Agencia Prensa Rural

Comunicación alternativa
Circula la edición 27 del periódico Tierra
Tierra se distribuye a nivel nacional con 10.000 ejemplares impresos de distribución gratuita.
Agencia Prensa Rural / Martes 26 de noviembre de 2024
 

El periódico Tierra es una publicación impresa de circulación nacional gratuita. Gestionado por la Agencia Prensa Rural, busca aportar a las causas de los movimientos sociales a través de la difusión de las realidades del campo y la ciudad.

Con un tiraje de 10.000 ejemplares, el periódico Tierra llega a las asociaciones campesinas, sindicatos y organizaciones de derechos humanos en todas las regiones de Colombia. En él se difunden noticias que no tienen el espacio debido en otros medios de comunicación.

La lucha por la reforma agraria, los avances del Gobierno del cambio y las conquistas del movimiento popular tienen un espacio en las páginas de Tierra. Por eso, abrimos nuestra redacción a organizaciones y entidades interesadas en recibirlo o en apoyar su difusión. Pueden comunicarse al correo electrónico prensarural@gmail.com o a nuestras redes sociales.

A continuación el editorial de la edición 27:

A profundizar la reforma agraria

El periódico Tierra reivindica las dimensiones de la lucha social del pueblo colombiano. Somos la continuidad de los primeros núcleos de periodistas populares y comprometidos que desplegaron las nacientes experiencias de la prensa obrera. El primer periódico Tierra irrumpió en 1932, en medio de una década convulsionada de surgimiento de la lucha sindical y campesina contra el régimen de oprobio semifeudal en el campo y con la consigna de la reforma agraria, que sigue vigente un siglo después después. Promover una publicación que aborde la cuestión agraria, las luchas sociales y sus conquistas es un deber histórico que reivindica esa rica historia del periodismo militante.

Tierra es una palabra con una carga simbólica poderosa y transformadora. Se plasmó como nombre de un periódico perseguido, asediado desde sus primeros días. Hoy, la prensa alternativa reclama su derecho a volver a las manos callosas de nuestro campesinado, a irrumpir en la fábrica, en la organización comunitaria, juvenil, de mujeres, y en ser una herramienta que visibilice los comités de reforma agraria, las asociaciones de zonas de reserva campesina, los sindicatos agrarios, en ser tribuna y voz de los siempre acallados e invisibilizados.

Por eso, a pesar de las dificultades que representa impulsar un proyecto comunicativo de carácter contrahegemónico, independiente y de origen popular, volvemos a la calle, las veredas, los territorios, las reservas campesinas y los espacios de trabajo, para contribuir en la construcción de una opinión auténtica, desde abajo, como un insumo en la necesaria batalla de ideas que nos plantea este nuevo tiempo.

Nuestras páginas son tribuna de la voz transformadora en medio de la disputa que representa impulsar un proceso que le dé vuelta a la realidad histórica de exclusión, del pensamiento dominante acrítico, negacionista y colonizado. Tenemos entonces una responsabilidad en clave de que nuestras páginas sean el vehículo de temas centrales de debate en medio del desarrollo del momento histórico que representa, sin duda alguna, el gobierno del cambio.

Las reformas estructurales que avanzan a trancas y a mochas en el Congreso, en medio de una ofensiva sin precedentes para desvirtuar y desdibujar su propósito, exigen que el pueblo en su conjunto participe en la discusión de las mismas, comprenda su relevancia y trascendencia política, y asuman por tanto la defensa de este proceso que trastoca el viejo poder. Por eso aquí han de encontrar elementos que la matriz mediática impuesta por los grandes medios oculta o niega, y así estructurar desde el mundo popular las herramientas y arsenal discursivo que le den fuerza a la movilización social que debe impulsarse para defender el contenido y alcances de las mismas.

La reforma agraria, que después de años de estar engavetada y de ser perseguida, irrumpe con fuerza como propósito histórico de transformar las relaciones de propiedad, pero ante todo redistribuir la tierra y democratizar el acceso del campesinado a tierras fértiles, circuitos productivos y desarrollo agropecuario. Esta apuesta, en la que se ha empeñado el gobierno, requiere que el campesinado tenga elementos ciertos para fortalecer sus procesos organizativos para incidir decididamente desde su experiencia en el propósito más importante de los últimos 50 años: hacer que las comunidades agrarias sean protagonistas del nuevo tiempo, con la perspectiva de posicionar el país como una verdadera potencia agrícola. Esto implica poner énfasis en la cuestión agraria y abrir un dialogo nacional alrededor de estos temas que la gran prensa sataniza, pues es aliada de ese modelo latifundista que es responsable, en buena medida, de la exclusión y de la guerra.

En el actual gobierno, ya son 14 las zonas de reserva campesina constituidas. También se han formalizado cerca de 1.200.000 hectáreas, vía entrega de tierras y titulación de propiedad. Se ha fortalecido la territorialidad de las zonas de reserva campesina y la garantía de permanencia del campesinado en páramos y parques nacionales naturales, y se ha activado el Sistema Nacional de Reforma Agraria. Son acciones concretas que evidencian el compromiso del gobierno del cambio enmarcado en lo que el Ministerio de Agricultura ha definido como “Revolución por la Vida”, que se constituye como un verdadero avance de la postergada reforma agraria.

Es fundamental avanzar en la constitución de comités de reforma agraria, donde las comunidades de la ruralidad y el campesinado jueguen un papel protagónico para que se consolide el proceso que viene llevando acabo la institucionalidad, porque, ante todo, la reforma agraria se tiene que llenar de pueblo para que éste la defienda y la consolide.

El anuncio de la ministra de Agricultura de realizar este diciembre un encuentro campesino en Chicoral para resignificar el egoísta pacto que el latifundio y el gobierno hicieron en 1972 en este corregimiento de El Espinal (Tolima) para enterrar la reforma agraria y desatar la violencia feroz contra el campesinado es una noticia que reverdece el proceso de reforma agraria y convoca al movimiento campesino a jugar un papel protagónico en ella. La tarea es garantizar la presencia de toda la dimensión organizativa del mundo rural para hacer de este espacio un punto de inflexión que haga irreversible la reforma agraria. Construir un nuevo pacto que reivindique a las mujeres y hombres que alimentan el país y son el futuro de las transformaciones de los territorios es, además, parte del camino para avanzar en la implementación del acuerdo de paz de La Habana y seguir abriendo puertas a un país de paz, inclusión, democracia real y futuro.