Agencia Prensa Rural

Una reforma laboral camuflada
¿Por qué el uribismo quiere destruir el Contrato de Aprendizaje en el SENA?
Un reciente proyecto de ley presentado por la bancada del Centro Democrático quiere modificar el Contrato de Aprendizaje para estudiantes del SENA. En respuesta, la comunidad educativa denuncia que detrás de una falaz argumentación, se esconde el propósito de eliminar esta modalidad de contratación, que involucra a la empresa privada con el proceso formativo.
Andrés Fabián Hernández Martínez / Miércoles 22 de septiembre de 2021
 

El pasado 2 de agosto de 2021, fue radicado en el Congreso de la República por parte del Centro Democrático, el Proyecto de Ley 099 de 2021, que bajo la argucia de los eufemismos propios de este partido, pretende convencer a los jóvenes trabajadores colombianos sobre las posibilidades del Contrato de Aprendizaje Extendido, mediante una falaz argumentación en la que señalan beneficiará a los jóvenes bachilleres, aprendices SENA y jóvenes universitarios al prometer la nivelación por lo bajo del salario mínimo para los jóvenes sin ningún tipo de relación laboral que les garantice condiciones reales de trabajo digno.

¿Cuál es el origen de la retaliación?

Podemos señalar que fue la reforma laboral y pensional que encendió el Paro Nacional de noviembre del 2019, que amenazaba con profundizar la pobreza para los trabajadores -especialmente los más jóvenes- con el adefesio de la contratación por horas y la implementación generalizada de los BEPS. Ese fue el primer revés para el gobierno de Duque, tras tener que retirar la contra-reforma que condenaba a los trabajadores a la total desintegración de su estabilidad laboral y el derecho a tener una vejez digna.

En esa ocasión, la exministra de Trabajo Alicia Arango se atrevió a afirmar que una empresa podría contratar a un ingeniero de sistemas por dos horas y además afirmó que ese trabajador tendría oportunidades laborales al tener un contrato, así fuera de dos horas día, semejante afrenta encendió aún más la indignación de la juventud -protagonistas de los paros de los últimos años- a quienes se les ha negado el futuro a un trabajo estable, con garantías prestacionales, jornadas de trabajo razonables y seguridad social.

No contentos con la hoguera que encendieron, Duque aprovechó la pandemia y vía Decreto formalizó su derrotada reforma, mientras los trabajadores eran despedidos o desmejorados en su situación salarial “para salvar la economía”, el desempleo se disparaba y las banderas rojas se izaban en las puertas de millones de hogares, el gobierno y su gabinete aprovechaban para darle vida al Decreto 1174 en agosto de 2020, que lo que hacía en la práctica era formalizar la miseria de los contratos por horas y la legalización de los paupérrimos subsidios pensionales conocidos como los BEPS[1].

Sobre el Contrato de Aprendizaje

Antes del 2002, todos los aprendices SENA tenían derecho a que las empresas patrocinaran su proceso de formación, prácticamente desde que un joven ingresaba a la entidad tenía asegurado un ingreso económico una relación salarial y prestaciones sociales, entre ellas el pago de cesantías, el Contrato de Aprendizaje reconocía una relación laboral y los jóvenes aprendices – trabajadores, podían ejercer derechos fundamentales como el de la libertad de asociación sindical, la protesta, la huelga y la negociación colectiva.

Sin embargo, en el primer periodo de gobierno del autoritario Álvaro Uribe Vélez, la reforma laboral liquidó estas garantías y obligó a los jóvenes trabajadores a vincularse mediante precarios contratos de aprendizaje sin garantía alguna, ni salarial, ni prestacional, ni de seguridad social, obligando a mendigar sus contratos de aprendizaje puerta a puerta en las empresas para culminar su etapa formativa, además redujo sus posibilidades de ingreso al someter el pago de los aprendices al vaivén de los índices del desempleo, ya que si el desempleo es inferior a dos dígitos (0 a 9 %) adquirían el derecho a ganar hasta 1 SMMLV, pero si era superior a dos dígitos este condenaba a los jóvenes aprendices y trabajadores a devengar un 75% de 1 SMMLV.

