Debate nacional por el regreso de asperciones
Congresistas de oposición rechazan fumigación aérea con glifosato
Luego de casi 40 años de erradicación forzada de cultivos ilícitos en Colombia, se ha demostrado con datos técnicos, la poca eficacia de la medida y sus enormes costos económicos, sociales y ecológicos. En el documento de siete páginas destacan las razones por las que no deben apoyar las fumigaciones aéreas, y buscar otras salidas verdaderamente efectivas para combatir los cultivos ilícitos en Colombia.
/ Sábado 17 de abril de 2021
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Escribe en Semanario VOZ
Al tiempo que Iván Duque ordena reiniciar la fumigación aérea de cultivos ilícitos con glifosato, un grupo de parlamentarios, que integran la Comisión Accidental sobre Política de Drogas del Senado, enviaron al Congreso Norteamericano, una carta para expresar su desacuerdo con la medida y pedir que no sea apoyada:
“Solicitamos al Congreso de Estados Unidos no apoyar la reanudación de las fumigaciones con glifosato como mecanismo para combatir los cultivos de uso ilícito en Colombia y, por el contrario, apoyar la implementación del punto 4 del Acuerdo de Paz, el cual el gobierno colombiano ha dejado desfinanciado”.
Luego de casi 40 años de erradicación forzada de cultivos ilícitos en Colombia, se ha demostrado con datos técnicos, la poca eficacia de la medida y sus enormes costos económicos, sociales y ecológicos.
En el documento de siete páginas destacan las razones por las que no deben apoyar las fumigaciones aéreas, y buscar otras salidas verdaderamente efectivas para combatir los cultivos ilícitos en Colombia.
Los programas patrocinados con millonarios recursos de EEUU, a través del Plan Colombia, no fueron efectivos. El uso de glifosato solamente logró reducir los cultivos ilícitos por dos años. Pero desde el 2004, aunque el volumen de fumigaciones fue mayor, los cultivos de coca aumentaron.
“La pregunta de fondo es si esta millonaria inversión por parte de los gobiernos de EEUU y Colombia ha sido efectiva para combatir el problema de seguridad y salud pública que representa el narcotráfico” destacan.
El glifosato no solo ha sido una estrategia fallida, sino que además ha tenido efectos ecológicos colaterales muy negativos.
Una de las salidas al problema, es continuar el Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS), que demostró ser una estrategia eficaz.
“La sustitución de cultivos ha sido una estrategia probada con tasas de efectividad superiores al 90%. No obstante, el Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS), que hace parte del Acuerdo de Paz firmado por el gobierno colombiano en 2016, se encuentra desfinanciado y tiene un elevado índice de incumplimiento”, puntualizan.
La carta fue firmada entre otros por: Aida Avella (Unión Patriótica), Gustavo Bolívar (Lista de la Decencia), Iván Cepeda (Polo Democrático), Feliciano Valencia (MAIS), Gustavo Petro (Colombia Humana) y Luis Fernando Velasco (Partido Liberal).
La Red de Acción en Plaguicidas (PAN) Internacional elaboró una monografía sobre el glifosato, traducida por “Ecologistas en Acción”, que recopila abundante información científica sobre sus efectos y debería alertar a todo el mundo.
El documento aporta una detallada revisión sobre los efectos adversos para la salud humana:
Intoxicación aguda, daño renal y hepático, desequilibrios en micro flora y funcionamiento intestinal, cáncer, alteraciones endocrinas, disminución de la fertilidad, daños en el desarrollo fetal, daños neurológicos y disfunción del sistema inmune, a las que se agregan: parto prematuro, enfermedades dermatológicas y respiratorias.
La exposición al glifosato está relacionada con: linfoma no-Hodgkin en humanos y carcinoma tubular renal, hemangiosarcoma, tumores en piel y adenoma pancreático en animales de experimentación.
La Dra. Stella Benítez Leite, investigadora de la Universidad Católica del Paraguay, señala que se ha encontrado “mayor genotoxicidad y citotoxicidad en las células de los niños que están expuestos a plaguicidas” que podrían derivar en graves afectaciones a la salud, mutando a enfermedades que afecten el neurodesarrollo, cáncer, Parkinson o producir abortos y malformaciones “si los daños afectan las células germinales, óvulos o espermatozoides”
Los plaguicidas al afectar a una mujer embarazada también dañan las células del feto, e incluso, a una siguiente generación “hay tres generaciones en riesgo por el uso de plaguicidas” destaca.
Los impactos ambientales que se detallan en la monografía son alarmantes, e incluyen efectos adversos sobre el funcionamiento de los ecosistemas, la polinización, el control biológico, la fertilidad del suelo y la salud de los cultivos. El glifosato puede persistir en algunos suelos hasta 3 años y hay evidencia de bioacumulación.
Jayakumar Chelaton, de PAN India afirma: “Es claramente perjudicial para la gente y el planeta”.
La publicidad y el marketing de Monsanto, principal fabricante del glifosato, bajo su marca Roundup, ha dado lugar a la percepción equivocada que es “seguro”, a pesar de las crecientes evidencias científicas y denuncias sobre sus daños para la salud y el medioambiente.
lván Duque, quien ocupa la presidencia gracias a la compra de votos con dineros del narcotráfico, lleva a Colombia a un retroceso en todos los aspectos.
El Acuerdo de Paz, que está haciendo trizas de manera solapada, incluye en uno de sus puntos la solución al problema de los cultivos ilícitos, pero no se ha cumplido, y su régimen está dispuesto a pisotearlo, incrementando la violencia contra los más vulnerables: los campesinos pobres.
El glifosato como política antidrogas no responde a ninguna de las problemáticas sociales que generan el incremento de los cultivos de uso ilícito, y una política que desconoce el contexto social de los territorios y basa la erradicación en la fuerza está condenada a fracasar.
Es también una falta de sentido común volver a políticas represivas que fueron probadas durante los últimos 30 años y demostraron un rotundo fracaso, y es inmoral y antiético afectar la salud de los campesinos y contaminar el medio ambiente.
Finalmente se ha puesto en evidencia la doble moral del ministro de Salud Fernando Ruiz, quien dijo hace 6 años, cuando era viceministro:
“El principal cáncer que se atribuye al glifosato es el linfoma Hodgkin, es un tipo de cáncer en el órgano linfático que puede desarrollarse 15 o 20 años después de la exposición” (…) “lo más probable es que se presentarían demandas contra el Estado por usar un producto que ha sido clasificado por la autoridad sanitaria internacional como probablemente cancerígeno”
Sostenía entonces que no había motivos para erradicar los cultivos de coca con este herbicida y ahora apoya el decreto 380 del 12 de abril de 2021 que da luz verde al glifosato. Cuánto cinismo y falta de seriedad en un "ministro de salud".