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Ideas literarias y pandémicas del cambio
Para quienes nos relacionamos con los libros, literatura y la creación, no habíamos visto realizadas en tan poco tiempo y con tal velocidad, muchas de las fantasías, mundos y ficciones, que creíamos, solo parte de la literatura y el cine.
Zabier Hernández Buelvas / Miércoles 1ro de abril de 2020
 

Director Semanario Voz, licenciado en Ciencias sociales de la Universidad Francisco José de Caldas de Bogotá, Esp. en Desarrollo y Gobierno Local de la Universidad de Nariño. Investigador social y analista de contextos y dinámicas políticas, sociales y económicas territoriales. Ex Asesor de Paz Departamental de Nariño 2008-2011; Ex Subsecretario Departamental de Gobierno de Nariño 2012 2013; Ex Comisionado Municipal de Paz de Pasto 2016-2019. Poeta, escritor, ensayista, periodista empírico alternativo.

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La literatura vuelta realidad literal. Vivimos la época donde no hemos tenido que esperar siglos para ubicarnos en la dimensión amplia y confusa que algunos llaman la Quinta Dimensión y que yo llamaría la dimensión de la gran cognición colectiva unitaria, que nos lleva a un renacimiento y exacerbación de la contradicción a nivel global. Nunca antes, esta generación había visto tan cerca la idea de verdad y la idea ficticia literaria. Vivimos la mimesis de la verosimilitud y la imaginación.

Y pienso que la literatura, la poesía, el cine, el arte, tienen mucho que ver con el arribo a este estado de conciencia colectiva que ensancha los horizontes del cambio necesario. La actual crisis pandémica, crisis de acumulación, crisis del productivismo y la explotación de los recursos naturales, panorama ante el cual, se percibe una expansión de una conciencia colectiva que es hoy más sensible a la idea de la necesidad del cambio, identificando los aspectos nuevos de la realidad que antes no podía reconocer. Las claves para que estas ideas se conviertan en gérmenes reales de la construcción de un mundo nuevo, parecen no ser distantes de lo que ya sabemos: Actuar, leer, escribir, crear, adaptar, elevar y conectarnos a esta dimensión de conocimiento y acción colectiva y unitaria mundial. Pero el asunto o problema es más complejo.

Cuando observo, y soy parte de este gran movimiento, que la gente accede a miles y millones de películas, series, documentales, libros, canciones, a importantes museos en el mundo, sitios que muestran virtualmente grandes parques y reservas naturales, las maravillas arquitectónicas y de infraestructura que han construido en muchas partes como solución alterna a problemas de movilidad y convivencia, no dejo de pensar en lo que sobrevendrá de toda esta pandemia informática, comunicativa y de conocimiento universal. Claro está, no se puede permitir inocentadas en el proceso complejo de construcción de un nuevo mundo. Se necesita una intervención coordinada de las fuerzas conscientes del cambio.

Esta es una lucha en la que el capitalismo de acumulación obsesiva intenta persistir por encima de la sobrevivencia de inmensas masas excluidas de los beneficios que están destinados para unos pocos. Las franjas conscientes, los procesos alternativos, las corrientes humanistas, las contra hegemonías territoriales que resisten y construyen nuevas experiencias de bien vivir y los creadores de condiciones organizativas, en las que se incluyen también las redes virtuales de participación abierta al lado de los partidos y las organizaciones de bases, tenemos el inmenso reto de ser actores claves en este cambio de dimensión, tenemos que aprender a integrarnos de manera activa y creativa en el estado actual de catarsis colectiva que en el instante se nos presenta como una pandemia incontrolable de ideas, conocimientos y acciones sin conexión alguna. Desde la idea aristotélica de literatura, no hay otra forma de codirigir el cambio que haciendo parte activa y emocional de la tragedia.

Estas ideas pandémicas que en tan corto espacio reflejan una relación no siempre amable, entre literatura, economía, política, filosofía, ciencia y sociología, llevándonos a un escenario de reflexión sobre el poder mundial, me lleva a una teoría-pregunta: ¿Debemos explorar el mundo actual como se explora el mundo literario?, es decir, ¿adentrarnos en el proceso de comprensión de los comportamientos e identidades colectivas e individuales moldeadas en nuestra época? Lo creo necesario y urgente, estoy convencido que eso nos dará otra perspectiva de los retos.

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