Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra
:: Magdalena Medio, Colombia ::
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Acompañamiento a comunidades campesinas del Valle del Río Cimitarra
"Las unidades militares fingen un combate, ejecutando a los civiles, los visten con prendas militares y luego los presentan como “guerrilleros muertos en combate”. Falsos positivos que en los últimos cuatro años ha dejado un saldo de 18 campesinos muertos, por parte de los batallones Calibío y Palagua, adscritos a la Brigada XIV del Ejército, con sede en Puerto Berrío, Antioquia"
Legión del Afecto del Magdalena Medio / Jueves 5 de noviembre de 2009
 

En la zona del Valle del Río cimitarra convergen dos departamentos, Antioquia y Bolívar, comprendida desde el Nordeste Antioqueño hasta el sur de Bolívar, su economía se basa en los cultivos agrícolas, la minería artesanal, la extracción de madera, la ganadería. Esta región fue colonizada a finales del siglo XVI por hombres y mujeres que llegaron de diferentes zonas a causa del conflicto que ha vivido el país por los múltiples desplazamientos por intereses económicos y tenencia de la apropiación de la tierra por grandes terratenientes. La región está intercomunicada por caminos de herradura lo que dificulta el comercio, lo que encarece los precios de los pocos productos que circulan en la región y dificultando la salida de los que se producen allí.

En educación, la zona carece de la infraestructura necesaria para atender las necesidades de los centenares de niños y niñas que la habita. Las escuelas suelen ser construidas con recursos de los mismos campesinos. Actualmente, no existe en todo la zona del Cimitarra un centro de salud adecuado para atender las necesidades sanitarias de los habitantes de la región.

Esta zona ha sido por décadas escenario de diversos sucesos de violencia que han dejado huella en sus comunidades materializadas en masacres, falsos positivos, bloqueos económicos, desplazamiento forzado, intimidaciones y amenazas. Hace 10 años en la zona rural de los municipios de Remedios y Segovia vivían 25 mil personas, hoy sólo quedan 5 mil personas; los campesinos han padecido los fuertes rigores de la guerra, familias enteras han llegado a esta zona desplazadas de otros territorios huyéndole a la muerte criminal, familias que perdieron sus tierras, sus seres queridos pero no sus ganas de seguir adelante.

Esta zona ha sido marcatizada y satanizada por los cultivos de uso ilícito y la presencia de grupos armados, muchos campesinos han sido declarados objetivo militar en los cascos urbanos de las ciudades cercanas y zonas de la misma región por el paramilitarismo, condenándolos a mantenerse emplazados en estas tierras sin poder acceder a servicios médicos ni tratos dignos para el ser humano.

Los campesinos del valle del cimitarra han padecido en carne propia el recrudecimiento del conflicto, pues durante los últimos años varios pobladores han sido ejecutados por el Ejército Nacional, señalados de ser auxiliar de la subversión. Las unidades militares fingen un combate, ejecutando a los civiles, los visten con prendas militares y luego los presentan como “guerrilleros muertos en combate”. Falsos positivos que en los últimos cuatro años ha dejado un saldo de 18 campesinos muertos, por parte de los batallones Calibío y Palagua, adscritos a la Brigada XIV del Ejército, con sede en Puerto Berrío, Antioquia.

En la zona hacen presencia los frentes IV y XXIV del bloque del Magdalena Medio de las FARC – EP, el ELN, Grupos Paramilitares del Bloque Central Bolívar, los cuales se disputan el territorio; igualmente en la zona hace presencia el ejército Colombiano, el cual se ha venido apoderando del territorio con el establecimiento de bases militares y que de alguna manera generan temor en las comunidades al quedar en medio del fuego cruzado.

Intereses económico en la región.

Hoy en día hacen presencia en la zona empresas como la Kedhada, filial de la Anglo Gold Ashanti Mines, segunda productora mundial de oro, a la cual el gobierno nacional le adjudicó 21.986 hectáreas del territorio para el inicio de la prospección de minas de oro en el Nordeste Antioqueño, las cuales, además, en éstos momentos se encuentran en proceso de titulación, como si se trataran de terrenos baldíos, cuando en realidad están habitadas por comunidades que llevan varias décadas allí. Además, en la región se encuentran otras empresas nacionales como Mineros S.A. (antes llamada Mineros de Antioquia) las cuales se están beneficiando tanto del nuevo código minero como de la expropiación violenta de tierras.

Con estos nuevos mega proyectos que han llegado a la región han aparecido nuevas manifestaciones de violencia, ya que estas grandes empresas se empeñan en la explotación de recursos a toda costa sin importar el costo y calidad de vida de sus pobladores, despojándolos de sus tierras para sus fines.

