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Enfoque
La ofensiva obscurantista
Álvaro Vásquez del Real / Miércoles 4 de noviembre de 2009
 

En un párrafo del Manifiesto Comunista de Marx y Engels se señala que el capitalismo trata de que “la ideología de la sociedad sea la ideología de la clase dominante”. Esta pretensión en la época actual choca con el amplio desarrollo de la cultura y la ideología y por eso enfrenta una tenaz resistencia por parte del pensamiento progresista.

Esta reflexión se nos ocurre a propósito de la intensa ofensiva en que están comprometidos por estos días personajes y grupos del sistema en los diversos frentes de la lucha política y cultural.

Es lo que llaman la “contrarreforma conservadora” de la vida colombiana. Naturalmente, el oleaje retrógrado no es casual ni espontáneo. Está estimulado desde el poder. Comienza por el propio jefe del estado que, con abundantes invocaciones a la divinidad, está obcecado, por ejemplo, en reinstalar la persecución de la “dosis personal” de las drogas.

De allí circula a través del llamado centro de pensamiento Colombia Primero, donde campean José Obdulio, Londoño Hoyos, Valencia Tovar, Nieto Loaiza y todo el grupo que ocupa la extrema derecha del sistema oficial. Están los organizadores de la Federación del Nuevo Liderazgo Campesino, grupo estructurado por los terratenientes, que defiende el latifundio y la ley de Agro Ingreso Seguro, que pretende reencauchar las peores formas de la aparcería.

Luego están otros especímenes de la fauna retardataria que libran su batalla contra la Corte Constitucional por haber ésta promovido la conveniencia de la educación sobre derechos sexuales y reproductivos. En esta cruzada se han fundido exponentes del confesionalismo, desde el secretario de la Conferencia Episcopal y el cardenal Rubiano hasta el resucitado José Galat y el flamante procurador Ordoñez.

A tales muestras del atraso se suman el referendo para consagrar la prisión perpetua, la condena del aborto hasta para los casos obligatorios. Y no faltan los anatemas contra los escasos avances en la lucha por la liberación femenina, que son fruto de los abnegados esfuerzos de varias generaciones de mujeres luchadoras.

A este cuadro del retroceso ideológico y político a que nos quiere llevar la reacción, se enfrentan los núcleos renovadores contrarios al atraso histórico. La lucha contra el conservadurismo social está ligada a la acción política que desde el PDA y otros sectores del avance popular se viene desarrollando para superar la etapa de dominación de las corrientes políticas de la derecha, que hoy controlan la ecuación del poder en el país. Derrotar esta ofensiva obscurantista es parte muy importante de la exigencia de los cambios democráticos que la sociedad colombiana necesita en todos sus aspectos.