudita y los Emiratos constituyen igualmente una fuente de inquietud. Las y los contestatarios temen además una intervención de las petromonarquías en sus asuntos nacionales. Los Emiratos, a quienes se sumó rápidamente Arabia Saudí, anunciaron que iban a entregar 250 millones de dólares al Banco Central de Sudán. Estos anuncios fueron recibidos sin entusiasmo por manifestantes que gritaban “No queremos la ayuda de Arabia Saudita, aunque tengamos para comer solo fríjoles y falafel”. Hay que recordar que el ejército sudanés interviene militarmente desde 2015 en Yemen junto a Arabia Saudita…

Incierto equilibrio…

Después de haber perdido las tres cuartas partes de sus reservas de petróleo tras la independencia de Sudán del Sur en 2011, Sudán está confrontado a una grave crisis económica que se traduce en particular en una penuria de divisas extranjeras y una fuerte inflación. Esta casi quiebra de la economía es un terreno fértil para los intentos de desestabilización externas.

Si la caída de al-Bashir y los retrocesos del Consejo militar, forzado a encontrar acuerdos con las y los civiles, constituyen pasos extremadamente positivos, habrá que medir en los próximos días hasta qué punto el régimen militar asegura un mantenimiento de un statu quo y conserva el control de la situación vía el Estado profundo, las milicias y el aparato securitario. El equilibrio del poder sigue incierto y si la presión popular no prosigue, resulta posible el mantenimiento de una dictadura militar semejante a la de la situación precedente.

Traducción: Faustino Eguberri para Viento Sur