Noticias del cambio
¡El cambio avanza, es imparable!
El agro crece al 10 %, se intensifica la economía que le apuesta al turismo; además de la pobreza, se redujo la mortalidad infantil y la desnutrición.
/ Lunes 9 de diciembre de 2024
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Nunca un gobierno había sido escrutado al milímetro como el de Gustavo Petro. Los escrutadores, de principio a fin, han sido los medios de comunicación convencionales, hoy convertidos en máquinas de oposición y megáfonos de los partidos políticos tradicionales y de las élites económicas del país.
El relato que quisieron instalar desde las épocas de campaña era que la “turba zurda” llegaría al poder a censurar y cerrar cadenas radiales, periódicos e, incluso, bloquear las redes sociales para evitar que los hechos de gobierno no fueran fiscalizados. A ese extremo llegaron sus vaticinios. Después de 26 meses, la realidad es otra: mienten a diario, desinforman y han hecho de la falsedad y el bulo, criterio noticioso. Y, como el gringo, siguen ahí.
Bueno, lo de Venezuela era vidrio molido preferido: Gana Petro y Colombia “caerá en las garras del castrochavismo”, no porque vinieran a tomarse el poder, sino porque terminaríamos bloqueados, entraríamos en un sinfín de expropiaciones, se acabaría la economía y el sendero de la pobreza, un futuro inevitable. Es más, tan delirante era el designio, que se atrevían a señalar que la economía colombiana terminaría siendo subvencionada por Moscú y Caracas.
A lo anterior, habría que abonarle que, a bombo limpio, anunciaban que Petro construiría una dictadura y se echaría al bolsillo el Congreso o lo cerraría; que las cortes -Constitucional, Justicia y Consejo de Estado- serían cooptadas, al tiempo que los órganos de control -Contraloría, Procuraduría- perderían independencia y autonomía. No es exageración; se trataba de instalar unas ideas fuerza con fragmentos de la vida cotidiana con destino al caos.
Pero sigamos, que la cosa no acaba aquí. Un sector sensible y tal vez donde están puestos todos los focos, es la economía. Aquí no solo se trata de desinformar, también aterrorizar y viralizar la incertidumbre, para ello, megáfono en mano, que mejor que los medios de comunicación convencionales; el propósito, contribuir a un supuesto desplome para desplazar la inversión extranjera y, lo más perverso aún, que los potentados nacionales y las clases altas sacaran sus capitales y se fueran del país. Era, sin duda, un daño premeditado lo que buscaban y aún siguen buscando, no les quepa la menor duda.
Pero a ese relato se impuso otro, hoy la realidad es otra, no obstante el escenario económico adverso que dejó el anterior gobierno de Iván Duque (una tronera inmensa en las cuentas públicas, un país sobreendeudado y tal vez con el compromiso de pago más infame que un mandatario le puede dejar a su sucesor: pagar un préstamo con el Fondo Monetario Internacional cercano a los 6 mil millones de dólares en cuatro años). La economía goza de buena salud, de acuerdo con el balance que hace al Banco de la República: crece a porcentajes que superan a otras economías fuertes de la región como Brasil y México, según la OCDE; se pagan las deudas, el dólar está controlado, la tasa de inflación (que recibió este gobierno en más de 10 puntos) se ubica en el 5,81 %. Pero tal vez la mejor noticia es que, no obstante, la Corte Constitucional tumbara media reforma tributaria y el Congreso negara leyes como la de financiamiento, la pobreza en Colombia disminuyó en un millón 600 mil personas y un millón 100 mil fueron sacadas de la miseria.
Sin argumentos se queda la oposición, es decir, su principal motor ideológico que son algunos medios de comunicación que funcionan como operadores políticos. Miren estos datos duros: el agro crece al 10 %, se intensifica la economía que le apuesta al turismo; no pueden decir que Colombia se volvió Venezuela; además de la pobreza, se redujo la mortalidad infantil y la desnutrición; se aumentó el bono pensional para los más viejos. No pueden seguir vendiendo la falacia de que este gobierno odia a los policías y a los militares: al contrario, se les mejoró su pensión, el salario, la vivienda, la educación y se abolió la fastidiosa tara clasista de que un policía o militar sin abolengo no puede acceder a la oficialidad; llevan más de cuatro décadas construyendo experiencias en torno a la lucha contra el narcotráfico y en tan solo 26 meses de gobierno se han incautado más de 2.000 toneladas de cocaína.
Si a esta ejecución se le suman las más de 200 mil hectáreas entregadas a las comunidades campesinas, afrodescendientes e indígenas que antes eran propiedad de los narcotraficantes y otras compradas a terratenientes, se puede concluir que por fin Colombia entró en un proceso de reforma agraria irreversible.
¡Ah! Para finalizar una hermosa perla y esta si es del director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar: “Cuando les pregunten ¿Cuál cambio? Muestren esto: pavimentamos el 81 % de Puerto Escondido, en el departamento de Córdoba. Este pueblo era un pueblo muy pobre. Hoy, el 81 % de sus calles están pavimentadas. El precio de sus casas creció más de un 300 % y hay varias licencias de construcción para hoteles radicadas. Mejorar calidad de vida es prosperidad. ¡Transformar territorios olvidados es el cambio!