Tercer número de la revista Prensa Rural
/ Lunes 21 de septiembre de 2009
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La revista Prensa Rural llega por tercera vez a las manos de nuestros compatriotas y de los amigos de otras latitudes que se solidarizan con las luchas del pueblo colombiano. Las organizaciones campesinas que han venido impulsando este proyecto esperan que sus páginas despierten el interés de todos.
En esta ocasión celebramos el regreso a la libertad de nuestro compañero fundador y líder campesino Andrés Gil, quien estuvo poco menos de dos años privado injustamente de su libertad. Lamentablemente no corren igual suerte cientos de luchadores populares, líderes campesinos, obreros, estudiantiles e intelectuales comprometidos, señalados como “terroristas” por oponerse al régimen excluyente, sometidos a la tortura del encierro en condiciones inhumanas, y judicializados con los más bizarros montajes imaginables.
Este es el país que queremos cambiar, saqueado a sangre y fuego por la élite más corrupta y criminal del Hemisferio. Nuestra labor informativa cotidiana, de la que extraemos estas páginas, es un granito de arena en la histórica tarea de los pueblos de enterrar a estos sanguinarios opresores en lo más profundo del olvido. Sirvan, pues, para alimentar la educación, organización y defensa del pueblo trabajador.
Recogemos en esta publicación algunos fragmentos significativos de la memoria histórica de nuestras comunidades en resistencia, así como sus banderas siempre vigentes de lucha por el territorio y la soberanía alimentaria, ejemplificadas en la Zona de Reserva Campesina, núcleo del conflicto que enfrenta hoy al campesinado con la voracidad de las corporaciones multinacionales, los mafiosos y los latifundistas de siempre, cada vez más amangualados en sus intereses y modus operandi.
Esta forma criminal de actuar, que puede sorprender a quienes gozan de sociedades menos desiguales, no es más que la naturaleza del capitalismo en su esencia: el saqueo y la destrucción de comunidades y naturaleza. Las civilizadas urbes del Primer Mundo se asientan sobre la sangre de África, Asia y América Latina, y son construidas por la clase obrera globalizada que hoy, más que nunca, “no tiene nada que perder sino sus cadenas”.
Prensa Rural da testimonio a diario de las violaciones de derechos humanos, crímenes de estado y demás arbitrariedades de la élite dominante, pero también de la resistencia, creatividad y proyectos de futuro de las comunidades campesinas, que se construyen en la práctica de la solidaridad y el internacionalismo, base de la unidad de los pueblos y fundamento esencial de la construcción de un mundo diferente.