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«Ennoviarse sí, pero no embarazarse»
Ainara Lertxundi / Jueves 5 de noviembre de 2009
 

El acuerdo militar que el gobierno de Álvaro Uribe acaba de firmar con Estados Unidos para reforzar aún más la presencia militar estadounidense, que tendrá acceso libre a siete estratégicas bases repartidas por toda la geografía colombiana, ha aumentado la preocupación de los grupos de derechos humanos, curtidos en tantas vulneraciones y violaciones sin castigo.

El personal estadounidense, ya sea militar o civil, puede estar tranquilo. Hagan lo que hagan, seguirán teniendo inmunidad, o sea, se irán de rositas. Y, si no, que se lo pregunten a Olga Lucía Castillo, cuya hija de 12 años fue violada en agosto de 2007 por el sargento del Ejército Michael Coen y el contratista César Ruiz. Ambos estaban adscritos a la base de Tolemaida dentro del Plan Colombia.

Con su denuncia, lo único que logró fue las burlas de estos dos tipos, tener que abandonar junto a sus hijas su pueblo por las amenazas recibidas y el veto de los congresistas de Uribe, que impidieron su presencia en el Congreso alegando que el suyo era un testimonio «pornográfico».

En la base aérea de Palanquero, una de las más estratégicas y antiguas -empezó a construirse en 1931-, activistas denunciaron el pasado fin de semana la implicación de un avión de Estados Unidos en la matanza de 17 civiles, entre ellos siete niños, perpetrada en setiembre de 1998. Los aviones habían salido de esta instalación militar. Al día de hoy, sólo han sido condenados dos oficiales colombianos.

Pese a estos precedentes, al alcalde de Puerto Salgar, donde se ubica esta base, sólo le preocupa que las jóvenes puedan quedar embarazadas. «El anuncio de la llegada de militares foráneos ha sido bien recibido aquí. Somos un pueblo pobre, donde falta empleo. Pero, los padres, con sus hijas adolescentes, tienen que estar atentos. Se pueden ennoviar, pero que no se dejen embarazar», ha dicho el alcalde Antonio Moreno. Si alguna resulta embarazada, voluntaria o involuntariamente, será culpa suya o de sus padres. Con estos planteamientos, los de Palanquero podrán seguir haciendo de las suyas.