Como alternativa a esta crisis de derechos humanos los campesinos se han desplazado a Barrancabermeja estableciendo refugios como una opción contra el desplazamiento forzado y el desarraigo.

Exigiendo el derecho al territorio, la vida digna y el reconocimiento del campesino como actor social y político, se han hecho múltiples acciones humanitarias y acompañamientos internacionales para visibilizar la crisis que aqueja a la región.

La Zona de Reserva Campesina del Valle del río Cimitarra, una esperanza campesina.

Dentro de las propuestas campesinas se solicita el levantamiento de la suspensión de la Zona de Reserva Campesina (ZRC) del Valle del Río Cimitarra, la cual contempla dentro de sus principales objetivos fomentar y estabilizar las economías campesinas de los colonos e impedir la expansión del latifundio. La importancia de la Zona de Reserva Campesina en el Valle del río Cimitarra se debe a la posibilidad de generar, a partir de esta figura jurídica, el desarrollo integral regional. Pero no un desarrollo concebido como la ejecución de grandes megaproyectos que atenten contra las comunidades y sus formas de relacionamiento con su entorno; por el contrario, un desarrollo que respete el medio ambiente, la economía campesina, la pequeña propiedad, que impida que el colono se vea obligado de “abrir más monte” para continuar subsistiendo.

Y de alguna manera poder proteger este territorio de aspersiones aéreas, bloqueos por parte de grupos armados, incursiones y operativos militares y paramilitares. Garantizar la defensa y tenencia de la tierra por parte del campesinado y la protección de la madre tierra con sustento en cultivos de pan coger, de esta misma manera generar la visibilización de este territorio como una iniciativa de paz y una esperanza campesina.

Legionarios del Afecto Acompañando a Comunidades Campesinas del Valle del Cimitarra.

Nuestro acercamiento con los campesinos del Valle del Cimitarra se da en el segundo éxodo que ocurre a principios de 2008 cuando varias familias del municipio de Remedios de las veredas de Puerto Nuevo Ité, Puerto Matilde, Ojos Claros, Dos Quebradas, deben salir de su territorio por amenazas de grupos paramilitares y falsos cumplimientos del gobierno para que cesen los actos violentos en la región.

Nuestro acompañamiento a esta región ha permitido el reencuentro entre campesinos de Puerto Nuevo Ité, Ojos Claros, Dos Quebradas con sus amigos de Puerto Matilde que por todo el conflicto que existe en la zona no se veían desde mucho tiempo atrás.

Nuestros acompañamientos socialmente masivos han permitido la visibilización de la región, rompiendo los estigmas de que todo aquel que vive en la región del Valle del Cimitarra es un guerrillero, que a esta región no se puede entrar porque es asesinado. Visibilizando de esta manera la zona de reserva campesina como una opción de aporte a la Paz mediante la defensa y protección de la biodiversidad del territorio.

Por la condición a la cual está sometida esta región sus pobladores viven en un intenso temor de no saber cuándo puede pasar lo peor, con nuestro acompañamiento hemos brindado momentos de alegría que han despertado en ellos nuevas esperanzas de seguir defendiendo la zona de reserva campesina, así lo expresa Don Carlos Muñoz habitante de la vereda de Ojos Claros y el afecto de los campesinos que nos integran a sus comunidades en movimiento como uno de los suyos. Muchos de los jóvenes legionarios que hemos compartido con ellos, también hemos sufrido el rigor de la guerra, hoy acompañamos esas comunidades con afecto y alegría.

Esta zona es olvidada por muchos, pero es interesante para pocos que quieren de ella su riqueza mineral y que por ello destrozan el espíritu de sus pobladores por extraer de la zona sus riquezas. La muerte y la intimidación siempre asechan sus caminos de herradura, por estos mismos caminos ha comenzado a pasar la alegría creativa, el canto, el abrazo solidario venciendo el manto de la muerte con el valor y el humor, la alegría creativa que cautiva sus corazones de esperanza y no de dolor.

Poder llegar a este territorio a pesar de toda la estigmatización que en él se ha generado por el conflicto y estrechar estos lazos de amistad, ha logrado voltear la mirada, permitiendo reconocer que allí no vive el guerrillero y que si entras a la región te asesinan, por el contrario te encontraras con seres maravillosos que te extienden la mano y que a pesar de toda la barbarie que han vivido guardan la esperanza en sus corazones, que por momentos tiende a desaparecer pero que con estos acompañamientos despierta de manera increíble y deja en ellos nuevas formas de poder enfrentar sus realidades y de seguir resistiendo por su territorio.