Opinión
Colombia: Cuando un amigo se va
No olvidemos que Orlando Jaramillo Hernández es uno de esos hombres que aún después de muerto dan luz de aurora. Mis condolencias a doña Lucía, a sus hijos y a la familia de la solidaridad colombiana con Cuba.
/ Viernes 13 de agosto de 2021
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Periodista, politólogo y analista internacional
Allá por el año 2000 de este siglo XXI, conocí en Bogotá a un singular y muy querido colombiano nombrado Orlando Jaramillo Hernández, cuya modestia, humildad, trabajo y entrega a la lucha de su pueblo por alcanzar justicia social, le hicieron merecedor de que se le llamara el abanderado de la paz y la solidaridad.
Hoy con gran tristeza para mí y mi esposa, conocimos el deceso del entrañable amigo y compañero solidario Orlando Jaramillo. No es fácil recibir una noticia así, y mucho más cuando se ha tenido el honor de tener la amistad y solidaridad con Cuba de la familia Jaramillo-Valcárcel, y conocer cómo, desde tanta humildad y carencia de recursos, sacaba fuerza para expresar y mantener viva la llama de la solidaridad con el pueblo cubano y su querida Revolución.
Jaramillo fue un propagandista de las realidades y verdades del pueblo cubano, de mantener la firme bandera en denunciar el criminal y genocida bloqueo impuesto por Estados Unidos, pero también divulgando los programas de Radio Habana Cuba (RHC), de los que era fiel seguidor desde el mismo año cuando se fundó dicha emisora. Él acopió cada uno de los más importantes programas informativos y los distribuía.
Una tarde en mi casa, me comentó e hizo la historia de ese trabajo, me entregó una caja con los casetes y grabaciones del programa “Despertar con Cuba” y de otros medios informativos cubanos. Le pregunté: ¿Cómo te las arreglas para esta labor? Respondió bueno hay que sacrificarse, pero esta es la forma de ayudar a Cuba y desmentir a los medios de prensa colombianos, que se dedican a propagar noticias falsas sobre la Isla.
Aclaro, que esa política desinformativa no ha cambiado. Actualmente se han convertido en los portavoces de la mafia cubana americana de Miami, y del derechista secretario de Estado y del presidente Biden. Esa política de desinformación es la que Jaramillo combatió.
Tengo un muy grato recuerdo de sus exposiciones en las reuniones que se realizaban en la Corporación José Martí de Solidaridad con Cuba, cuando me invitaban a ellas y de cuantas iniciativas él proponía. Todos los participantes admiraban su fortaleza y cómo, con lo lejos que él vivía de Bogotá, llegaba en su bicicleta y fiel compañera en su trabajo de propaganda, para que sus compatriotas conocieran bien el proceso revolucionario cubano.
Recuerdo que Orlando llegaba a las actividades de solidaridad con banderitas cubanas y colombianas y las distribuía entre los asistentes y aprovechaba para repartir algún que otro casete con grabaciones de los discursos de Fidel y del Che.
Conocía de su militancia en la Unión Patriótica y cómo siempre fue un factor de unidad y de trabajo en función de defender los intereses de los sectores humildes y vulnerables y nunca dejó de defender los principios de los sectores populares, ni en los momentos más ofensivos de la derecha colombiana, los que apoyados por el paramilitarismo llevaban una cruzada a sangre y fuego contra el movimiento popular, por parte de las Autodefensa Unidas de Colombia (AUC).
Actualmente se ha hecho público que las AUC actuaban a petición de sectores del Estado colombiano y en plena coordinación con la Fuerza Pública. Así lo dio a conocer ante la Comisión de la Verdad quien fue uno de los principales jefes de las AUC, Salvatore Mancuso.
Orlando se caracterizó siempre en mantener un carácter alegre y fraterno con sus compañeros y no dejaba de participar en cuanta actividad de solidaridad se realizaba en Bogotá con Cuba, Nicaragua y Venezuela, y a ella siempre acudía con los símbolos patrios de cada uno de esos países. En fin, un verdadero propagandista y un firme y fiel militante de la solidaridad, también con otros pueblos, como la lucha de los palestinos y la denuncia de la política genocida de Israel.
Todo este sentimiento, estoy seguro es compartido por todos aquellos compañeros cubanos que le conocieron y compartieron con él, y se nos fue un amigo, pero no olvidemos que Orlando Jaramillo Hernández es uno de esos hombres que aún después de muerto dan luz de aurora. Mis condolencias a doña Lucía, a sus hijos y a la familia de la solidaridad colombiana con Cuba.