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Opinión
A ustedes
Ha sido un proceso de aproximadamente cuatro años trabajando con aquellos que le apostaron a la paz en Colombia, puedo decir que no ha sido fácil, pues si bien hemos aprendido como investigadores a reconocer las circunstancias de lo que fue la perduración del conflicto armado y las realidades vividas en este, también hemos perdido vidas esperando conocer la verdad anhelada por el País.
Oriana Lugo / Viernes 22 de julio de 2022
 

Somos un equipo conformado en el marco de la defensa de los firmantes del Acuerdo de Paz, y ha sido un recorrido tan largo y de tantos aprendizajes que las noches y los días se han vuelto cómplices de este compromiso por la Paz. Puedo decir que en estos años, meses y horas hemos aprendido a construir confianzas, a reír, soñar y amar las largas jornadas de trabajo. Pues a la final son vidas eternas de historias inconclusas y finales impactados por miedo o hazañas de quienes andaban en esas selvas profundas de nuestro territorio.

Ha sido un proceso de aproximadamente cuatro años trabajando con aquellos que le apostaron a la paz en Colombia, puedo decir que no ha sido fácil, pues si bien hemos aprendido como investigadores a reconocer las circunstancias de lo que fue la perduración del conflicto armado y las realidades vividas en este, también hemos perdido vidas esperando conocer la verdad anhelada por el País.

Nos hemos vuelto también cómplices de miedos, dolores y angustias, y el valor de esta experiencia es el reflejo de un compromiso por la No Repetición en este país que tantos muertos ha enterrado. Recuerdo el primer día que llegué y en medio de las festejas los conocí, a cada uno de ellos, eran largas las historias y las noches en medio de tantos recuerdos vividos, eran arengas de vida y diversas las formas que manifestaban su inconformismo por esta sociedad.

También recuerdo la primera vez que, en medio de querer escribir una historia vivida por otros, nos encontramos nuevamente y hablamos de esas cosas que solo las entendían ellos, creo que el conocimiento de sus luchas aun cuando quería vivirlas no eran las mías, fue ese primer marzo de hace algunos años, que conocí las mil formas de soñar en medio de una guerra, reconocí que el miedo por sobrevivir existía aun cuando se había firmado un Acuerdo de Paz.

Al parecer han sido años tan cortos, pero tan llenos de memorias que hemos aprendido a conocernos, entendernos, pero lo mas importante confiar, creo que esa ultima palabra es la más elocuente para seguir construyendo legados de resistencia, ahora ya no somos los mismos, pues somos traductores de realidades y constructores de posibilidades en esta larga y difícil implementación.

Alguien me dijo alguna vez “que los sueños sigan creciendo “y así lo entendí, estas nuevas posibilidades de contarle al mundo esta hazaña, es un reto inalcanzable para los que quedan y es por esto por lo que seguimos afrontando en medio de las dificultades la Paz soñada, ahora los trinos por la vida deben estar llenos de noticias inquebrantables y nuestras luchas deben representar un compromiso por la verdad.
No puedo negar que ha sido difícil, pero no imposible, al parecer hemos hecho bien nuestro trabajo pues al terminar el día siempre recibirás un gracias por seguir alentándonos y creyendo en nosotros. Nos queda mucho por construir y por materializar, pero este nuevo panorama es un reflejo de que las nuevas formas de revindicar las consignas son un respiro para fortalecer ese daño que la guerra dejo a lo largo del tiempo.