Agencia Prensa Rural

Audiencia de la Jurisdicción Especial de Paz
Antiguo secretariado de las FARC reconoce responsabilidades frente a las víctimas
Agencia Prensa Rural, René Ayala B. / Jueves 23 de junio de 2022
 

En el auditorio de la biblioteca Virgilio Barco continuó el desarrollo de uno de los hechos más impactantes y sin duda históricos producto de la firma del acuerdo final de paz. La antigua dirección de las extintas FARC-EP, conocida como el secretariado, acudió como compareciente a la audiencia de reconocimiento organizada por la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), para reconocer y asumir su responsabilidad en el crimen de guerra del secuestro y en especial frente al patrón de secuestro con fines financieros.

Indudablemente este episodio se constituye en un escenario histórico, esperado por el país y especialmente por las víctimas del conflicto armado. Gracias a la firma del acuerdo entre el Estado colombiano y la antigua guerrilla, y a la irrupción de la justicia transicional, que pone al centro la verdad para develar las responsabilidades en el desarrollo de un conflicto, por fin una arista de la guerra que ha padecido el país dice su verdad y asume cómo la vorágine de la violencia, producto de una guerra prolongada y por tanto degradada, impactó en miles de familias colombianas.

En una admirable expresión de valentía y dignidad, familiares de personas que fueron secuestradas, muchas de las cuales murieron en cautiverio, narraron la crueldad de estas prácticas y el impacto que tuvo este crimen en sus vidas, entornos y futuro.
No sin razón, el último comandante de las FARC-EP, Rodrigo Londoño, conocido en la guerra con el seudónimo de Timoleón Jiménez, abordó una reflexión profunda como revolucionario, y expresó su vergüenza frente a los desafueros catalogados por él mismo como abominables, y deploró cómo la guerra se extendió en el tiempo. "Si quienes se fueron del proceso de paz están escuchando esto, quiero que sea un estímulo para retomar el camino", expresó con desasosiego el firmante de paz.

El auditorio, la magistratura de la JEP, y los comparecientes, durante, literalmente, todo el día, desarrollaron la audiencia con el procedimiento establecido por la JEP para abordar el caso en clave de lo que implica acudir a este tribunal. Los antiguos comandantes guerrilleros en un primer momento asumieron su responsabilidad individual y colectiva, ubicaron los graves daños de estas prácticas, escucharon con atención a las víctimas y sus solicitudes y dieron respuesta a cada una de ellas. Por primera vez en la historia del país se desentrañan las terribles consecuencias del conflicto, mostrando el indiscutible compromiso de quienes se alzaron en armas contra el Estado reivindicando una utopía y que reconocen cómo la tragedia de la guerra lleva a cometer acciones que deterioraron el tejido social y a muchas familias. Este acto de contrición y reconocimiento es sin duda también un acto de valentía y un aporte irreductible e la construcción de la paz, que deja sin validez los discursos de odio de quienes quieren perpetuar la guerra.

La JEP demuestra en este proceso su papel de justicia reparadora, que permite abrir el camino hacia la esperada reconciliación del pueblo colombiano. Este ejercicio permite darle rostro a las víctimas y ubicar las responsabilidades, algo que esperan miles de familias de desaparecidos, asesinados, desplazados, que quedaron sin la reparación de la verdad que deben revelar los otros actores del conflicto, entre ellas el Estado. El país y el mundo esperan escuchar a militares, paramilitares, agentes del Estado y terceros responsables financiadores que asuman su responsabilidad, para cerrar esta terrible hecatombe de violencia que ha padecido nuestro pueblo.

En el transcurso de la diligencia, cada miembro del antiguo secretariado dio respuesta a cada una de las víctimas frente a la suerte de sus familiares, búsqueda de restos de desaparecidos y compromiso con la búsqueda de la verdad.

Es fundamental y muy representativo el aporte a la verdad que han hecho los excombatientes, respetando el dolor de las víctimas. "Con esto no se repara el daño que hicimos, con esto no se revive la gente que murió en cautiverio, con esto no se le revive el corazón de la gente que perdió el amor por nuestra responsabilidad", enfatizó Pastor Alape. Estas declaraciones sinceras y sentidas permiten ver con esperanza cómo el mejor escenario para Colombia es la paz, una paz completa que detenga la terrible y destructiva dinámica de la guerra. Esa es la aspiración de las comunidades y las víctimas. Esta audiencia fortalece la construcción de un futuro basado en el perdón para cerrar la espiral de odio que ha dejado una guerra que no puede ser eterna.