Opinión
Una rosa no tan blanca
Bajo esta premisa, un acuerdo de paz hubiera sido imposible, y nos permite entrever sus verdaderas intenciones, que no están encaminadas a buscar justicia para las víctimas, sino a destruir el Acuerdo, y con ello, volver al escenario de confrontación que solo reproduce la violencia y genera nuevas víctimas.
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/ Lunes 27 de julio de 2020
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Responsable audiovisual de la Agencia Prensa Rural
Las rosas blancas son un símbolo con profundas raíces históricas, que encarna, palabras más palabras menos, la inocencia y la pureza. Las rosas están investidas de un doble sentido semiológico, por un lado hermosas y delicadas, por el otro tienen fuertes espinas que pueden herir si no se tratan cuidadosamente, el color blanco, símbolo supremo de la pureza se remonta hasta las profundidades bíblicas, y si se quiere, hasta Afrodita, la diosa griega de la fertilidad. Luego, la rosa blanca, fue elegida como estandarte por la casa York en la Inglaterra del siglo XIV, cuando esa dinastía y la casa Lancaster se disputaban la corona del imperio más grande y fuerte de la época. Posteriormente, el nombre -la rosa blanca- fue utilizado por un grupo de estudiantes alemanes, para estructurar la resistencia no violenta contra el nazismo. En Colombia, hace unos años, se presentó ante la opinión pública una organización que asumió ese nombre, dicen pelear contra la impunidad pactada en el Acuerdo del Teatro Colon, por la justicia y la verdad. Sin embargo, su origen y sus miembros dejan muchas dudas cuando se analizan cuidadosamente sus declaraciones públicas.
La Corporación Rosa Blanca ha sido una enconada detractora de del Acuerdo de paz con las FARC. Cuentan sus protagonistas que la idea de formar la organización surgió a partir de un grupo de mujeres, casi todas desertoras de las FARC articuladas a los programas de desmovilización y reinserción del Ministerio de Defensa, para constituirse como víctimas de la organización insurgente. Lo curioso de esta organización es que no aspiran a construir, desde la reconciliación, un escenario para la verdad y la reparación efectiva, sino por el contrario, no aceptan nada distinto a la cárcel, y si pudieran, la pena de muerte para quien consideran sus victimarios. Bajo esta premisa, un acuerdo de paz hubiera sido imposible, y nos permite entrever sus verdaderas intenciones, que no están encaminadas a buscar justicia para las víctimas, sino a destruir el Acuerdo, y con ello, volver al escenario de confrontación que solo reproduce la violencia y genera nuevas víctimas. Su representante legal es Bertha Alicia Suarez Casallas, abogada que fue parte del comité promotor del referendo que buscaba eliminar la JEP y por tanto, el Acuerdo de paz. Hoy en día está empleada en Centro Nacional de Memoria Histórica.
Detrás de esta organización también, aparece el polémico Herbin Hoyos. Este periodista, celebre por su programa Las Voces del Secuestro, hizo su carrera amparado en el dolor de las víctimas de las FARC, por esto se convirtió en el consentido de militares y políticos de ultraderecha, quienes lo apoyaron irrestrictamente. Su carrera no ha estado exenta de oscuras actuaciones, se comenta, en baja voz, que salió de Caracol Radio al verse involucrado en una estafa multimillonaria a víctimas de las FARC, por medio de una empresa panameña llamada Finanzas Forex. Posteriormente, el diario El Espectador, detalló en una cuidadosa investigación , que Herbin aparece mencionado por un desmovilizado, quien aseguró que fue él, quien le pidió testificar en el proceso contra la familia Mora Urrea, propietarios de los supermercados “Supercundi” y “Merkandrea”, señalados de financiar a las FARC, testimonio que resultó ser falso. Lo curioso es que tras este testimonio, el señor Hoyos, pretendía recibir el pago de una recompensa que alcanzaba el 5% del valor del próspero negocio de los Urrea. La defensa de la familia pudo demostrar que todos los testimonios aportados al proceso por la fiscalía, resultaron falaces. Todos los implicados por los falsos testigos, han ido saliendo de la cárcel por falta de pruebas. El señor Hoyos aún no ha explicado por_qué le pidió a un demostrado mentiroso, declarar en este proceso y por_qué su nombre apareció como beneficiario de la jugosa recompensa.
Tras revisar decenas de horas de videos, entrevistas, declaraciones públicas de sus voceras, llama la atención que todas manejan un lenguaje muy similar al discurso militar, palabras como: bandidos, narcoterroristas, porquerías, cabecillas etc. son usadas de manera sistemática en sus discursos, todas las declaraciones parecen sacadas del mismo molde: con acentos similares y una misma línea argumentativa, que demostraría que parecen diseñados, preparados y ensayados por alguien.
La Corporación Rosa Blanca ha tenido dos presidentes en su historia. La primera fue la cofundadora, Sara Morales, quien salió en medios nacionales e internacionales contando su historia, llena de imprecisiones fácilmente demostrables, en una entrevista afirma haber presenciado 100 abortos forzados en un campamento y quienes no se sometían eran fusiladas, sin embargo en esa misma entrevista asegura tener una hija producto de una violación, sin embargo no precisa por qué a ella se le permitió tener su hijo. Suena extraño. Algo tuvo que pasar al interior de la organización, porque intempestivamente cambiaron a su vocera cuando sus declaraciones empezaban a desmoronarse.
Entonces, llegó una nueva presidente, Lorena Murcia. Como la anterior rodó por medios nacionales e internacionales contando su historia. En una declaración recogida por medios manifestó la siguiente frase: “estoy dispuesta ha llegar hasta las últimas consecuencias y si es de morir por estar contando la verdad, lo haré con honor de saber que hicimos lo correcto…” sin embargo, la verdad es su primera víctima. En una entrevista que le dio a Plinio Apuleyo Mendoza para El Tiempo en mayo de 2019, Lorena da una versión sobre su reclutamiento y posterior violación en las filas de las FARC. Posteriormente, en diciembre de ese mismo año, Lorena es entrevistada por el programa de televisión los informantes de Caracol TV, allí cambia la versión de los hechos, no solo de modo, tiempo y lugar, sino que cambia el nombre y el rango del supuesto violador. No seré yo quien juzgue, pues eso le corresponde a las autoridades judiciales, sin embargo deja un mal sabor de boca, que la vocera principal de una organización que lucha por la verdad y la justicia, cambie su versión de forma tan drástica en un delito tan delicado como lo es una violación.
Adenda: Leí detenidamente la extensa entrevista de Jesús Santrich para Las Dos Orillas. Demasiadas palabras para justificar lo injustificable.