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Lengupá: Una provincia que busca sus desaparecidos
Trochando sin fronteras / Miércoles 5 de junio de 2019
 

La desaparición forzada es una modalidad de violencia usada por los actores armados para garantizar el silencio y la impunidad, una estrategia política de dominación para evadir la verdad y las responsabilidades.

Es deber del Estado garantizar la protección, la vida, la seguridad, la integridad y la libertad. Para ello es necesario que exista un reconocimiento institucional de las violencias que ha padecido el territorio. Para el caso de Boyacá, muchas personas fueron sustraídas de sus hogares, de sus comunidades y se quedó el silencio, el vacío, la esperanza de volver a encontrarles.

Familiares y comunidad de Páez, Miraflórez y San Eduardo continúan en la búsqueda de los desaparecidos. Junto a organizaciones y defensores de derechos humanos realizan espacios pedagógicos de capacitación sobre rutas de atención, el Sistema integral de Verdad, Justicia, Reparación y Garantías de no repetición, la memoria, la identificación, la búsqueda y el reconocimiento del territorio en la provincia de Lengupá.

Este espacio convocado por la alianza -Desaparición Forzada en Guaviare y Boyacá-, integrada por el Centro de Investigación y Educación Popular CINEP PPP, el Colectivo Sociojurídico Orlando Fals Borda, la Corporación Vida Paz y la Corporación Social para la Asesoría y Capacitación Comunitaria COSPACC busca dar elementos para que familiares y comunidades puedan participar y apoyar los procesos de la Comisión de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas -UBPD-.

Según Tatiana Trina de la Corporación Social para la Asesoría y Capacitación Comunitaria – COSPACC-: “El taller permitió compartir experiencias y aprendizajes en torno a lo que tiene que ver con la búsqueda de personas desaparecidas y la ruta de atención a las personas que no descansan y siguen buscando a sus familiares. En este espacio se explicaron las funciones y mandatos de la -UBPD- y que es un mecanismo que surge de un del Sistema Integral de Verdad, Justicia y Reparación y Garantías de no repetición.”

Un despliegue necesario

Según las comunidades y organizaciones en Boyacá no se ha realizado el despliegue territorial de la Comisión de la Verdad y la -UBPD-. El Estado históricamente no reconoce a Boyacá como territorio que padeció el conflicto y las múltiples violencias, que bajo sus suelos y sus campos tiene cuerpos de personas sin identificar.

Ante esta situación, es una exigencia de la comunidad y de las familias que se priorice en Boyacá el trabajo de estas dos instituciones. Mientras esto sucede las comunidades y organizaciones trabajan para que las personas de la provincia conozcan las rutas de atención y generen las confianzas necesarias para atender los procesos y procedimientos.

Reconocen que los familiares sufren un proceso de revictimización al enfrentarse con las instituciones y contar la verdad de la violencia y sus desaparecidos. Es por esto que la Alianza Desaparición Forzada en Guaviare y Boyacá proyecta continuar con estos escenarios pedagógicos con el objetivo de acercar a las comunidades a la Comisión de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, pero con la exigencia, ‘que vivos se los llevaron y vivos los queremos’, y con el objetivo de no descansar hasta encontrar las personas desaparecidas e identificar a las personas que reposan en nuestros territorios.

Mientras este despliegue se da en los territorios las familias y comunidades se preguntan:

¿Quiénes son las personas sepultadas y lanzadas a los campos boyacenses?, ¿Dónde están todas las personas que se llevaron?

Detrás de un cuerpo sin identificar hay una familia que le busca y una comunidad que le extraña. Los cuerpos que han sido sepultados llevan consigo vidas, historias, tranquilidad para las familias y el tejido social en las comunidades.

Lengupá, contará su historia, pero requiere de los esfuerzos del Estado en la búsqueda de las personas desaparecidas, por tanto, es una exigencia la presencia de la Unidad de Búsqueda de las Personas Dadas por Desaparecidas, porque las familias lo necesitan, porque las experiencias de búsqueda de la comunidad son muy valiosas y porque en este territorio desaparecieron y sepultaron a muchos.

Se lo llevaron, se la llevaron, no volví a ver su rostro ni a tomar su mano. No sabe nada sobre qué ha sido de nosotros y yo no sé qué ha sido de él o de ella.

No sé si decidió dejarse crecer el cabello o la barba, no sé si creció un par de centímetros más, o si todavía me da en el hombro, donde recostaba su cabeza en una expresión tímida de cariño.

No sé, y lo peor de todo es no saber, si tiene hambre, si padece sueño, si se niega a tener hijos o si tenga muchos más, si quiere volver.

Sueño con su sonrisa y sueño con que la mañana le va a traer de vuelta.