La extensión del contrato, más precarización.

Como es costumbre en los gobiernos reaccionarios y explotadores de los últimos 30 años en los cuales el uribismo ha gobernado 20, la solución es nivelar por lo bajo, como no pueden, ni quieren, -ni lo van a hacer- generar pensiones dignas, pues formalizan y crean pensiones de hambre; como no pueden, ni quieren -ni lo van a hacer- generar empleos y salarios dignos, formalizan los empleos precarios y nivelan a los trabajadores por lo bajo.

De acuerdo al PL[2] 099 de 2021, el Contrato de Aprendizaje Extendido es la ampliación de los “beneficiarios” de esta figura, los autores argumentan que los beneficiarios son los jóvenes quienes podrán vincularse a laborar y recibir un “apoyo de sostenimiento” de hasta 1 SMMLV, serán vinculados al régimen subsidiado de salud y adicionalmente recibirán un “bono pensional” que se sumará a los aportes en pensión que en su vida laboral coticen, sin embargo, esta falsa ampliación que pretende cobijar a jóvenes trabajadores bachilleres, jóvenes trabajadores aprendices del SENA y jóvenes trabajadores profesionales universitarios, lo que busca es generar un gran ejercito de reserva de mano de obra calificada y autosostenible.

¿Qué significa lo anterior?, que bajo la figura de un contrato de aprendizaje sin ninguna garantía laboral, salarial, prestacional, ni de seguridad social, los empresarios tendrán mano de obra de sobra para vincular fuerza de trabajo hasta por dos años, independientemente si se trata de un joven bachiller, técnico o tecnólogo del SENA o un profesional universitario, luego de estos dos años nueva mano de obra será vinculada para ser explotada por un mismo periodo, de esta forma se crea una nueva generación de trabajadores sin derechos, que a futuro no podrá elevar su expectativa de vida por que la oferta laboral estará determinada por las reglas de juego del mercado laboral que indican que el valor del trabajo está a la baja; en ultimas los verdaderos beneficiarios son los empresarios que seguirán acumulando capital a costa del despojo de los trabajadores y la precarización laboral disfrazada de filantropía y buena fe.

¿Cómo responder a la afrenta de la precarización?

La única alternativa que le queda a los jóvenes trabajadores es la unidad y la pelea conjunta, así mismo, la unidad del movimiento obrero y del pueblo colombiano que no hubiese derrotado jamás ni la reforma laboral pensional en el 2019, ni la reforma tributaria del 2021 sin el concurso decidido de la juventud en las calles, de los que no tienen nada que perder más que sus cadenas.

Hoy el debate no solo es en el Congreso de la República, allá son los saludos a la bandera y las constancias históricas que no cambian la historia, es en el barrio con los jóvenes desempleados, es frente a las grandes superficies donde están los rappi tenderos, en los call center y en las bolsas de empleo donde explotan por temporadas a los jóvenes, es en las aulas, en los centros de formación, en las plazas universitarias, en fin en donde hayan jóvenes trabajadores, debe ser en las calles, porque ya quedo demostrado que es ahí donde se logran las verdaderas transformaciones.

Desde el SENA el movimiento estudiantil y de jóvenes trabajadores agrupados en el Colectivo de Jóvenes Trabajadores, se apuesta por el reconocimiento de la relación laboral del Contrato de Aprendizaje que le permita a los jóvenes trabajadores tener garantías sociales y prestacionales para su vida laboral, así mismo, la promulgación del Estatuto del Trabajo que garantice trabajo digno para todos, independiente del nivel de formación y profesionalización, estabilidad laboral que acabe con los contratos basura de horas, por días o por pocos meses y un alza general de salarios que garantice ingresos reales para las familias colombianas.

Publicado en Semanario Voz

[1] Beneficios Económicos Periódicos

[2] Proyecto de Ley.