Opiniones de actualidad
Asamblea de la USO: la dialéctica de la paz
La movilización social por la paz trasciende el simple reconocimiento del conflicto para proponer un nuevo horizonte de acción colectiva. En esta etapa, la lucha no se limita a la resistencia contra las estructuras existentes, sino que se orienta hacia la construcción de alternativas que superen las contradicciones presentes.
/ Viernes 29 de noviembre de 2024
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Activista y analista por la paz, Cali, Colombia
La movilización social por la paz y las transformaciones es un llamado profundo a la reflexión sobre las contradicciones inherentes a las estructuras sociales, políticas y económicas que moldean nuestras realidades. Desde una perspectiva dialéctica, este proceso se entiende como un movimiento constante que parte de lo particular hacia lo universal, identificando las tensiones entre los opuestos y buscando su síntesis en la lucha colectiva.
El reconocimiento del conflicto
En la base de esta movilización está el reconocimiento del conflicto como una constante histórica. Según la filosofía dialéctica, toda realidad contiene en su esencia contradicciones internas. En este caso, el capitalismo, con su tendencia a generar pobreza y desigualdad, representa un sistema cuya propia dinámica interna produce tensiones que se manifiestan en la lucha social. Las élites que controlan el poder buscan perpetuar un orden que precariza el trabajo y depreda la naturaleza, mientras deslegitiman las voces que claman por justicia y dignidad.
La primera etapa de este proceso es la conciencia de las condiciones materiales y sociales que perpetúan estas injusticias. La movilización no surge en abstracto; es una respuesta concreta al sufrimiento real de los pueblos, quienes identifican la necesidad de transformar esas estructuras opresoras.
La construcción de la síntesis
La movilización social por la paz trasciende el simple reconocimiento del conflicto para proponer un nuevo horizonte de acción colectiva. En esta etapa, la lucha no se limita a la resistencia contra las estructuras existentes, sino que se orienta hacia la construcción de alternativas que superen las contradicciones presentes.
Por ejemplo, el llamado de la Unión Sindical Obrera (USO) a liderar un movimiento plural y diverso no es solo una invitación a la protesta, sino a la deliberación colectiva para imaginar y construir un país donde la paz, la justicia social y la sostenibilidad ambiental sean los pilares fundamentales. Este proceso sintetiza las demandas sociales en un proyecto transformador que abarca dimensiones económicas, políticas, culturales y ecológicas.
La filosofía dialéctica encuentra aquí su máxima expresión: la paz no es simplemente la ausencia de conflicto, sino el resultado de un proceso dinámico en el que se enfrentan las causas estructurales de la violencia, la pobreza y la exclusión. La implementación del Acuerdo de Paz de La Habana, los diálogos con el ELN y las iniciativas por la memoria histórica son ejemplos de cómo la sociedad puede transformar las contradicciones en soluciones concretas.
La transición hacia un horizonte universal
El documento de la declaración plantea una visión que va más allá de las fronteras nacionales, integrando la lucha local con las demandas globales. La propuesta de desmilitarizar espacios como la Amazonia y el litoral Pacífico, junto con el rechazo a las guerras y bloqueos económicos, refleja un entendimiento de que las luchas territoriales están intrínsecamente conectadas con los desafíos globales.
Aquí, la dialéctica se manifiesta en la articulación entre lo particular y lo universal: cada territorio aporta su experiencia y su voz a un movimiento que busca construir un mundo más justo y sostenible. La convocatoria a un encuentro nacional e internacional en 2025 sintetiza esta visión, proponiendo un espacio para consolidar un proyecto global por la paz y la autodeterminación de los pueblos.
Hacia una praxis transformadora
La movilización social por la paz y las transformaciones no es un fin en sí misma, sino un medio para alcanzar una sociedad más equitativa y humana. Desde la perspectiva dialéctica, el movimiento avanza superando las contradicciones, construyendo sobre los logros alcanzados y aprendiendo de los fracasos.
La filosofía dialéctica nos enseña que todo cambio es posible cuando se comprende la relación dinámica entre los opuestos y se trabaja colectivamente por su superación. En este sentido, el llamado de la USO y de los líderes sociales es una invitación a participar activamente en este proceso, construyendo un país y un mundo donde la paz sea no solo un objetivo, sino una realidad vivida y compartida por todos.