Agencia Prensa Rural

Petro ganó la consulta del Pacto Histórico
Campesinado, elecciones y futuro
Esta todo por hacer, hay que tender puentes con otras expresiones sociales y populares, construir una gran convergencia que ponga al centro las expectativas de la población, que reivindique a las y los campesinos, articule los territorios y la ruralidad indígena y afro, y represente el rostro de las mujeres, de las madres víctimas cuyos hijos han sido devorados por la vorágine de la guerra, de los jóvenes del no futuro. Una juntanza que permita transformar para siempre nuestro país, donde este al centro, la vida, la tierra y la paz.
Agencia Prensa Rural / Lunes 14 de marzo de 2022
 

Los resultados electorales de ayer establecen sin duda un punto de inflexión en la política colombiana. Más de 5 millones de votos por la consulta del Pacto histórico recogen el sentir popular de indignación frente a las políticas antisociales del gobierno y expresan un comportamiento orgánico del estallido social, en tanto la movilización de contingentes del movimiento social para respaldar en un escenario de lo que en otros países se considera como primarias, una candidatura que logra representar las aspiraciones de un arcoíris de expresiones que confluyeron en esta iniciativa.

La impresionante votación por Francia Márquez, mujer, negra, defensora ambiental y lideresa social, es decir representante de los sectores mas victimizados en medio de la agudización de la violencia en los territorios y la exclusión patriarcal y racista histórica, se constituye en un fenómeno político sin precedentes, en ella irrumpen los nuevos liderazgos que establecen una nueva agenda política en el país que ya no podrá ser invisibilizada.

El hecho político de la jornada electoral fue la votación de Gustavo Petro con unas cifras y apoyos impresionantes, que la derecha desdibuja en un comparativo manipulado de los resultados en primera vuelta del 2018, dejando de lado que en un escenario de consultas donde muchos sectores se abstienen, el Pacto, que además ayer corroboro y ratifico su unidad alrededor de su candidato, logra sin estar escrutado el 100%, 5.573.894 votos, votos limpios de maquinarias clientelares y que doblan y triplican la participación en las consultas de la derecha y del descafeinado centro.

El desplazamiento de la representación de sectores del establecimiento político y económico y de derecha en el congreso, es un hecho inédito en la historia política republicana. La votación por el Pacto histórico que le otorga ser la primera fuerza en el senado y la segunda en cámara, garantizando 41 curules, es no solo un salto cualitativo, es un contundente avance de sectores democráticos, progresistas y de izquierda que contrasta con el evidente revés del partido de gobierno que después de ser la primera fuerza política en el senado pierde 6 curules, y en la cámara la mitad de su representación pasando de 32 a 16.

No es de extrañar la presencia de los partidos tradicionales, que, a pesar de no lograr sus mayorías, siguen asegurando una presencia importante en el congreso, allí se jugaron todo con sus maquinarias que no son sino la chequera, compra de votos, manzanillismo clientelar y politiquería, que siguen siendo un cáncer en la cultura política colombiana. Pero en medio de ese panorama, es de resaltar que, si hubo un giro, leve, pero renovador en el congreso, los resultados en el Valle del cauca epicentro de las luchas más relevantes durante el paro nacional, donde el Pacto infligió una derrota histórica a los partidos tradicionales, denotan la capacidad de las fuerzas democráticas y populares en la perspectiva de lograr un nuevo gobierno que se avizora con mayor claridad.

Punto aparte merece el análisis de las circunscripciones transitorias especiales de paz CITREP, que desde el principio tuvieron que sortear las dificultades que impuso el gobierno de Iván Duque que pretendió desecharlas, limitantes en la financiación de las campañas, denuncias de presiones de grupos armados y de partidos tradicionales, los mismos que votaron contra la paz y presionaron para que no se posibilitara este proceso son los que en buena medida capturaron estas curules que el acuerdo final de paz definió para resarcir a las víctimas. Estas taras se expresaron ayer en la lamentable reproducción de lógicas de la politiquería tradicional, donde fluyó el dinero mafioso para la compra de votos, casos como según denuncian las mismas comunidades en el sur de Bolívar, donde los mercachifles de la política pagaban 300 mil pesos por voto, situación perversa frente a la que las campañas limpias y dignas de las organizaciones sociales y de victimas en los territorios difícilmente se podían enfrentar. A pesar de ello procesos como en la CITREP número 1 en Cauca- Nariño, la Asociación Agropecuaria y Campesina de Agua Bonita Suárez Asoitec, y la circunscripción 7 Meta-Guavire ASOCAMPROARIARI/Reconciliemonos, ganaron la representación de las victimas en el territorio, a ellos nuestro saludo y reconocimiento, son procesos sociales que con dignidad y trabajo tendrán presencia en el congreso.

El movimiento campesino contara con aliados en el congreso, la senadora Aida Avella, comprometida con las regiones y defensora de las zonas de reserva campesina, senadores como Iván Cepeda consecuentes con la lucha por la paz y el territorio, el representante a la cámara por Bogotá Gabriel Becerra, que encarna las aspiraciones del campesinado del paramo del Sumapaz, la bancada del Valle del Cauca fogueada en la lucha social y popular, en fin, una bancada nacional que tendrá además a 10 congresistas del partido de la paz Comunes y de hombres y mujeres defensores de DDHH, jóvenes, afros, indígenas, que harán historia para avanzar en las reformas que requiere el país y en garantizar la implementación del acuerdo final de paz.

Esta todo por hacer, hay que tender puentes con otras expresiones sociales y populares, construir una gran convergencia que ponga al centro las expectativas de la población, que reivindique a las y los campesinos, articule los territorios y la ruralidad indígena y afro, y represente el rostro de las mujeres, de las madres víctimas cuyos hijos han sido devorados por la vorágine de la guerra, de los jóvenes del no futuro. Una juntanza que permita transformar para siempre nuestro país, donde este al centro, la vida, la tierra y la paz. Por ello desde ahora a comprometer nuestro esfuerzo en ganar la presidencia con Gustavo Petro, quien interpreta el sentir colectivo y nuestros sueños, porque como dicen los campesinos y campesinas del sur de Bolívar: ¡si es por paz, vamos por más!.