Opinión
¡Que vengan los gringos!
/ Domingo 31 de mayo de 2020
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Responsable audiovisual de la Agencia Prensa Rural
La noticia política de esta semana fue dada por la embajada de Estados Unidos y es la llegada al país de un batallón del ejército gringo, para apoyar la lucha contra las drogas en las “Zonas Futuro”. Estas zonas, llamadas eufemísticamente “Futuro”, no son otra cosa que las conocidas zonas de orden público o las “Zonas de Consolidación”, las cuales, siguen la misma receta desde los años del Plan Colombia. Su objetivo es volcar todos los recursos posibles en una estrategia de militarización y control del territorio, desconociendo las necesidades reales de las comunidades que habitan allí; criminalizando a los líderes que promuevan el rechazo hacia esta intervención y que reclamen mejores condiciones de vida. Millones de dólares se invertirán por cuenta de este plan para terminar, después de unos años, con una situación más complicada. Los ejemplos en Colombia abundan: el Catatumbo, Tumaco o Cauca, por nombrar algunos.
En este sentido, y a estas alturas, dejemos que los gringos vengan. Pero que vengan a trabajar. No como los miles de agentes de la DEA que llevan casi 3 décadas operando en Colombia y, hasta ahora, no vemos la reducción en los cargamentos de coca que salen todos los días por costas y carreteras. Según UNDOC, Colombia produce el 70% de la cocaína mundial, pese a la permanecía de tropas del Comando Sur desde el año 2000.
Que vengan a buscar a los verdaderos capos, y en especial, a quienes lavan su dinero; que empiecen por los bancos que mueven millones de dólares diarios con la mirada complaciente de las autoridades. ¡Ah! y ojalá antes de venir, intervinieran los bancos de allá, que están igual de untados que los de acá.
Que vengan por los políticos amangualados con los narcotraficantes y que han ayudado a protegerlos y, de paso, lucrarse económica y políticamente. Aquí les tenemos de todo, desde concejales hasta ex presidentes. Que nos limpien la política de sanclementes, ñeñes y fantasmas, a ver si alguna vez nos gobierna alguien decente. Ojalá vengan los mejores, no como los que vinieron a Tolemaida hace unos años, y se pasearon por todo Girardot violando niñas y mujeres. Que lleguen, y que traigan de paso a los responsables de estos actos, para que respondan ante la justicia. Todavía hay, al menos, 54 casos por esclarecer, cuyas víctimas hoy, siguen esperando justicia. Si va a ser así, los recibimos felices.
Si vienen, que traigan también un batallón de ingeniería para que hagan hospitales de primer nivel, escuelas y carreteras; que garanticen a la gente condiciones de vida digna en las “Zonas Futuro”. Que adjunten también un batallón médico, como los cubanos. Que traigan respiradores y mascarillas para dotar los hospitales y centros de salud y nos ayuden a contener el virus; porque a este gobierno, por lo visto, le quedó igual de grande que la implementación del acuerdo de paz.
Según dice el General Navarro, los americanos vienen a asesorarlos en tácticas e inteligencia en la lucha contra las drogas. ¡Que buena noticia!, pues un asesor medianamente inteligente, y después de mirar las cifras multimillonarias que se han gastado en las zonas de consolidación, les sugeriría que la táctica de militarizar más estas zonas fracasó. En Tumaco, por ejemplo, hay operando unos 10 mil hombres de la Fuerza de Tarea Conjunta Hércules desde 2016 y se han gastado en los últimos años alrededor de 30 mil millones de dólares. Sin embargo, los cultivos de coca pasaron de 19 mil hectáreas en 2017 a 32 mil en 2019. ¡Un despilfarro!.
Que lleguen rápido y se pongan manos a la obra. No como los que llegaron durante el gobierno de Uribe y se instalaron en 7 bases a lo largo y ancho del país. Muchos años haciendo presencia física en Colombia y no han podido acabar con la violencia, ni con la droga, y menos aún, con las bandas criminales. Me late que en esas bases están dedicados a veranear y a jugar ping pong.
Más allá de los matices que usen para encubrir el verdadero propósito de la llegada de personal del Ejército de Estados Unidos, vendrán a hacer lo mismo que han hecho en los últimos 50 años: atizar la guerra y cobrar por ello. Sin embargo, está vez, hay un ingrediente adicional que es la situación con Venezuela. No parece casual que hace unas semanas el Departamento de Estado haya acusado a Venezuela de ser un “narco-estado”, luego ocurra un intento una incursión dirigida por mercenarios norteamericanos y ahora, aparezca esta tal “Misión SFAB” para asesorarnos en la lucha contra el narcotráfico. Todo huele a que se está cocinando una agresión a gran escala contra Caracas.