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Cultura
Monumento a la Resistencia se postula como bien de interés
El gobierno abrió un expediente que busca reconocer como patrimonio el icónico puño erigido en Puerto Resistencia durante el Estallido Social en Cali.
Camilo Rueda Navarro / Sábado 30 de noviembre de 2024
 

El icónico Monumento a la Resistencia de Cali, construido en el 2021 durante el Estallido Social, busca su reconocimiento como bien de interés cultural de la nación. Este monumento fue erigido en el marco del Paro Cívico Nacional como símbolo de la lucha de la comunidad. Representa un puño cerrado que se eleva nueve metros sobre el suelo en el sitio conocido como Puerto Resistencia, en la ciudad de Cali, uno de los puntos más significativos de las protestas del 2021.

En octubre pasado, funcionarios del gobierno del presidente Gustavo Petro y representantes de la comunidad de Puerto Resistencia se reunieron en torno a este monumento para reafirmar su valor histórico y cultural.

“Este será un bien de interés cultural porque hay una justificación social”, afirmó el ministro de Cultura, Juan David Correa, quien destaca el papel activo de la comunidad en este proyecto.

Un bien de interés cultural es un patrimonio cultural declarado por el Estado a través de un acto administrativo por su valor histórico, artístico, arquitectónico, arqueológico o antropológico. Los bienes de interés cultural pueden ser inmateriales, muebles o inmuebles, y cuentan con un gran valor histórico y simbólico, al representar hechos, personajes o un periodo relevante de la historia del país.

El caso del Monumento a la Resistencia cumple con estos requisitos. Su origen se remonta a las jornadas de protesta durante abril, mayo y junio del 2021, en el contexto del Paro Cívico Nacional contra el gobierno de Iván Duque, proceso conocido como el Estallido Social y que tiene sus antecedentes en el Paro Nacional de noviembre del 2019, que movilizó a múltiples ciudades y municipios del país por varios días.

Las protestas se reactivaron en 2020 en Bogotá y Soacha debido a varios casos de brutalidad policial, en los que varios jóvenes murieron en golpizas o incinerados en estaciones. Sin embargo, resurgieron con mayor fuerza a partir de abril del 2021, cuando se intensificaron en todo el país y se prolongaron por varias semanas.

Cali fue una de las ciudades donde las protestas tuvieron mayor repercusión. Desde el primer día del paro, el 28 de abril del 2021, los manifestantes se concentraron en varios puntos, entre ellos, Puerto Resistencia. Mientras en otro punto de la ciudad los indígenas Misak derribaban la estatua de Sebastián de Belalcázar, en este lugar se cortaba el paso vehicular para realizar ollas comunitarias.

Puerto Resistencia está ubicado en la autopista Simón Bolívar a la altura de la carrera 46. En medio de fogones y barricadas, los jóvenes que se reunían allí para manifestarse concibieron la idea de levantar un monumento propio. Comenzaron a pedir materiales a la comunidad, que aportó arena, cemento y pintura. Consiguieron varillas de hierro tumbando los postes que sostenían cámaras de seguridad. Después de 17 días, culminaron la construcción del puño de concreto; tardaron otros dos días en pintarlo y uno más en erigirlo.

Mientras algunos líderes políticos han propuesto demolerlo, el actual gobierno tramita su salvaguarda mediante su reconocimiento como bien de interés cultural. Con este fin, el 27 de octubre pasado se organizó un evento en el que la comunidad presentó un expediente con información y soportes que justifican la declaratoria: el marco conceptual de la escultura, el contexto histórico, aspectos artísticos y una valoración final. Este expediente contiene la información requerida por el Decreto 1080 del 2015, que establece el manejo y protección de los bienes de interés cultural en el país.

La designación como bien de interés cultural implica una consideración de gran relevancia para la identidad, historia y memoria del país, y, por lo tanto, dicho bien pasaría a ser protegido y conservado por el Estado.

Este reconocimiento honraría a las comunidades que se movilizaron por sus derechos, enfrentaron la violencia policial y buscan hoy que su historia de resistencia perdure y sea protegida para las futuras generaciones.